29 de septiembre de 2024

Cruceros y cayucos

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Estábamos este verano mi mujer y yo sentados en la playa del Puntal de Santander cuando a nuestra derecha aparece un enorme transatlántico de numerosos pisos que a cada intervalo de tiempo hace sonar la sirena. Cuando pasa por delante del punto donde nosotros estábamos, a mí, que nunca había visto un crucero de esas dimensiones tan cerca, me llama la atención, por supuesto su altura, pero también lo cerca que pasa de la línea de arena.

Tampoco he realizado un crucero, un viaje de placer en un barco de ese mismo nombre con escala en varios lugares. El transatlántico que sale del puerto de Santander y atraviesa la Bahía se dirige a Southampton, ciudad portuaria de la costa sur de Inglaterra. En alguna ocasión he comentado a mi mujer que me gustaría hacer esa travesía a Southampton en el ferri de marras.

Sin embargo, hace un par de noches soñé que, en efecto, estaba alojado en ese hotel flotante haciendo un crucero de placer. Pero, en el sueño, y a pesar de que me vi jugando al frontenis, mi deporte favorito, en un pequeño frontón con que contaba el buque, pronto deseé desembarcar y pasear por los amenos parajes que se divisaban en la costa.

Del crucero de lujo, y siempre en alas del sueño, ya más bien pesadilla, me vi trasladado a un cayuco, rodeado de jóvenes negros, mujeres y algún bebé, no sabría decir si procedentes de Mauritania, Gambia o Senegal, pero sí que se dirigían a Canarias.

Esta pesadilla me ha llevado, ya en vigilia, a interesarme por el problema de la inmigración ilegal e informarme con más detalle sobre las múltiples implicaciones de todo tipo que conlleva la llegada a España y, en este caso concreto, a la isla del Hierro, de centenares y miles de inmigrantes subsaharianos.

Después de leer y escuchar a numerosos políticos y expertos en el tema de la inmigración ilegal, he llegado a las siguientes conclusiones que resumo a continuación, más para aclararme a mí, que para enseñar a mis posibles lectores.

1. Mientras que casi a diario se nos muestran en televisión imágenes de cayucos abarrotados de inmigrantes ilegales, la información sobre inmigrantes legales brilla por su ausencia. ¿De dónde proceden, cómo son legalizados, en qué trabajan en España?

2. Muchos conocedores de las dificultades de navegar en cayucos, naves de fondo plano, muy frágiles y peligrosas, dudan de que alguno de los africanos que las abarrotan sea capaz de manejarlas y atravesar los 1500 kilómetros que separan su país de origen de las costas canarias. ¿No serán transportados por barcos mayores fletados por las mafias que, una vez en aguas de las islas Canarias, abandonan a su suerte los cayucos con su cargamento humano para que los guardacostas españoles se hagan cargo de ellos?

3. España tiene el derecho y la obligación de proteger sus costas y fronteras. No se trata de hacer obras de caridad que, en resumidas cuentas, sólo benefician a las mafias y fomentan el efecto llamada.

4. No es solución repartir a los inmigrantes indocumentados, de los que se ignora la nacionalidad y la edad, por las distintas provincias españolas y albergarlos en centros que no disponen de los medios adecuados.

5. Las soluciones de las que ha hablado el presidente del Gobierno español con los dirigentes de Mauritania, Gambia y Senegal son a menudo contradictorias e irrealizables. Tan pronto señala Pedro Sánchez la necesidad de España de recibir a 250000 inmigrantes, como asegura devolver a todos los ilegales a sus países de origen.

6. Problemas como la integración de los inmigrantes en una cultura que les es ajena, o la aparición de guetos en barrios donde ni la policía se atreve a entrar, como hemos podido ver en otros países europeos, son de difícil solución sin políticas europeas coordinadas.

7. La necesidad de mano de obra en sectores de la economía española como la agricultura, la construcción, la hostelería, y que parados españoles desdeñan, prefiriendo vivir del subsidio, tampoco se resuelve con inmigrantes.

 8. Por último, habrá que fomentar en España por parte de los poderes públicos la natalidad, hoy en mínimos, a riesgo de que en unos años nuestro país deje de ser el que nos legaron nuestros padres y abuelos.

Ante este panorama desolador, me entran ganas de volver a mi sueño en el crucero…

 

 

 

 

22 de septiembre de 2024

Plan de acción contra la democracia

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

El Consejo de Ministros del pasado martes 17 de septiembre ha aprobado un “Plan de acción por la democracia”. Como ya había anunciado el presidente del Gobierno el lunes anterior a sus disciplinados y aplaudidores senadores y diputados, se trata de poner en marcha un plan de “fortalecimiento de la democracia” o también de “regeneración democrática”.

Cualquiera de estas ambiciosas expresiones da por supuesto que en España la democracia necesita un plan de acción, que hay que regenerarla y fortalecerla. O sea que en nuestro país la democracia está en peligro, debilitada y degenerada. Y son el gobierno progresista de Pedro Sánchez y el PSOE los llamados a salvar la democracia.

Pero ¿quién gobierna (es un decir) en España desde la moción de censura que desalojó de La Moncloa a Mariano Rajoy en 2018 y de nuevo después de las elecciones generales del 23 de julio de 2023 que, aunque las perdió Pedro Sánchez, se las arreglo para ser investido presidente del Gobierno aliándose con Sumar, ERC, Junts, Bildu y PNV? Pues el mismo que ahora pretende regenerar la democracia, el secretario general de un PSOE servil.

Es decir, que si la democracia en nuestro país corre el riesgo de desaparecer, si requiere ser salvada, ¿a quién habrá que achacar esa debilidad, esa necesidad de regeneración?

La respuesta es obvia: a un presidente del Gobierno, a un Consejo de Ministros, a un PSOE y a unos socios de Pedro Sánchez, que sólo han velado y trabajado por sus intereses.

Si hay un responsable principal de la degeneración democrática en España el mismo tiene nombre y apellidos: Pedro Sánchez Castrejón. El cual ha conseguido copar en un ejercicio de partidismo sin igual todas las instituciones del Estado que podrían representar un contrapeso al poder ejecutivo: el Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo, el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, la Abogacía General del Estado, el Consejo de Estado, el Centro Nacional de Inteligencia, el Centro de Investigaciones Sociológicas, el Banco de España, Televisión Española, Radio Nacional de España, la Agencia EFE de Noticias…

Para colmo, el presidente del Ejecutivo ha anunciado que, a fin de llevar a cabo este plan progresista, está dispuesto a prescindir de las Cortes Generales. ¿Cabe un mayor ataque a la democracia y a la separación de poderes?

Y la puntilla a la libertad que ha de garantizar un régimen democrático son las medidas para vigilar y controlar a la prensa y a los medios de comunicación, contrapoder que en cualquier país de tradición demócrata ha supuesto un contrapeso a toda deriva autocrática del gobernante de turno.

Pero d eso se trata, de que no haya posibilidad de que ningún partido o agrupación política acceda legítimamente al poder.

Al ver a todos los senadores y diputados del PSOE en pie tributando un prolongado aplauso al amado líder, me ha venido a la mente la imagen del Partido Comunista Chino ovacionando a Ho Chi Minh. ¿Es esta la lección que se ha traído el autócrata español de su reciente viaje a China, junto con el fomento de la bicicleta como medio de transporte de los ciudadanos, mientras él no se baja del Falcon ni para ir a la vuelta de la esquina?

 

 

 

 

 

15 de septiembre de 2024

Comienzo del curso escolar

 Las palabras y la vida

Alberto Martín Baró

El pasado jueves 12 de septiembre han comenzado mis nietos de 12 años sus estudios de la ESO en el Instituto María Zambrano de El Espinar. Como ellos viven con sus padres en San Rafael, tienen que desplazarse al Instituto en uno de los autobuses de la empresa Saiz Garrido que el Ayuntamiento ha contratado para llevar a los alumnos de los distintos núcleos del municipio al citado centro escolar. Así que mis nietos tienen que ir andando desde su casa hasta la parada del autobús en la carretera de La Coruña y, a la vuelta de las clases, hacer el mismo recorrido.

Yo estaba, y aún estoy, un poco preocupado por este cambio que supone para mis nietos empezar la Secundaria en un instituto situado a varios kilómetros de San Rafael y al que asisten estudiantes de más edad, como los que cursan el Bachillerato, a quienes veo cruzar el paso de peatones cuando me detengo al ir en coche al pueblo y que me parecen, y lo son, mucho mayores que mis nietos. Claro que están en aulas separadas… Alicia y Mateo, así se llaman mis nietos, no comparten mi preocupación.

Como la educación es competencia de las comunidades autónomas, observo que el curso escolar ha comenzado en fechas distintas en unas y otras. Y se ha planteado el debate sobre la conveniencia de implantar la jornada partida, aduciendo, como ha hecho la presidenta de la Comunidad de Madrid en el Debate sobre el Estado de la Región, la ventaja que ese horario supondría para la conciliación laboral de los padres con sus responsabilidades familiares.

Yo estoy viendo a mi hija Gabriela ayudar en los deberes a mis nietos, y eso después de su jornada laboral, que es presencial dos días a la semana. Gracias a esta ayuda sacan los niños buenas notas. ¿Seguirían con estos resultados en una jornada partida?

No puedo por menos de recordar los larguísimos horarios que teníamos los estudiantes de Bachillerato de los años cincuenta en el Colegio de San José de Valladolid, con clases también los sábados y una hora de estudio los domingos por la mañana. Delante de cada clase había tres cuartos de hora de estudio. Cuando yo alguna noche pensaba en quedarme a estudiar antes de acostarme para preparar un examen me acordaba de ese tiempo de estudio y decidía irme a dormir.

Otros asuntos que recurrentemente salen a debate en los comienzos de curso son la importancia que se da en el aprendizaje a la memoria, o por el contrario al cultivo de las competencias, disyuntiva innecesaria a mi juicio: la memorización debe acompañarse del ejercicio de aptitudes o habilidades.

Así también se ha minusvalorado el esfuerzo personal en un equivocado intento de evitar el abandono escolar.

Leo en algunos medios de comunicación que ha disminuido la ratio de alumnos por clase, a la vez que ha aumentado el número de profesores de Secundaria. No creo que en el Instituto María Zambrano, al que acuden con mis nietos estudiantes de numerosos núcleos de población, haya pocos alumnos por aula.

Seguiré al tanto de esta nueva etapa en los estudios de mis nietos. Y contaré a los lectores de este blog, si les interesa, mis impresiones.

 

 

 

 

8 de septiembre de 2024

El rito en las fiestas del Cristo del Caloco

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Ayer, sábado 7 de septiembre, hemos ido mi mujer y yo a El Espinar para celebrar las fiestas del Cristo del Caloco. El Cristo, que el resto del año permanece en la ermita al pie del monte que lleva el mismo nombre, baja en procesión a la iglesia de San Eutropio, acompañado por el párroco, autoridades, cofrades y una multitud de gente que a mí este año me ha parecido más numerosa que nunca. Es un gesto de la venerada imagen para estar durante una semana cerca de vecinos y visitantes.

Todas las fiestas, y las de los pueblos muy en especial, se encadenan en una serie de ritos, de ceremonias que se repiten, y los que participan en ellas esperan con ilusión. En las del santo Cristo del Caloco, la misa a la puerta de la ermita, al terminar la cual una larga fila de fieles se acercan a venerar la imagen y a recoger el pan bendito, mientras la campana repica incansable. Mi mujer está muy disgustada pues en su móvil ha desaparecido la foto que un joven nos hizo a los pies del Cristo.

En días sucesivos, el Santo Cristo recorrerá el pueblo en procesión y retumbar de cohetes.

La repetición es parte esperada de todo rito. A menudo, al asistir a misa y rezar las oraciones que se suceden en ella, me llaman la atención sus fórmulas invariables, lo que facilita la participación de los fieles.

Hubo un tiempo en el que en el padrenuestro, la oración que el mismo Cristo nos enseñó, se pedía a Dios Padre el perdón de nuestras deudas, “así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, petición que fue sustituida por “perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, sustitución que me parece acertada.

No entiendo, en cambio, por qué, en la consagración del vino para convertirlo en la sangre de Cristo, antes se decía que será derramada “por todos los hombres” y ahora sólo “por muchos”.

El Cristo del Caloco baja al pueblo en solemne ritual para acompañar a todos los vecinos y todos los visitantes, que en esta semana de fiestas son, somos, multitud.

 

 

 

 

 

 

1 de septiembre de 2024

Mimetismo

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

De manera natural propendemos al mimetismo, a copiar o seguir las modas, a no ser que luchemos expresamente contra ellas.

Hubo un tiempo, especialmente en las décadas de los años sesenta y setenta, en que proliferó la piratería aérea, con distintas motivaciones y finalidades, sobre todo en Hispanoamérica, sin descartar el terrorismo y el contagio.

El mimetismo me continúa llamando la atención en algunos comportamientos que observo a mi alrededor y me pregunto cuáles serán los motivos que llevan a las personas a adoptarlos.

Así han proliferado, sobre todo en gente joven, los pantalones vaqueros con rotos y los bordes deshilachados, no por el uso, sino que ya los compran así en la tienda.

Sin salirnos del atuendo personal, una moda más reciente es la de mostrar las mujeres un escote más pronunciado de lo normal.

También en jóvenes y además en famosos observo una abundancia de tatuajes. ¿Qué encontrarán de placentero o atractivo en hacerse grabar dibujos, figuras o nombres en la piel? Lo que hace algún tiempo, no sabría decir cuánto, era una excentricidad, hoy se ha extendido como una plaga en individuos de distinta condición.

Me dicen que las tales marcas son indelebles o muy difíciles de quitar si te cansas de ellas, o si se trata del nombre de una pareja de la que te has separado, a la que has dejado de querer, o ella te ha abandonado a ti.

Me viene a la memoria la inolvidable copla de Concha Piquer, Tatuaje, después cantada también por Ana Belén y Víctor Manuel, a mi gusto sin comparación posible. “Él vino en un barco de nombre extranjero, / lo encontré en el puerto un anochecer / cuando el blanco faro sobre los veleros / su beso de plata dejaba caer. / Era hermoso y rubio como la cerveza, / el pecho tatuado con un corazón, / en su voz amarga había la tristeza / doliente y cansada del acordeón.”

Sí, el pecho tatuado con un corazón, pero también el brazo con un nombre de mujer. Ella le busca de puerto en puerto, de mostrador en mostrador…

¿Se arrepintió Melanie Griffith de haberse hecho tatuar el nombre de Antonio (Banderas), creo que en el hombro, cuando se divorciaron?

Nos empeñamos en que las cosas humanas sean perennes, cuando son por definición temporales. Los tatuajes son la prueba palpable de ese afán de hacer permanente lo efímero.

Me pregunta mi mujer cómo reconoceremos a los seres queridos en la otra vida, cuando ya no quede piel, ni tatuaje en ella si lo hubo.

¡Cómo si yo lo supiera! Los creyentes creen en la inmortalidad del alma. Yo, sin estar seguro, me agarro a mi identidad y a la identidad de aquellos a quienes conocí y amé.

Sin dejarme llevar por la tendencia a adoptar como propios los comportamientos o las opiniones ajenos.