Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
Mi artículo ¡Fuera políticos!, que se puede leer en este blog, lo envié a El Adelantado el viernes 19 de marzo para ser publicado el sábado 20. Pues bien, el mismo viernes por la tarde recibí del director del periódico Ángel González Pieras el siguiente mensaje de wasap:
“Buenas tardes: con la sinceridad en que se basa nuestra relación, tengo que decirte que creo que el tono que empleas en el artículo de hoy no es el adecuado ni el que deben persiguir las columnas de opinión del periódico. Se puede ser crítico o muy crítico con los políticos pero no creo que la mejor manera sean los exabruptos. Y te lo comunico para ser fiel a lo que un día te dije por teléfono en cuanto a criterios de publicación. Un abrazo”.
A este mensaje yo le contesté como sigue:
“No hay en mi artículo exabruptos. Para insultos los que se dedican los políticos unos a otros. Me pensaré si sigo colaborando con El Adelantado. Nunca en toda mi larga relación se me había censurado”.
El director insistió en otro mensaje:
“Mira lo que significa exabrupto en la RAE. No se te ha censurado, simplemente me guardo el derecho a publicar los artículos que me parecen más idóneos para el periódico. Es lo mínimo que puede reservarse un director. La censura se plantea sobre las ideas, no sobre el estilo. Estamos muy contentos con vuestra participación, pero no es una obligación mía ni un derecho vuestro. Te lo piensas como me lo pensaré yo. Un saludo”.
El miércoles 24 de marzo le mandé, con copia a la editora del periódico Teresa Herranz de Contreras y a la Redacción, el correo electrónico que transcribo:
“Querido Ángel:
Siento comunicarte que pongo fin a mi colaboración con El Adelantado de Segovia al no contar con tu confianza como director, después de 769 artículos publicados y una columna semanal desde el 26 de abril de 2006.
Lamento que los lectores del periódico desconocerán los motivos de mi silencio, lo que solo podría evitarse publicando el artículo ¡Fuera políticos! por ti censurado.
Es obvio que no comparto tu decisión de no publicar mi artículo porque, como me comunicaste por wasap, el tono del mismo “no es el adecuado ni el que deben persiguir (sic) las columnas de opinión del periódico”.
En cuanto a los exabruptos, tú como director eres el que ha decidido que mis expresiones son una “salida de tono”, o “un dicho inconveniente”, de acuerdo con la definición de la RAE. Otras personas de probada autoridad a las que he dado a leer mi columna no comparten tu criterio.
Nunca en mi vida las diferencias de opinión me han llevado a la enemistad personal, por lo que me dirijo a ti como “Querido Ángel” y me despido con
Un abrazo.
Alberto Martín Baró”.
De nuevo por wasap, el 24 de marzo, el director me envió el siguiente mensaje:
“Mandar una carta personal insultante y hacerla pública enviándosela a otros dos destinatarios?? Y dices que no quieres quedar mal? Dios mío cómo está la educación. Quod natura non dat...”
Al que yo respondí:
“Dime qué frases de mi carta contienen insultos a ti. Tú sí me insultas a mí dando a entender que no tengo educación y ni siquiera dones naturales”.
Esta respuesta mía solo ha obtenido silencio hasta la fecha, 28 de marzo, en la que escribo este comentario.
Mientras mi salud y mi claridad mental me lo permitan, seguiré comunicándome con mis lectores mediante este blog, que a día de hoy ha recibido, desde que lo inicié el 10 de marzo de 2017, 39.885 visitas.