31 de diciembre de 2023

La mano del hombre

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Paseaba hace un par de semanas con mi hija, mis dos nietos y el perro Nico por el camino de Las Lanchas en El Espinar. A pesar de que llevaba bastante tiempo sin llover en condiciones, el camino estaba encharcado y en algunos puntos había capas de hielo. Al entrar en la zona de robles, las hojas desprendidas de estos árboles caducifolios cubrían el suelo.

Nos paramos mi hija y yo –los nietos y el perro nunca se detienen– para asomarnos por un claro y contemplar el paisaje: las casas del pueblo, las naves industriales, las carreteras, el viaducto, la vía del ferrocarril afean, a mi modo de ver, el medio natural, que más al fondo se recupera en la sierra del Quintanar, la Mujer Muerta en la vertiente en la que no se aprecia el perfil de dicha mujer muerta o dormida, el Montón de Trigo, Peña el Águila y la Peñota. Ya cerca del Alto del León o puerto de Guadarrama se abre una ancha trocha por la que discurre un tendido eléctrico de alta tensión.

Sí, la mano del hombre ha alterado en el valle espinariego y aledaños la primigenia naturaleza.

–Ahí tienes el título para uno de tus blogs –me dice mi hija–: “La mano del hombre”.

Soy consciente de las ventajas de todo orden que las obras y construcciones hechas por la mano del hombre nos aportan a los humanos. Pero déjenme soñar con praderas, bosques y montes no alterados por tales a menudo feas intervenciones humanas.

Cuanto más avanzadas son la técnica, la inventiva y la habilidad de los hombres, mayor es el impacto, negativo a mi juicio, en la creación que el Dios del Génesis confió a nuestros primeros padres.

Los prados a los lados del camino de Las Lanchas y en otros parajes de El Espinar están cercados con vallados de piedras que no desentonan del paisaje. Pero en otros lugares cierran los prados somieres, planchas de uralita o plástico antiestéticos, aunque supongo que prácticos y económicos. Y dentro de los prados los abrevaderos de piedra se han sustituido por bañeras. ¡Qué horror!

Al ganado que pasta y bebe dentro de los prados no parecen importarle tales agresiones al medio ambiente.

La mano del hombre que ara y rotura los campos, que siembra y recolecta, que planta árboles, ha construido ciudades inhóspitas, cubriendo de cemento y asfalto los suelos y elevando hacia el cielo edificios cada vez más altos, permitiendo tan sólo algunas zonas verdes de parques y jardines.

Plantas y árboles que absorben el dañino CO2 atmosférico y mediante la función clorofílica lo convierten en sustancias orgánicas nutritivas.

Yo hago votos por que se respeten bosques y espesuras plantados de la mano del Amado y a ellos se unan los plantados por la mano del hombre.

 

 

 

 

 

24 de diciembre de 2023

Las hojas muertas

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No se cansan los árboles de mudar sus hojas todos los otoños. Me refiero a los caducifolios, que son los que predominan en mi barrio madrileño, mientras que en el jardín de mi casa de El Espinar alternan los de hoja caduca con los de hoja perenne: tuyas, abetos, pinos, pinsapos…

¡Qué guerra dan los arces, que yo mismo planté, y el membrillero, que ya me encontré cuando adquirí la casa! Sus hojas caducas cubren el césped y tengo que recogerlas con un rastrillo, pues se me estropeó la máquina aspiradora y sopladora. Claro que, como me dice mi hijo haciéndose eco de los expertos, podía dejar que las hojas se convirtieran en compost, para con su muerte dar vida.

Hubo una época en la que aprendí a distinguir las especies de árboles por sus hojas: lobuladas, palmeadas, lanceoladas, ovales, dentadas, aciculares…, habilidad que hoy en gran parte he perdido.

Me vienen a la memoria las hojas de las acacias del jardín de la casa espinariega que alquilaban los veranos mis abuelos maternos, en la calle que hoy lleva el nombre de mi abuelo: Calle de Fernando Baró. Él, ingeniero de Montes, sí que sabía distinguir unas plantas y unos árboles de otros, como nos enseñó a sus nietos a identificar las estrellas en las noches de verano.

Decía que recuerdo las hojas de las acacias de aquel jardín, en realidad falsas acacias o robinias, que nos servían para averiguar, al deshojar sus ramitas, si la chica que nos gustaba nos correspondía o no.

También me acuerdo de los versos que mi padre, el periodista y poeta Francisco Javier Martín Abril, dedicó al mismo jardín, unos versos que yo he citado más de una vez:

La puerta verde tenía

verde candado de hiedra.

¡Ay, si vieras qué despacio

 caían las hojas secas!

Como es para mí inolvidable la canción Les feuilles mortes, Las hojas muertas, de Yves Montand, que data de 1946, cuando yo tenía siete años, pero que no sólo acompañó mi infancia y adolescencia, sino que sigue resonando hoy día en mi alma romántica.

Muchos años después, en 2002, Medardo Fraile y Angelina Lamelas convocaron en un libro titulado Una hoja de otoño en el parabrisas a un elenco de escritores para recopilar y publicar sus cuentos.

En unos versos del poemario que está a punto de ver la luz con el título de Recuerdos y presencias, canta Angelina en el poema “De vientos lejanos y hojas secas”:

Los cristales del Muelle 

tiemblan de gozo, 

miran a la Bahía, 

que está rizada. 

Las hojas de otoño

juegan al corro

y vuelven a jugar. 

Medardo Fraile y yo 

y algunos más 

escribimos un cuento 

para soñar. 

Su título eraUna hoja de otoño en el parabrisas“.

 

Yo no puedo pisar las hojas de otoño sin estremecerme.

 

 

 

 

 

 

17 de diciembre de 2023

Las luces de Navidad

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Lo primero que me llama la atención en este fenómeno que he dado en denominar “Las luces de Navidad” es su gran extensión tanto en el tiempo como en el espacio.

En el tiempo, porque la iluminación supuestamente navideña se inauguró en mi barrio madrileño el 23 de noviembre, o sea más de un mes antes de las fechas en las que se circunscribe la Navidad, el 24 y el 25 de diciembre. Me consta que en otros lugares esta anticipación lumínica es aún mayor. Me cuenta mi mujer que, en un viaje a Hamburgo, ella se encontró la ciudad hanseática iluminada para la Navidad… ¡el 23 de octubre! No sé cuándo se habrán adornado con luces de colores la fachada del Ayuntamiento y la avenida de la Hontanilla de El Espinar, pero así las he encontrado yo el 11 de diciembre.

La extensión de las luces navideñas en el espacio me la demuestran, aunque no me mueva de la butaca ante el televisor, los informativos de todas las cadenas. Tanto por este medio como por el cine estoy al tanto de la afición de los estadounidenses a decorar profusamente con luces multicolores las fachadas de sus casas en estas fechas. Afición de la que hacen asimismo gala los distintos moradores de la Casa Blanca, dejando en esta residencia temporal el sello de su buen o no tan buen gusto.

Hay una diría competición entre ciudades para demostrar cuál alcanza la mayor intensidad del alumbrado en este tiempo.

Por supuesto, estoy hablando de Occidente que, mal que nos pese, no es más que una pequeñísima parte del mundo mundial. Como circunscrito asimismo a una muy reducida parcela del globo terrestre es el árbol de Navidad por antonomasia, el abeto, 0h Tannenbaum, que me viene a mi memoria musical en su nombre alemán.

¿De dónde procede esta tradición de asociar dicha conífera con el nacimiento de Jesús? Porque Jesús nació, si hemos de creer a los evangelistas, en la ciudad de Belén, situada en una zona geográfica más bien desértica y, desde luego, ajena al bosque de abietáceas. Según algunas versiones, se atribuye a san Bonifacio, un misionero en la Alemania del siglo VIII, el cambio del roble, árbol de hoja caduca que los lugareños solían utilizar como adorno, por el abeto de agujas perennes, símbolo de la vida eterna. Sea lo que fuere de esta y otras explicaciones, el abeto es en nuestro reducido mundo occidental el rey del ornato navideño.

Ahora bien, tanto en el caso de las luces como del abeto, la cuestión que a mí verdaderamente me intriga es su vinculación con la Navidad, es decir, con la conmemoración del nacimiento de Jesús. La alegría que suscita la venida del mesías esperado por los judíos y del salvador y redentor en el que creemos los cristianos puede manifestarse en la iluminación de nuestras calles y plazas, pero ésta no es, en muchas ocasiones, sino un reclamo para el afán consumista y comercial. A mí más me convencería unir esas luces con la estrella que guio a los Magos hasta Belén, o con las palabras de Jesús, quien, según refiere el evangelista san Juan, declaró: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas”.

Lo siento, pero, a pesar de san Bonifacio, continúo sin ver la relación del abeto con la Navidad.

Más me consuela observar que sigue viva en nuestro ámbito cristiano la hermosa tradición del belén o nacimiento.

Nacimiento que, después de este fin de semana, me dispongo a montar en casa con ayuda de las nietas de mi mujer.

 

 

 

 

 

10 de diciembre de 2023

La Confirmación

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

El pasado 30 de noviembre asistía yo en el colegio de San Agustín de Madrid a la Confirmación de sesenta y ocho alumnos y alumnas. Me extrañó que el acto se celebrara en el pabellón polideportivo y no en la capilla, extrañeza que desapareció cuando vi el ingente número de asistentes a la ceremonia: además del vicario oficiante y varios sacerdotes agustinos, estábamos los padrinos y las madrinas, los padres, las madres y otros familiares y compañeros de los confirmandos.

No recuerdo haber asistido en toda mi vida a un sacramento de la Confirmación, salvo la mía, que recibí en la parroquia de El Salvador de Valladolid y que hubo que confirmar, valga la redundancia, para poder ser padrino de Ángela, la nieta de mi mujer.

Me piden los padres de Ángela que, para una convivencia que tendrán una semana antes de la Confirmación los sesenta y ocho confirmandos, le escriba una carta, carta que transcribo a continuación:

“Querida Ángela:

Me has pedido que sea tu padrino de la Confirmación, sacramento que vas a recibir el próximo 30 de noviembre. Lo primero que quiero decirte es que me hace muchísima ilusión y me llena de orgullo haber sido elegido por ti para acompañarte, no sólo en la ceremonia de la unción e imposición de manos mediante la cual recibirás los dones del Espíritu Santo, sino también a lo largo de toda tu vida como creyente católica.

Como su propio nombre indica, este sacramento confirma a quien lo recibe en la fe cristiana y en la pertenencia a la Iglesia católica que se hizo realidad en el Bautismo. Pero como el Bautismo lo solemos recibir al poco de nacer, cuando aún no tenemos conocimiento, la Confirmación, que suele impartirse en torno a los 16 años del confirmando, viene a reafirmar las promesas que, en nombre del bautizado, hicieron sus padrinos.

No voy a instruirte en esta carta sobre los compromisos que asumes y los dones del Espíritu Santo que descienden sobre ti al recibir la Confirmación. Estoy seguro de que los responsables de tu preparación a este sacramento te habrán puesto los cimientos para recibirlo con provecho y entrega a Cristo.

Pero desde la atalaya de mis muchos años y de tantos olvidos, sí quiero comunicarte lo que para mí es la esencia de la fe cristiana que tú vas a fortalecer en la Confirmación: el amor al prójimo. Con lo cual no hago sino recordar el principal mandamiento que Jesús nos dio: que nos amáramos unos a otros como Él nos amó. En mí más una aspiración que un cumplimiento.

Cuando te ponga mi mano sobre tu hombro en la ceremonia de la Confirmación te comunicaré humildemente este deseo.

Te quiere con todo el corazón el marido de tu abu.

Alberto”

Al llegar delante del sacerdote oficiante, con mi mano derecha sobre el hombre izquierdo de Ángela, tengo que pronunciar su nombre, y el sacerdote le impone las manos en un gesto que transmite los dones del Espíritu Santo. No sé si a otros padrinos y madrinas les pasaría, pero a mí se me saltan las lágrimas de emoción.

Y si por dentro los jóvenes confirmados están espiritualmente renovados y fortalecidos, por fuera están elegantes y guapos, con traje oscuro y corbata los chicos y falda larga las chicas.

 

 

 

 

 

 

3 de diciembre de 2023

El discurso del rey

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

El rey de España Felipe VI no tiene pelos en la lengua para cantar las verdades a quien quiera oírlas, ni tampoco padece tartamudez como le aquejaba al rey de Inglaterra Jorge VI, protagonista de la memorable película El discurso del rey. Así, en el discurso de inauguración de la legislatura en las Cortes el pasado miércoles 29 de noviembre de 2023 hizo una férrea defensa de la Constitución: “Debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla, para hacer efectiva la definición de España como un Estado social y democrático de derecho”. Y en otro pasaje recordó el monarca: “Nuestra obligación, la obligación de todas las instituciones, es legar a los españoles más jóvenes una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos”.

Que el rey defienda el cumplimiento de la Constitución y una España unida nada tiene de extraño en quien ha entendido y declarado la Monarquía como el bastión de los valores constitucionales. Lo verdaderamente extraño es que los parlamentarios asistentes al acto, incluidos los diputados y senadores del PSOE y los de Sumar, a excepción de los cinco diputados de Podemos, aplaudieran el discurso del rey.

Concedamos que la ley de amnistía, contra el parecer de una mayoría de juristas, de jueces, del Consejo General del Poder Judicial, de las asociaciones de fiscales, de altos funcionarios del Estado y de expertos constitucionalistas, tiene un encaje legal en la Constitución y que el propio Tribunal Constitucional, con el aval impagable de su presidente afecto a Pedro Sánchez, Cándido Conde-Pumpido, así lo declara.

Pero es que, al margen de la ley de amnistía, los pactos a los que han llegado el Gobierno de Sánchez y el Partido Socialista con los independentistas y terroristas, ERC, Junts y Bildu, son totalmente contrarios a los valores constitucionales, que consagran la unidad de España, la igualdad de todos los españoles ante la ley y la separación de poderes.

Ahora bien, me corrijo a mí mismo, Sánchez, el PSOE y Sumar están convencidos de que sus pactos con los citados partidos independentistas y terroristas, que por supuesto no acudieron a la inauguración de la legislatura, son enteramente constitucionales. Por lo que no tuvieron ningún reparo en aplaudir el discurso del rey.

Aunque, vuelvo a corregirme a mí mismo, me parece inverosímil que el presidente del Gobierno, sus ministros y miembros del PSOE, que antes de las elecciones del 23J se manifestaron contrarios a la ley de amnistía y a los pactos con los independentistas y terroristas, a la hora de la investidura de Pedro Sánchez, no sólo cambiaran de opinión, sino que consideraran totalmente constitucional lo que antes juzgaban inconstitucional.

No entro a valorar el discurso de la presidenta de las Cortes, la socialista Franzina Armengol quien, como ya he dicho en un anterior blog, no es más que un muñeco parlante que lee lo que le escriben desde La Moncloa. Lo suyo no fue un discurso institucional, sino un mitin del PSOE, y a los oradores de los mítines sólo los aplauden los asistentes del partido que convoca tales reuniones.

Me viene a la memoria una canción popular que, entre otros cantantes, la difundió el gran músico y folclorista Joaquín Díaz, y que yo se la oía cantar a mi abuela Valentina y a mi madre: “Ayer tarde en la función, / cuando el cura predicaba, / toda la gente lloraba / menos el pobre Simón. / ¿Cómo no lloras, Simón? / le pregunta la tía Eustoquia. / Yo no soy de la pirroquia / y los que lloran lo son”.

En una España polarizada, en la que Pedro Sánchez ha alzado un muro para aislar a más de medio país que no comulga con sus cambiantes ideas, ¿por qué, vocero del amo Sánchez, Patxi López, los políticos que no son de la pirroquia iban a aplaudir a la telonera del mitin socialista?

 

 

 

 

26 de noviembre de 2023

El muro

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No soy yo, ni es la prensa conservadora, los que hemos sacado a colación el término “el muro” para referirnos al verdadero, mejor dicho el único, objetivo de Pedro Sánchez. Fue el propio presidente aún en funciones del Gobierno quien en el debate de investidura aseguró: “Si algo ha dejado claro la derecha reaccionaria es que no se va a detener. Por eso en este debate estamos eligiendo algo muy importante: o bien alzamos un muro ante estos ataques recurrentes a los valores de la España democrática y también constitucional, o bien les damos salvoconducto”.

O sea, lo que presenta como objetivo de su legislatura es alzar un muro que haga imposible la alternancia en el Gobierno de la Nación española, es decir, que haga imposible la democracia y le perpetúe a él en el poder.

La falacia de tal necesidad de “alzar un muro” es fácil de demostrar. Si algo ha caracterizado a la derecha, sea reaccionaria o ultraderecha –los términos con los que Sánchez siempre se dirige a la oposición–, en la pasada legislatura, por no remontarnos más lejos, es la falta o la debilidad de ataques a su gobierno, y menos aún a los valores de la España democrática y constitucional.

¿Quién se ha aliado o pactado con las fuerzas políticas que se proponen abiertamente destruir la España constitucional, a saber, ERC, Junts y Bildu, y antes que con estos partidos independentistas, con los comunistas de Podemos y Sumar, a los que ha sentado en el Consejo de Ministros sin que le quitaran el sueño?

Pues bien, el muro que Sánchez propone alzar trae inevitables resonancias al que en tiempos no muy lejanos dividió en Alemania al comunismo y la democracia, impidiendo que los habitantes del Este, paradójicamente denominado “democrático”, pudieran pasarse al Oeste federal, éste sí demócrata.

Es lo que trae consigo hablar de muro. Un muro tiene una doble función: por un lado, impide a los de fuera entrar, y por otro, encierra a los que están dentro no dejándoles salir.

¿Pretende Sánchez encerrar a cuantos le han votado dentro de los muros de un socialcomunismo, que se cuida mucho de denominarse como tal? ¿Qué son Podemos y Sumar sino comunistas, eso sí vergonzantes, que no se atreven a presentarse como tales, pero defienden todo lo que a lo largo de la historia y en el presente ha conducido a los pueblos que lo han abrazado, o sufrido, a la pobreza y a la falta absoluta de libertad? ¿Éste es el programa que Sánchez plantea a los que se parapeten tras ese muro que él propone alzar?

Es llamativa la renuencia de los socialistas a abandonar el PSOE, o a dejar de votarlo, aunque estén en desacuerdo con la ley de amnistía que es, no lo olvidemos, el principal campo de batalla del que ha dependido la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno. Una amnistía que, antes de las elecciones del 23J, ministros de Sánchez como Grande-Marlaska y María Jesús Montero, y el propio Sánchez, declararon que consideraban claramente inconstitucional. ¿Se encuentran los socialistas que se oponen a la ley de amnistía enclaustrados tras un muro que les impide saltar a la libertad, como el muro de Berlín no dejaba a los habitantes del Este otra alternativa que jugarse la vida si querían escapar del encierro?

No estuvo afortunado Pedro Sánchez al mentar el muro en la casa que comparte con los comunistas, los de Sumar, aunque haya dejado fuera del confort de los Ministerios y otras prebendas a los cinco diputados también comunistas de Podemos.

Que, no lo dude, cuando comprueben que con él ya no tienen nada que ganar, ni que perder, le dejarán en la estacada, siguiendo la inveterada tradición de traiciones del comunismo.

 

 

 

19 de noviembre de 2023

Golpe de Estado

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

A Franzina Armengol no le gustó la expresión “golpe de Estado”, que utilizó Santiago Abascal en la sesión de investidura de Pedro Sánchez para referirse a la operación montada por el candidato con Bildu, ERC y Junts para salir investido presidente del Gobierno.

¿Qué digo, a Franzina Armengol no le gustó? ¡Si la presidenta de las Cortes no es más que un muñeco riente que largó el discurso que le había preparado Sánchez o alguno de sus tropecientos asesores! Franzina Armengol, como premio a haber perdido las elecciones autonómicas y el gobierno de Baleares, ha sido colocada en ese puesto, la tercera autoridad del Estado español tras el Rey y el presidente del Gobierno, que le viene grande por los cuatro costados.

Pero dejaré a Franzina Armengol que disfrute de sus momentos de inmerecida gloria y me centraré en el principal culpable del golpe de Estado que denunció el miércoles pasado el presidente de Vox.

Porque lo que parecen ignorar tanto Armengol como Sánchez es que un golpe de Estado se perpetra no sólo mediante la “Usurpación violenta del gobierno de un país” (Diccionario panhispánico de dudas), sino también por el “Desmantelamiento de las instituciones constitucionales sin seguir el procedimiento establecido” (Diccionario panhispánico del español jurídico).

O sea, que no hace falta ejercer violencia física o armada, que solemos asociar a una sublevación o asonada militar, para que se produzca un golpe de Estado.

Golpe de Estado es también el desmantelamiento de las instituciones constitucionales que fuera de los cauces reglamentarios ya estaba preparando Pedro Sánchez cuando todavía era presidente en funciones del Gobierno.

Ciertamente es Pedro Sánchez el principal responsable del golpe de Estado y como tal le acusó Santiago Abascal. Pues ha sido Sánchez quien, para salir investido presidente del Gobierno y seguir al menos cuatro años más en La Moncloa, ha subvertido los principales cimientos de la Constitución, como son la unidad de la Nación española, la separación de poderes y la igualdad de todos los españoles ante la ley.

Pero en este atropello a la legalidad constitucional vigente no ha estado solo. Ha contado con la anuencia borreguil y pastueña de un PSOE, que hace tiempo se fue dejando por el camino la E de Español, la O de Obrero y la S de Socialista, y últimamente también se ha quedado sin la P de Partido, convertido en un aplaudidor a la china o la norcoreana de los antojos del líder. Lo cual no les exime a sus 120 diputados de responsabilidad en el golpe de Estado, más grave si cabe en un ministro, una ministra o un alto cargo que, por su condición de juez, jueza o catedrática de Derecho Constitucional –sí, Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles o Carmen Calvo, por citarlos con sus nombres y apellidos–, no podían ignorar la prevaricación que estaban cometiendo.

Y he dejado para el último lugar a los independentistas catalanes, aunque bien podrían ocupar el primero y más responsable en la perpetración del golpe de Estado, que primero se llevó a cabo en Cataluña y luego, mediante los pactos de ERC y Junts con Sánchez, ha extendido sus tentáculos al resto de lo que ya difícilmente podemos denominar España.

Una España en la que los golpistas son amnistiados, los jueces perseguidos, el Estado despojado de sus mecanismos de defensa y más de la mitad de los ciudadanos ya no somos iguales ante la ley y nos vemos privados de los más elementales derechos.

Este es el programa con el que Pedro Sánchez Pérez-Castejón, en un día aciago para la Nación española, ha sido investido presidente del Gobierno.

 

 

 

12 de noviembre de 2023

El Sauce Curvo

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Desde luego, se puede leer Lejos del Sauce Curvo, la novela de Francisco Rodríguez Tejedor a la que dedicamos la tertulia de “El libro del mes” del pasado 9 de noviembre, sin haber leído Memorias del Sauce Curvo, obra del mismo autor, de la que nos ocupamos en la tertulia del 6 de abril de 2016, también presentada, como en esta ocasión, por Javier de la Nava.

Pero la lectura de Memorias del Sauce Curvo nos permite ahondar en las raíces de Germán, el protagonista de ambas novelas, y conocer sus andanzas y travesuras de niño en el pueblo, Sacecorbo, en el que nació el autor y en el que se desarrolló su infancia. Un pueblo pobre de la provincia de Guadalajara, dedicado a la agricultura y, en menor medida, a la ganadería, que en la actualidad cuenta según el Instituto Nacional de Estadística (INE 2022) con 99 habitantes, mientras que a mediados del siglo XIX su población ascendía a 455 habitantes.

El autor y Javier de la Nava hacen hincapié en la realidad de la España vaciada, de la que Sacecorbo, por Paco Rodríguez Tejedor bautizado con el poético nombre, más o menos basado en raíces etimológicas, de Sauce Curvo, es un típico exponente.

Esta segunda novela se estructura en dos partes, diferenciadas también por el tipo de letra, en redonda la que relata la vida actual del protagonista, y en cursiva la que refiere sus recuerdos.

En los recuerdos de Germán desempeñan un papel primordial sus estudios en el internado del Sagrado Corazón de Jesús de Sigüenza. Era la forma en que, en aquella época, los chicos podían salir del pueblo y de sus limitaciones, gracias a una beca, como en el caso de Germán, y siempre del esfuerzo económico y del sacrificio de los padres.

La novela es un homenaje a esta generación de los padres de Germán la generación de la posguerra. El pueblo de Sacecorbo durante la guerra quedó entre las dos fuerzas combatientes.

En la parte referida a la actualidad se nos narra con fechas y datos históricos la Transición que reconcilió a los españoles de ambos bandos.

La familia de Germán llega un momento en que se traslada a Madrid en busca de una mejor situación económica, como hicieron otras muchas familias del Sauce Curvo, que emigraron a Barcelona o a otras ciudades españolas.

En Madrid, Germán prosigue sus estudios, a la vez que empieza a trabajar en un Banco, y concluido el COU asiste a clases nocturnas de Económicas en la Universidad Autónoma. Allí tiene de profesor de Economía Española a mi amigo Ramón Tamames, lo que me ha hecho mucha ilusión.

Asistimos con emoción a la evolución amorosa del protagonista desde el rigor del internado al descubrimiento de las chicas, de las mujeres cuyos nombres y caracteres tan distintos evoca Germán, hasta el amor definitivo de la que será su esposa, Clara.

Al mismo tiempo se va produciendo en su memoria el avance del olvido, la enfermedad de Alzheimer, que mantiene la intriga del relato hasta el trágico y a la vez esperanzador desenlace.

En la tertulia, el autor leyó los últimos párrafos de la novela, que yo me permito reproducir aquí como el mejor colofón a este comentario, pues sintetizan los ilusionantes mensajes de Lejos del Sauce Curvo.

“Cierro pues mi maleta de recuerdos. Su hijo es este libro que nacerá en breve. Como me dijo mi abuela Leonor:

–Tú deberás vivir como te marca tu tiempo, que es muy diferente a como fue el mío. Pero no te olvides nunca de tus raíces, de toda la gente que un día te quisimos. Eso, lejos de distanciarte de tu tiempo, te acercará a él, pero con asideros firmes. Te lo aseguro.

Y eso es lo que le digo yo a mi pequeño Germán. Y a las nuevas generaciones. Echar de vez en cuando la vista atrás, hará que vuelvas a sentir los abrazos de la gente que tanto te quiso. Sabrás que, debajo de ti, hay unos cimientos firmes, hechos de amor y esfuerzo de todos los que te precedieron y amaron.

Suena el teléfono de la cocina, oigo hablar a mi mujer Clara.

–Pues está terminando su libro. Sí, veníos para acá, podemos bajar a la piscina de la urba… Sí, por supuesto, dile a Germán que el abuelo le enseñará a nadar de espalda…

Ahora sí que puedo oír la conversación de Clara. Se me acelera el corazón, palpita la vida que llega otra vez a mi lado. Así que tengo que terminar este libro. La vida no puede esperar.

Porque toda ella es solo esperanza.”

 

 

5 de noviembre de 2023

Ni convivencia, ni democracia

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Vale, Sánchez, conceda la amnistía a todos sus socios independentistas, separatistas y hasta terroristas, enemigos jurados y confesos de España, cuyo nombre evitan incluso pronunciar, pero por favor no hable de su propósito de avanzar en la convivencia.

Y digo Sánchez, aunque el registro en el Congreso de los Diputados del proyecto de Ley de Amnistía lo hará nominalmente el PSOE, porque el PSOE no existe. Ha sido deglutido por su secretario general y sólo sirve para ponerse en pie y aclamar al líder supremo, como hacen los miembros del partido comunista de China o de Corea del Norte.

Avanzar en la convivencia ¿con quiénes? Pues con quienes dieron un golpe de Estado en 2017 y declararon, por boca del entonces presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, Cataluña como república independiente, aunque esa independencia durara sólo ocho segundos. Juzgados y condenados los autores del golpe, fueron primero indultados y ahora exigen la amnistía, mientras aseguran que “lo volverán a hacer”, o sea, independizar a Cataluña como nación soberana.

¿Con quiénes desea convivir, presidente en funciones Sánchez? Se convive con aquellos con los que se comparte una vida, un territorio, unos fines, pero no con quienes pretenden romper cualquier vínculo de unión, cualquier proyecto en común.

De consumarse la independencia de Cataluña como nación, a la que previsiblemente se uniría el País Vasco, ¿con quiénes conviviría usted, afincado y aislado en La Moncloa, presidente ya de una España residual, rota y dividida, cuya unidad, consagrada en una Constitución que usted juró respetar y defender, ha saltado por los aires en tres, o tal vez más, naciones soberanas e independientes?

No nos vengan, Sánchez o Zapatero, con el cuento de una España plurinacional, que sólo existe en sus delirios cambiantes de opinión, mientras que la realidad sería la de tres, o más, Estados taifas independientes.

Ni convivencia, ni democracia. No, Sánchez, usted nunca ha ganado por mayoría, ni absoluta ni relativa, unas elecciones. Y la mayoría, con todos sus defectos, es una de las reglas de oro de la democracia. Usted ha tenido que agenciarse una mayoría que le permita gobernar aliándose y pactando con quienes aseguró que nunca se aliaría o pactaría, comunistas, independentistas y terroristas.

Usted, Sánchez, tampoco sabe convivir, dentro de lo que quede de España, con quienes no compartimos sus por lo demás cambiantes ideas.

En España hubo, sí, una ley de amnistía en 1977 para cerrar las heridas y superar los odios de la Guerra Civil y convivir en paz quienes se habían matado a garrotazos.

Ni convivencia, ni democracia. Si usted, Sánchez, estuviera seguro de que obtendría una mayoría convocando unas nuevas elecciones en el conjunto de los españoles, no tendría necesidad de buscar esa mayoría en socios espurios que, no lo dude, le apuñalarán, metafóricamente, por la espalda en cuanto se descuide y salga de La Moncloa sin sus 70 escoltas.

 

 

 

 

 

 

29 de octubre de 2023

La multa

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Me manda mi hijo en una foto por wasap un aviso de la Oficina de Correos de El Espinar comunicando que no se ha podido entregar en mi domicilio un envío certificado por hallarse ausente el destinatario (que soy yo). Mando a mi hijo, también por wasap, una autorización para recoger dicho certificado. De nuevo por sendas fotos a través de wasap me entero de que el tal certificado es un documento “para identificar al responsable por infracción de circulación. Multa con pérdida de puntos”.

Para identificar a la persona que conducía el vehículo, la notificación ofrece cuatro opciones. Las tres primeras consisten en cumplimentar los formularios correspondientes a través de las siguientes direcciones electrónicas: www.madrid.es/multas, www.madrid.es/carpeta y de nuevo www.madrid.es/multas. No me queda clara la diferencia entre la primera y la tercera opción. En cualquier caso, y después de entrar en esas direcciones de la web, me entero de que, sin tener un DNI electrónico, no puedo gestionar nada por ese procedimiento.

O sea que opto por la cuarta opción, que consiste en “indicar los datos completos de la persona que conducía o del arrendatario del vehículo responsable, que constan en el reverso de este documento, y remitirlo a a través del registro electrónico www.madrid.es/multas (...) o en cualquiera de los registros a los que hace referencia la normativa sobre procedimiento administrativo”. Ya he dicho que no puedo acceder al registro www.madrid.es/multas por carecer de DNI electrónico. Los otros registros los he tenido que buscar por mi cuenta en google.

Al final, tengo que llamar al 010 y, tras varios intentos fallidos y después de esperar tres minutos, logro hablar con una operaria, esta sí, muy amable, en un lenguaje inteligible.

Así que, siguiendo sus instrucciones, envío por carta certificada a la dirección Ayuntamiento de Madrid. Multas de circulación, calle Albarracín 33, el documento con la identificación de la persona que conducía el vehículo.

Que era yo mismo, y que cometí una infracción grave al “rebasar un semáforo en fase roja”. La notificación se justifica: “No entregada en mano por conocimiento de hecho e identidad del vehículo por imagen”.

El tal documento, te aclara una nota al pie, “no es válido para el pago de la multa”, que asciende a 200,00 euros, o 100,00 en importe reducido, y que cuando escribo este blog, día 27 de octubre de 2023, aún no he podido pagar, siendo así que la notificación se emitió el 13/10/2023 y la infracción se cometió el 12/09/2023.

En una nota en letra diminuta en las dos últimas líneas del documento de marras se puede leer: “Este documento cumple las recomendaciones de Comunicación Clara del Ayuntamiento de Madrid. Puede conocer el proyecto y enviar sus sugerencias a través de www.madrid.es/comunicacionclara”.

Pues si el documento que me ocupa, y del que sólo he transcrito un resumen, cumple las recomendaciones de Comunicación Clara, ¡cómo serán los impresos que no las cumplan!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

22 de octubre de 2023

Por qué estoy con Israel

 Las palabras y la vida

 Alberto Martín Baró

Estoy con Israel porque este país es, en la actualidad, una democracia, con todo lo que este régimen político comporta de libertad y de igualdad para sus ciudadanos en un Estado de derecho. Y porque dentro de sus fronteras coexisten pacíficamente judíos, árabes y cristianos.

No olvido que Jesús de Nazaret, para mí y para tantos creyentes el personaje más influyente, admirable y venerado de la historia, independientemente de que se crea o no en su condición de Hijo de Dios, era judío. Más aún, Jesús no sólo fue judío, sino, como el gobernador romano Poncio Pilatos hizo inscribir en la cruz en la que fue crucificado, INRI, Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, o sea rey de los judíos.

Ya con anterioridad la historia de los judíos o israelitas estuvo teñida con tintes religiosos. Según narra el Éxodo, el segundo libro de la Biblia, Dios Yahvé, por medio de Moisés, libera a los israelitas de la esclavitud en Egipto y, a cambio de su fidelidad, les promete una “tierra que mana leche y miel”. Esa tierra prometida era Palestina, un territorio semidesértico y árido que, cuando llegaron los israelitas, ya estaba habitado por otros pueblos, en particular los filisteos. Territorio que, a lo largo de los siglos, fue dominado por sucesivos invasores: asirios, babilonios, griegos, asmoneos, romanos –en tiempos de Jesús–, bizantinos, otomanos y británicos. Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el Holocausto de millones de judíos por los nazis. Cuando los británicos cedieron el control de Palestina a las Naciones Unidas, la ONU vota en 1947 la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. El Estado de Israel es proclamado el 14 de mayo de 1948, mientras que los árabes no aceptan la división y desde entonces atacan a Israel en sucesivas guerras, en las que inesperadamente salieron derrotados por el minúsculo Estado de Israel.

Me he extendido en la relación, aun así esquemática, de los avatares por los que ha pasado Israel para poner de relieve el tesón y la fortaleza de un pueblo que, en medio de exilios y dispersiones, nunca perdió la esperanza de regresar a la tierra prometida y, ya antes de su creación como Estado en 1948, había llevado a cabo ingentes obras de forestación, roturación de campos y caminos, plantación de naranjales, creación de escuelas, institutos técnicos y científicos, universidades, teatros, una orquesta filarmónica, órganos administrativos…

Por todo ello, también estoy con Israel, un país que es un ejemplo de prosperidad: en un medio geográfico adverso ha logrado crear esa “tierra que mana leche y miel” que Yahvé había prometido a los israelitas.

Y, desde 1966, trece israelíes, han sido galardonados con el Premio Nobel, en los campos de la química, economía, literatura y paz, entre los que citaré a Menájem Beguin y Simon Peres, por sus esfuerzos para crear la paz en Oriente Medio. Y son judíos personajes eminentes en las ciencias, las artes y la literatura, como, por sólo citar unos pocos, Albert Einstein, Sigmund Freud, Amedeo Modigliani, Marc Chagall, Gustav Mahler, Franz Kafka, Gabriela Mistral, Marcel Proust…

Mientras, la franja de Gaza, dominada por el gobierno terrorista de Hamás, malvive en la pobreza a pesar de la ingente ayuda económica que recibe de la Unión Europea y otros países, ayuda que la Autoridad Palestina malgasta en armas con las que atacar a Israel, como ha ocurrido el pasado 7 de octubre.

Sí, estoy con Israel. Pero al mismo tiempo estoy con la población árabe palestina, utilizada como escudo humano por Hamás en su obsesión fundamentalista de “arrojar a Israel al mar”. Estoy con el pueblo árabe palestino que sufre en su carne el terrorismo de Hamás y de la Yihad islámica.

El fundamentalismo terrorista de Hamás es el principal obstáculo para la creación de un Estado árabe palestino, por la que aboga el presidente rotatorio de la Unión Europea Pedro Sánchez, mientras miembros de su Gobierno en funciones acusan a Israel de genocida y aplauden las matanzas terroristas perpetradas por Hamás.

 

 

 

 

 

 

15 de octubre de 2023

La Fiesta Nacional

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Me gustaba celebrar el 12 de octubre el Día de la Hispanidad, con esa abertura de España a Hispanoamérica, unidos los pueblos a ambos lados del océano Atlántico por el idioma, la religión y la cultura.

Pero no me opongo a que, como en el Día de las Fuerzas Armadas, los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire desfilen en solemne parada ante el rey Felipe VI –y en esta ocasión también ante la princesa de Asturias, su hija y heredera– en sentido homenaje a la Monarquía que nos une, a la bandera y a los caídos que dieron su vida por España.

Cuando veía la retransmisión del desfile por televisión, no podía dejar de pensar angustiado en la matanza terrorista de Hamas a civiles israelíes, incluidos niños, bebés y jóvenes que asistían a un concierto por la paz. Y en un mundo convulsionado por las guerras, ¡cómo no aprobar la necesidad de los países de dotarse de ejércitos poderosos con que defenderse de ataques enemigos!

Me venía a la mente el dicho latino: “Si vis pacem, para bellum”, “Si quieres la paz, prepara la guerra”, tomado con algún cambio del tratadista militar romano Vegecio, que en el año 390 escribió en su Epitoma rei militaris, Epítome de cuestión militar, lo siguiente: “Igitur, qui desiderat pacem, preparet bellum”, “Así pues, quien desee la paz, prepare la guerra”.

Ante las amenazas bélicas, y lo que es peor terroristas, que acechan a cualquier país, incluido el nuestro, me parecían insuficientes las Fuerzas Armadas que veía desfilar, los vehículos terrestres y los aviones de combate surcando el cielo.

Las guerras se libran hoy fundamentalmente con misiles que pueden alcanzar cualquier objetivo por lejano que esté. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que asolaron ciudades, campos, puertos y barcos han sido en gran parte sustituidos por lanzamientos de misiles de gran precisión y poder destructivo. La invasión de Ucrania por Putin se ha llevado a cabo principalmente con misiles. Y el ataque terrorista de Hamas a Israel comenzó asimismo con el lanzamiento de potentes misiles.

¿Cuentan las Fuerzas Armadas de España con estas armas de destrucción certeras a distancia? Se me dirá que estamos dentro de la OTAN, protegidos por su paraguas nuclear y misiles de precisión. El mismo Felipe González, que enarboló el lema “OTAN de entrada no”, lo cambió por el de “OTAN de entrada sí”, y firmó el 30 de mayo de 1982 el tratado de ingreso en la Organización del Atlántico Norte.

Es muy hermoso el pacifismo en un mundo de naciones hermanas. Pero ese mundo no existe. No ha existido nunca. Desde el comienzo de la historia de la humanidad, los pueblos han atacado a sus vecinos para apoderarse de sus tierras y sus bienes. El mapa de las naciones y Estados no se traza por tratados de amistad, sino por la fuerza de las armas.

Hemos celebrado este 12 de octubre de 2023 la Fiesta Nacional. ¿Celebraremos esta Fiesta Nacional en 2024 cuando el epíteto de Nacional está siendo atacado por quienes quieren sustituirlo por Plurinacional, rompiendo la unidad que consagra la Constitución Española en su Artículo 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”?

El pueblo español está con el Rey y con el Ejército. No con el felón de Pedro Sánchez, que se arrima a Felipe VI en un intento fallido de no ser pitado y abucheado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8 de octubre de 2023

Inma Chacón, El cuarto de la plancha

 

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

El pasado jueves 5 de octubre hemos inaugurado, de nuevo en el restaurante El Espino, bajo el amparo amoroso de Isabel Codina, el curso de El libro del mes con una emotiva tertulia dedicada a la novela El cuarto de la plancha de Inma Chacón. Gracias a los buenos oficios de Javier de la Nava y Francisco Rodríguez Tejedor hemos contado con la presencia impagable de la autora, que ya compartió con nosotros su creatividad narrativa en la reunión del 4 de mayo de 2016, en esa ocasión con el libro Mientras pueda pensarte, presentado también por Paco Rodríguez Tejedor y Javier de la Nava. Gracias Inma, te queremos.

Y después de leer El cuarto de la plancha y escucharte hablar con el corazón de tu familia, amamos también a tu madre, a tu padre, a tus ocho hermanos, a tus abuelas y abuelos, y a toda su numerosa descendencia.

En una breve introducción, Javier de la Nava cuenta que todos los años el 9 de marzo, Día Nacional de las Personas Desaparecidas, se encuentra con Inma Chacón. Este año, Inma le comentó que iba a publicar El cuarto de la plancha y Javier le propuso presentar el libro en nuestra tertulia del 5 de octubre e Inma aceptó.

Entre las reflexiones de la novela, Javier menciona la siguiente: “Gracias al poder evocador de los sentidos, regresamos a un beso, un baile, un juego, un castigo, una alegría, una pena, un amor o un desamor”.

Paco Rodríguez Tejedor hizo una breve semblanza de Inma Chacón, nacida en Zafra en 1954, doctora en Ciencias de la Información, que impartió clases en la Universidad Complutense de Madrid, además de cursos en otras universidades de diversos países, compaginando su actividad docente con la escritura, aunque se inició en la creación literaria en una edad madura, con la novela La princesa india (2005), que su hermana gemela Dulce habría querido escribir, cuando enfermó del cáncer que acabó con su vida en 2003. Dulce pidió a Inma que llevara a cabo ese proyecto, y ella se decidió después de encontrar un extraño colgante que bien podría haber sido de la princesa.

También hace Paco un rápido recorrido por las principales obras de Inma Chacón, que yo aquí no voy a repetir y que pueden encontrarse en la solapa de El cuarto de la plancha.

Esta novela es, a juicio de Paco, “un homenaje a las mujeres de la época de los años cincuenta y sesenta, que tenían un montón de hijos (los que Dios les mandaba, pues no se utilizaban métodos anticonceptivos). En el caso de Inma, eran nueve hermanos y su madre era una auténtica matriarca, que supo sacarlos adelante después de quedar viuda muy joven”.

El cuarto de jugar, ya a juicio de la propia autora y a diferencia de la opinión de Rodríguez Tejedor, sí tiene una estructura. No la clásica de planteamiento-nudo-desenlace, sino la de la memoria. Y la memoria tiene sus propias reglas. Así, según Inma, ella no ha querido escribir una biografía, ni un libro de memorias. Cuando alguno de sus hermanos le dice que tal recuerdo de ella no se corresponde con lo que sucedió, Inma sólo afirma que ella cuenta lo que conserva en su memoria.

Refiere, eso sí, las numerosas anécdotas que le contó su madre, repetidas veces. Aunque no se olvida de su padre, que fue alcalde de Zafra y que murió cuando Inma y Dulce tenían once años. Fue un hombre muy activo y trabajó por modernizar la ciudad. Inma reproduce al principio y en el epílogo de El cuarto de jugar fragmentos de poemas de su padre Antonio Chacón Cuesta, que también cultivó la poesía.

Pero el libro es, sobre todo, un vibrante canto a la madre y a la familia, al clan, que siempre está ahí para ayudar al miembro que lo necesita.

¡Qué bien narra sus vivencias Inma Chacón! En el libro y en la tertulia. No se contenta con un par de adjetivos o epítetos para expresar un sentimiento, una experiencia, un dolor, un gozo. Como se lee en la camisa de El cuarto de jugar, este libro es “la voz única, sincera y dulce, certera y personalísima de Inma Chacón desgranando una obra inolvidable, tierna, divertida y cercana, también desgarradora por momentos, la historia de su familia, y la suya propia, narrada como su más fascinante novela”.

Después de la muerte temprana del padre, la madre se trasladó a Madrid con sus nueve hijos y consiguió sacarlos adelante.

Dedica Inma especial remembranza a su hermana gemela Dulce, aunque sin mencionar su nombre, como tampoco nombra lugares ni personajes, salvo algunos no vinculados a la familia. Dulce irrumpió como un vendaval en el panorama literario español con obras como el poemario Querrán ponerte nombre (1992) y la novela Cielos de barro (2003), a la que en El libro del mes dedicamos una tertulia el 5 de junio de 2013.

La muerte de Dulce fue para Inma una experiencia traumática, de la que tardó en recuperarse. Refiere el comentario que le dedicó José Saramago: “Antes erais una en dos, y ahora sois dos en una”. Así Inma ha tenido que acostumbrarse a hablar en singular y a “ser en singular”, pues hasta entonces, durante muchos años todo el mundo les hablaba en plural y ellas mismas hablaban en plural.

En el hospital, Dulce le decía a Inma: “Me sentirás siempre. Me quedaré dentro de ti. Me sentirás, ya lo verás, porque soy tú, igual que tú eres yo”.

Mientras que la madre era una mujer creyente, muy religiosa y practicante, Inma se declara “bastante descreída, como mi hermana gemela. Decir que soy atea me parece demasiado tajante”. No sabe si existe Dios, pero sí existe la idea de Dios en todos los pueblos y en todas las épocas. Cuando la madre ya no podía asistir a misa, le llevaban a casa la comunión.

Lean El cuarto de la plancha, que para Inma evoca el olor a calentito, a ropa limpia y planchada. Se emocionarán, como yo me he emocionado. Y aprenderán a ser felices, como Inma intenta con su literatura enseñar a la gente a ser feliz.

 

 

 

 

 

 

 

1 de octubre de 2023

España fracturada

 Las palabras y la vida  

Alberto Martín Baró

España, una vez más en su historia, se encuentra hoy dividida en dos mitades casi equivalentes y al parecer irreconciliables. Si nos atenemos a los resultados de las últimas elecciones generales al Congreso de los Diputados celebradas el 23 de julio de este aciago 2023, de una población de 48.345.223 habitantes, acudieron a votar 24.688.087. El PP obtuvo 8.091.840 votos y el PSOE 7.760.970. Esta pequeña diferencia se mantiene si a los votos del PP sumamos los 3.033.744 de Vox, lo que arroja un total de 11.125.584, y si a los votos del PSOE sumamos –valga la redundancia– los 3.014.006 de Sumar, lo que da un total de 10.774.976. Es decir, que entre las derechas (prescindo para este cálculo de los votos de UPN y CC) y las izquierdas sólo existe una diferencia de 350.608 votos a favor de PP y Vox.

Dados los antecedentes del PSOE de Pedro Sánchez y su disposición a aceptar no sólo los escaños de los comunistas de Podemos, o sea los 31 de Sumar en las elecciones de 2023, sino también los 7 de ERC, los 7 de Junts, los 6 de Bildu y los 5 del PNV, es fácil concluir que la balanza en la investidura se incline con toda probabilidad a favor del candidato del PSOE Pedro Sánchez, una vez fracasada la investidura del candidato del PP Alberto Núñez Feijóo.

En la fecha en la que publico este blog, 1 de octubre de 2023, todo apunta a que Pedro Sánchez aceptará la amnistía de los condenados por su participación en el golpe de Estado de 2017, camuflada de constitucional por el Tribunal Constitucional presidido por el partidario felón de Pedro Sánchez Cándido Conde-Pumpido, y que es la primera condición exigida por ERC y Junts para dar su apoyo al presidente en funciones. La segunda condición puesta por el Parlamento de la Generalidad es que Sánchez se comprometa por escrito a “trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum”. Pedro Sánchez no tendrá dificultad en asegurar que “trabajará para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum”, pero que a la hora de la verdad, y a pesar de todos sus esfuerzos, no pudieron darse esas condiciones para celebrar un referéndum.

Tantas veces se ha desdicho Sánchez de lo que aseguró que haría o no haría, incluida la alianza con Podemos que le quitaba el sueño, que aceptar esa exigencia tan poco concreta de los independentistas catalanes no le representará ningún problema y a los independentistas catalanes les justificará ante sus bases.

Una mirada a las leyes promulgadas por el Gobierno de Pedro Sánchez y refrendadas por los parlamentarios del PSOE, Podemos, nacionalistas, independentistas y terroristas en la pasada legislatura, como la ley de memoria democrática, la ley del aborto, la ley de la eutanasia, la ley trans y la ley del sólo sí es sí, por citar las más opuestas a las convicciones y la moral de los conservadores, abren una brecha insalvable entre los dos bloques en que se ha fracturado la población, iba a decir española, pero la connivencia del Gobierno de Pedro Sánchez con los partidos que quieren romper España y la igualdad entre españoles significa que ha renunciado a defender el Artículo 2 de la Constitución Española, que reza así: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”. Y el Artículo 3.1: “El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”.

Y que Felipe VI se ande con cuidado, pues el próximo envite del Gobierno Frankenstein 2 será derrocar la monarquía parlamentaria e implantar la República con la que el PSOE fagocitado por Sánchez y sus aliados sueñan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

24 de septiembre de 2023

La DANA en El Espinar

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Después de las olas de calor que hemos pasado en el mes de agosto, han llegado las DANA en septiembre. Y una de ellas ha tenido efectos catastróficos en El Espinar y San Rafael, sobre todo en forma de inundaciones de sótanos y garajes.

Recuerdo que, antes de que se pusiera de moda el término DANA, solía hablarse de “gota fría”, fenómeno que el diccionario de la Real Academia Española define como “Masa de aire que se desprende de una corriente muy fría y que desciende sobre otra de aire caliente produciendo grandes perturbaciones atmosféricas acompañadas de precipitaciones muy intensas”.

Hacia mediados de los años ochenta, la expresión gota fría comenzó a ser sustituida por el acrónimo más apropiado de DANA, que según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), es una “depresión aislada en niveles altos”. La precisión de “niveles altos” se utiliza para diferenciar las DANA de otro tipo de depresiones, como las de origen térmico que se dan en la península Ibérica durante los meses cálidos en capas bajas.

Sea lo que fuere de estas precisiones de los meteorólogos, lo que nos interesa a los que sufrimos una DANA es cómo defendernos de sus desastrosos efectos.

Hemos cubierto las ciudades, las calles, las carreteras, de asfalto, de cemento, de enlosados, de edificaciones de todo tipo, y cuando las precipitaciones de lluvia se acumulan en cantidades anormales por metro cuadrado, el agua no tiene por donde salir y se producen inundaciones.

Mi calle en El Espinar se llama del Prado, porque en efecto nuestra urbanización era antes una extensa pradera. Mi garaje no se ha inundado, pero sí lo han hecho otros de mis vecinos.

Cuando me dirijo en coche por la carretera de Ávila a mi casa, observo a ambos lados zonas de tierra o hierba, que pueden absorber el agua de la lluvia. Pero en zonas en pendiente, la tierra invade el asfalto. Las llamadas “zonas verdes”, los parques y jardines, los alcorques de los árboles, los arriates tienen entre otras virtudes la de filtrar las precipitaciones.

Han sufrido los mayores daños las calles del Arroyo Merlero –eufemismo por Merdero, porque el tal arroyo recogía en tiempos las aguas fecales– y Yecla, por el reventón de la canalización del arroyo.

En muchos lugares de España se ha construido en ramblas o cauces de corrientes fluviales. ¿Y nos quejamos cuando esas corrientes reclaman su derecho de paso?

Otra queja habitual de los afectados por las riadas es la falta de limpieza o dragado de los ríos y arroyos. Más de una vez he denunciado en mis escritos la suciedad de las márgenes del arroyo del Boquerón, por poner sólo un ejemplo.

En las pasadas fiestas del Cristo del Caloco, cuando crucé la carretera de La Coruña para dirigirme con mis hijos y nietos a la ermita, me asomé al arroyo de la Soledad y vi que corría con dificultad entre ramajes y matojos. ¿Qué ocurre cuando se produce una tromba de agua? El agua se desborda y arrastra cuanto encuentra a su paso.

También observé que se había derrumbado la pared trasera del cementerio. Me dicen que causó la muerte de dos caballos.

Las inundaciones, como los incendios, se evitan antes de producirse. No culpemos a la DANA ni al socorrido cambio climático. Lo que tenemos que cambiar son nuestros hábitos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

17 de septiembre de 2023

Amnistía, sí, independencia, no

 Las palabras y la vida

Alberto Martín Baró

Desde luego, los independentistas catalanes condenados por su participación en el ‘procés’ quieren la amnistía. Y saben que Pedro Sánchez se la va a conceder, por más voces que dentro del PSOE se alcen en contra de esta concesión. Son voces de socialistas que ya no tienen ningún poder efectivo en la política nacional y que, además, a pesar de todos los pesares, votan y votarán al PSOE.

Otra cosa es que los independentistas catalanes quieran realmente la independencia. Sus dirigentes, tanto dentro de ERC como de Junts, saben que los catalanes partidarios de la independencia de Cataluña, según encuestas realizadas por centros de estudios nada sospechosos de favorecer el sentimiento español, no superan el 48 %, de acuerdo con los datos del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de abril de 2023, o incluso el 40 %, de acuerdo con la encuesta del Institut de Ciències Politiques i Socials ((ICPS) de la Universidad Autónoma de Barcelona de enero de 2023.

La Diada del lunes pasado 11 de septiembre ha contado con la menor participación de toda su historia: 115.000 personas según la Guardia Urbana.

Pero hay un hecho aún más decisivo que demuestra que el Gobierno de la Generalitat no está por la labor de una República Catalana independiente, y es la declaración de independencia del entonces presidente Carles Puigdemont el 10 de octubre de 2017: “Asumo presentarles los resultados del referéndum, el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en Estado independiente en forma de República”. Para a continuación añadir: “Proponemos suspender durante unas semanas la declaración de independencia para entrar en una etapa de diálogo”. Así, la República de Cataluña independiente ¡duró ocho segundos! Y Puigdemont se fugó a Bélgica.

Saben los dirigentes políticos catalanes que la independencia sería ruinosa para Cataluña y para ellos mismos. Sin los fondos millonarios que les transfiere el "opresor" Estado español la ruina de la República Catalana independiente sería inevitable y las empresas abandonarían Cataluña para trasladarse a otras ciudades de España o del extranjero.

A los dirigentes políticos catalanes les trae más cuenta amenazar, amagar y no dar. Nunca tan pocos votos, 462.883 de ERC, un 1.89 % del total de votantes en las elecciones generales del 23J, y 392.634 de Junts, un 1.60 % del total, han conseguido tantos beneficios.

Saben que esos exiguos votos los necesita Pedro Sánchez para seguir en La Moncloa.

Los independentistas catalanes “apretarán” lo justo para que el Gobierno de Pedro Sánchez no cierre el grifo de transferencias y concesiones.

Pero de República de Cataluña independiente, ‘res de res’, nada de nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10 de septiembre de 2023

No obstante, votan al PSOE

 Las palabras y la vida

Alberto Martín Baró

En una entrevista que le hizo Carlos Alsina en Onda Cero el martes pasado 5 de septiembre, el expresidente del Gobierno Felipe González declaró que “En la Constitución no caben ni la amnistía ni la autodeterminación”. Según el histórico socialista, una posible amnistía a los condenados por el golpe de Estado del 1 de octubre de 2017 en Cataluña no sólo borraría el delito, sino que condenaría el ordenamiento jurídico y daría la razón a los que se han levantado. Esta medida equivaldría a decir que los que quebrantaron la ley son víctimas de la represión y el descalificado es el régimen opresor.

Además, manifestó Felipe González, que el amnistiado “debe reconocer que se le está perdonando una pena, que se está aliviando su situación”, pero que también “debe decir: esto no lo voy a volver a hacer”. Lo que sucede es que los condenados por el ‘procés’ “quieren que se les amnistíe para volver a hacerlo”.

En el transcurso de la entrevista confesó que “sí” había votado al PSOE en las elecciones generales del 23J, pero que le había costado más que otras veces y que experimenta un sentimiento de “orfandad” al prever la repetición del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez con el apoyo necesario de las fuerzas independentistas.

Recordó que reformar la Constitución sólo sería posible con un acuerdo PP-PSOE.

Vale, Felipe, sabias y acertadas consideraciones. Pero, a pesar de todos los pesares y de ese sentimiento de “orfandad”, votaste al PSOE de Pedro Sánchez, sabiendo que también él lo volverá a hacer: aliarse con Sumar, o sea el comunismo, y con todos los partidos independentistas, y reeditar el Gobierno Frankenstein.

A eso, Felipe, se le llama coherencia. No te gusta el PSOE de Sánchez, pero le votas. Tengo amigos socialistas y comunistas que incurren en la misma contradicción. “No querrás que vote al corrupto PP o a la extrema derecha de Vox”. Ya sé que eso repugna a los que se consideran “izquierda progresista”. Pero hay otras opciones, como son la abstención o la papeleta en blanco.

El PSOE actual está fagocitado por Pedro Sánchez. Ya he escrito más de una vez en este blog que no existe el “sanchismo”, malhadado término, incluso desde el punto de vista léxico, que ha hecho fortuna, hasta entre los críticos de Sánchez. Y también he demostrado con las propias declaraciones del presidente en funciones, que él no tiene ninguna convicción ni ningún proyecto, salvo el de continuar en La Moncloa. Así, respecto a la amnistía, afirmó el 20 de julio de 2023: “El independentismo pide la amnistía, algo que este Gobierno no va a aceptar y que desde luego no entra en la legislación ni en la Constitución”.

A Pedro Sánchez le traen al pairo el federalismo, la nación de naciones, la desjudicialización del ‘procés’, el encaje de Cataluña en España… Si le beneficiara, volvería a apoyar la implantación del 150 en Cataluña, como hizo en su día con el PP de Mariano Rajoy.

Pero, hoy por hoy, su permanencia al frente del Gobierno está condicionada por el apoyo de comunistas, independentistas y terroristas, todos ellos fuerzas de progreso y defensores de la igualdad de los españoles.

¿Qué digo? ¿Españoles? No, catalanes, vascos, gallegos, con sus naciones y repúblicas propias, y ciudadanos de segunda, que han tenido la desgracia de nacer en regiones atrasadas, sin raíces históricas, castellanos, leoneses, navarros, andaluces, asturianos, cántabros, aragoneses, riojanos, extremeños, valencianos, murcianos, canarios, baleares… ¡Vaya por Dios! A excepción de Castilla La Mancha, Navarra y Asturias, las Comunidades Autónomas gobernadas, tras las elecciones del 28 de mayo, por el PP, aliado o apoyado por Vox. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3 de septiembre de 2023

El beso

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

El beso es, desde siempre, en los seres humanos manifestación de amor, de amistad, de ternura, de felicitación, de respeto, de reverencia, así como expresión y medio del deseo y de la unión sexual, que se lleva a cabo tocando u oprimiendo con los labios distintas zonas del cuerpo, como las manos, las mejillas, la boca, o hasta partes pudendas.

A lo largo de la historia, el beso ha sido plasmado en numerosas obras de arte. Así me vienen a la memoria entre otros famosos:

–Los besos de amantes griegos representados en ánforas y otros recipientes de cerámica de varios siglos antes de Cristo.

–El beso materno de la Virgen eleusa o de la ternura a su hijo, propia del arte bizantino.

–Los besos surrealistas del tríptico de El Bosco El jardín de las delicias, de principios del siglo XVI.

–La imagen de Psique despertada por el beso de amor del dios Cupido, talla de Antonio Canova de finales del siglo XVIII.

–La bellísima escultura en mármol blanco El beso de Rodin, ya en el siglo XIX.

–El colorido Beso pintado por Gustav Klimt a principios del XX.

Famosas se han hecho las fotos de un marinero y una enfermera besándose apasionadamente para celebrar el final de la Segunda Guerra Mundial, captadas por Alfred Eisenstaedt y Victor Jorgensen.

Pero, ay, en la España de estos tristes días, no hay otro beso digno de mención que el malhadado y justamente vilipendiado de un oscuro presidente de la Real Federación Española de Fútbol.

Y así, en vez de alegrarnos y celebrar por todo lo alto la victoria en la Copa Mundial Femenina de la FIFA de la selección española de fútbol, los medios de comunicación ocupan sus programas con el triste beso de un personaje que debería ser vilipendiado mucho más por sus numerosas corruptelas.

Pero al seudofeminismo progre le interesa más revolcarse en la mugre de la agresión sexual a una jugadora que desvelar y condenar tales casos de corrupción.

Y los políticos, embarcados en hacer concesiones anticonstitucionales a independentistas, secesionistas y terroristas para conseguir la investidura, prefieren que la opinión pública siga anestesiada dándole vueltas a un ósculo que mancilla la iconografía secular de la historia del arte.

El beso de los amantes ha sido en el cine imagen de final feliz. Que no nos quiten esos besos, como se cortaban en el cine de mi juventud y en la película Cinema Paradiso.

 

 

 

 

 

 

 

 

27 de agosto de 2023

Lo que cuesta un escaño

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

He consultado en varios medios de comunicación los resultados de las elecciones generales del 23 de julio. En unas tablas, que aquí no voy a reproducir y que el lector puede consultar en internet, figuran los 11 partidos políticos que han obtenido diputados para el Congreso, a saber, por orden de más a menos diputados: PP 137, PSOE 121, Vox 33, Sumar 31, ERC 7, Junts 7, EH Bildu 6, PNV 5, BNG 1, CCa 1, UPN 1. En una tercera columna aparecen los números de votos conseguidos por cada partido, y en una cuarta columna el porcentaje que esos votos representan sobre el total de participantes en dichas elecciones.

Pues bien, me han llamado la atención las notables diferencias que existen en el número de votos que cada partido ha necesitado para alcanzar los escaños obtenidos.

Así el PP, ganador de las elecciones, consiguió 8.091.840 votos, o sea, un 33.05 % de los participantes, lo que se traduce en 137 escaños. Esto significa que cada escaño le ha costado aproximadamente 590.064 votos.

En el caso del segundo partido más votado, el PSOE, para obtener un diputado ha necesitado unos 641.400 votos.

Si trasladamos estas operaciones a ERC, 462.883 votantes, o sea, 1.39 % de los participantes, le han significado 7 escaños, con lo cual cada escaño está avalado aproximadamente por 66.120 votos.

En los tres últimos puestos de la columna de partidos figuran BNG, CCa y UPN, los tres con un escaño, que al BNG le ha costado 152.327 votos, a CCa 114.718 y a UPN 51.761.

Supongo que estas diferencias se explicarán por la Ley D’Hondt, sistema de cálculo proporcional que divide el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción. Esta explicación podría valer para aquellos partidos que se presentan por distintas circunscripciones, pero no para el PP y el PSOE que se presentan en una única circunscripción.

Ni siquiera los expertos en la Ley D’Hondt se ponen de acuerdo a la hora de valorar las ventajas y los entresijos de la misma, que yo, por supuesto, nunca he llegado a entender.

Hay quienes opinan que los partidos nacionalistas e independentistas están sobrerrepresentados en el Parlamento español. Otros piensan que en un sistema de circunscripción única los resultados serían similares.

En mi opinión, partidos como ERC, Junts, EH Bildu y BNG, que no han acudido a la consulta del jefe del Estado para comunicarle a qué candidatos a la investidura apoyan, no merecen tener representación en el Parlamento español.

Unas fuerzas políticas que abogan por la destrucción de España como nación indivisible de todos los españoles, que no acatan la Constitución vigente, ellas mismas se excluyen del sistema parlamentario.

Más extraño aún resulta que los dos candidatos a la investidura estén dispuestos a negociar con tales partidos y a concederles exigencias que no está en su mano otorgar sin saltarse la Constitución.

Claro que, después de haber tenido como aliado del Gobierno en la pasada legislatura a un partido comunista, se llame Podemos, o ahora Sumar, tampoco debe extrañarnos que nacionalistas, separatistas e independentistas, que juran su cargo por la república catalana o cualquier otra entelequia, condicionen la vida política española.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20 de agosto de 2023

Luchas del verano

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Comprendo que haya gente que, huyendo del calor, se venga a Santander, donde, en lo que llevamos de agosto, no hemos pasado de 27 grados.

Ya se me hace más difícil entender a quienes, sin salir de la capital cántabra, acuden a alguna de sus hermosas y doradas playas a luchar por conseguir un lugar al sol.

Sí, porque incluso en las amplísimas arenas del Sardinero, los días soleados resulta arduo encontrar un espacio donde extender la toalla y plantar la sombrilla y la silla.

Tengo catalogados varios tipos de usuarios playeros. Están quienes se tumban en la toalla o hamaca o se sientan en una silla, y así se están, después de untarse bien el cuerpo de cremas solares, hasta que estiman llegado el momento de levantar los reales e irse sin bañarse.

Numerosos son también los que pasean –o paseamos, pues yo me cuento entre estos– por la orilla, pasando de La Concha a la primera o a la segunda playa del Sardinero, y vuelta. La mayoría de ellos tampoco mete en el agua del mar más que los pies.

Luego están las minorías que juegan a la pelota con palas o con balones, así como los niños que hacen hoyos o montones de arena acompañados de sus padres o madres. Estos pequeños sí suelen bañarse.

Así que, en resumidas cuentas, son pocos los que, incluso en los días en que el mar está tranquilo, se adentran donde cubre.

Y esto, insisto, en playas como las amplísimas y frescas del Sardinero. Cuando veo en los telediarios las atiborradas y ardientes de Levante o de Andalucía, no se me alcanza que el personal se dispute un palmo de espacio en ellas.

Leo en la prensa que este mes de agosto hay quienes han pedido un crédito para poder salir de vacaciones. Crédito que luego, obviamente, hay que devolver, añadiendo así dificultades a las ya habituales para llegar a fin de mes.

Y, repito, si la escapada es a un lugar donde la temperatura no pasa de los 27 grados, merece la pena. ¿Pero a costas en las que se alcanzan o superan los 40 grados?

Pues bien, las luchas del verano no acaban en las orillas del mar. Luego está la batalla por encontrar dónde comer. Si no has reservado mesa con antelación, despídete de encontrar sitio, incluso en restaurantes de precios elevados. Los profesionales del sector preferirían que los clientes se escalonaran a lo largo del año. Pero claro los veraneantes elegimos las fechas cruciales.

Menos mal que, para los conciertos del Festival Internacional de Santander, si cuentas con entradas adquiridas de antemano, se acabaron las peleas. El disfrute de música como la Novena Sinfonía de Beethoven, El lago de los cisnes de Tchaikovski, la Sinfonía nº 1 de Mahler, el recital de piezas de ópera y de zarzuela a cargo del tenor Juan Diego Flórez y obras de piano de Purcell y Mozart por Grigori Sokolov.

Entonces las luchas del verano se convierten en sereno deleite.