27 de octubre de 2024

Las hijas y la mujer de Pedro Sánchez

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No he visto ninguna de las entregas de “Moncloa. Cuatro estaciones”, el documental que El País publica al fracasar el intento de los productores de la serie de que una gran cadena de televisión o plataforma lo emitiese.

Pero he leído en la prensa cómo, en una escena del documental, Pedro Sánchez pasea por los jardines de Moncloa con Óscar López, entonces director del Gabinete de la Presidencia y hoy ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública (no me resisto a señalar lo alambicado de los nombres de los Ministerios del Gobierno de Sánchez), y le comenta: “Estoy sorprendido, macho, mi hija la mayor saca unas notas macho”, a lo que López contesta: “Qué bien, eso es importante”.

A esta escena quería llegar, pues en favor del presidente del Gobierno había yo anotado la discreción de no hablar de sus hijas. Lo único que yo sabía de ellas es que son dos. Ignoro sus nombres y edades, y nunca he visto una foto de las mismas.

A diferencia de las hijas del anterior presidente Rodríguez Zapatero, unas “góticas”, de las que aparecieron imágenes en distintos medios, y no precisamente para bien.

Insisto en que me parecía un acierto de Pedro Sánchez salvaguardar a sus hijas de los focos de los medios de comunicación.

Y esto me lleva a otra reflexión, también relacionada con la familia más próxima del presidente Sánchez. Su mujer Begoña Gómez había permanecido, al menos para mí, en un discreto anonimato hasta que su marido cometió el error de recomendarla al IE (Instituto de Empresa) para dirigir el Africa Center, lo que ella hizo entre 2018 y 2022, sin más avales que sus estudios de Bachillerato y mercadotecnia.

Desde entonces, Begoña Gómez, que ni siquiera es licenciada, ha codirigido varias cátedras en la Universidad Complutense de Madrid y no ha parado de salir en los medios, acompañada o no de su enamorado esposo.

Hasta que, “sic transit gloria mundi”, le han ido despojando de sus honores y cátedras, y ha acabado imputada por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción privada, a los que después se ha añadido el de apropiación indebida.

Acabe como acabe su imputación, ¿no estaba Begoña más feliz en su discreto segundo plano como esposa y madre? Alegrándose con su marido de las “notas macho” de sus hijas.

 

20 de octubre de 2024

Mala vida

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Mala vida es el título de la novela de Mar del Olmo, publicada en 2024 por la Editorial Posidonia, a la que dedicamos la tertulia de “El libro del mes” de octubre. Una tertulia que contó con la participación de la autora y que tuvo un formato muy singular: dada la asistencia de muy pocos tertulianos, nuestra habitual anfitriona Isabel Codina dispuso la mesa de la presidencia en el centro de la sala y a su alrededor las sillas de la autora Mar del Olmo, de la presentadora Ana G. Novak y de los escasos asistentes.

Desde el comienzo de la tertulia Isabel nos sirvió vasos de agua, vino, cerveza y patatas fritas, que al final se vieron incrementados por una auténtica cena.

Mar y Ana dialogaron sobre la Mala vida, invitando también a intervenir a los asistentes.

La edición de la novela es primorosa y además con papel ecológico. La portada, en tonos verde claro con un recuadro beige para el título y el nombre de la autora, se estructura en hileras de triángulos, que luego supimos que eran el ojo de Dios, y platillos volantes.

La solapa primera presenta una foto y la biografía de la autora, nacida en Valdepeñas (Ciudad Real), filóloga e intérprete de formación, que trabajó en publicidad y, sobre todo, se dedicó a su verdadera vocación: escribir. Su primera novela, 45 días por año, fue galardonada como Best Women Issue’s Book. En 2021 publica su segunda obra, El mito del chiringuito, que fue finalista en el concurso convocado por Audi y Universo de Letras (Editorial Planeta).

Su blog www.mardelolmo.com nos brinda artículos de actualidad y relatos cortos.

La contracubierta ofrece un certero resumen del argumento de Mala vida, cuyo protagonista, Ezequiel Montes, que trabaja como funcionario de Correos, es un marido aburrido y un padre ausente, pero amigo de quienes con él comparten un partido de Champions. Su mujer, Carmen, harta de su conducta egoísta y machista, prepara una venganza “líquida”, y Ezequiel choca contra el bidé del baño y pierde el conocimiento. Despierta en la antesala del cielo, donde es recibido por el mismo Dios, quien le plantea un ultimátum: o sigue el camino de redención que le propone, o lo manda derecho al infierno. Deberá vivir otras vidas y superar los desafíos que se le presentan en cada una de ellas: se convertirá en madre de familia numerosa, en joven profesor de bailes caribeños, en anticuario sexagenario y homosexual y en meretriz no del todo desconocida para él.

La autora se vale de esta transmigración del protagonista para hacer una certera crítica de su machismo, su egoísmo, sus hipócritas creencias, crítica que se extiende a numerosos ámbitos de la sociedad.

Es una galería de personajes retratados de mano maestra por Mar del Olmo, que nos preguntó a los contertulios cuál era nuestro preferido. La mayoría se decantó por Juanillo, hijo pequeño de Mari, la madre de familia numerosa, que habla y actúa muy raro, lo que lleva a pensar a Juanillo si habrá sido abducida por un extraterrestre. El mismo Dios está retratado con un sentido del humor que resta afán moralizante a la vez que les da a los mortales la oportunidad de redimirse.

La figura de Anto, o sea Antonia, enferma de cáncer, que ha adoptado a Romeo, el profesor de bailes caribeños, y a la que va a cuidar María Auxiliadora Martín, o sea Mari, es a mi juicio, a pesar de no aparecer en el índice de personajes, la quintaesencia de la bondad.

Al final de la tertulia se planteó la pregunta de si saldrá a flote Ezequiel de la marea de dificultades que tiene que superar en su transmigración por diversos seres, a las que se añaden las descargas eléctricas que el mismo Dios le envía cada vez que pronuncia palabras o frases soeces.

Los capítulos, en general breves, hacen fácil la lectura de Mala vida. Pero, en especial, la cuidada escritura y las certeras observaciones de la autora sobre las distintas situaciones en que se ven envueltos los personajes invitan al lector a una profunda reflexión, a la vez que le entretienen y divierten.

Ana G. Novak, que ya presentó en nuestra tertulia sus novelas El despertar de Ukhat y Ni rastro de humanidad, contribuyó con su intervención a que los asistentes consiguiéramos una mayor comprensión de los distintos registros de la Mala vida.

Gracias, Mar del Olmo y Ana G. Novak, por una velada inolvidable.

 

 

 

 

 

13 de octubre de 2024

Pedro Sánchez, experto en resistencia

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Si alguien piensa que en esta ocasión la ola de corrupción ha llegado tan alto como para anegar a Pedro Sánchez, no conoce al personaje.

Un personaje que llegó al poder en 2018 mediante una moción de censura contra Mariano Rajoy, en la que tuvo un papel decisivo el discurso de José Luis Ábalos, entonces secretario de Organización del PSOE y portavoz de los socialistas en el Congreso de los Diputados, que acusó al PP de corrupto tras haber sido condenado por el caso Gürtel.

Una vez investido como presidente del Gobierno, el secretario general del PSOE Pedro Sánchez, enarboló la bandera de la lucha contra la corrupción,

Pues bien, quien le ayudó a alcanzar entonces la presidencia del Gobierno, José Luis Ábalos, fue destituido por Sánchez como ministro de Transportes en julio de 2021, sin mediar ninguna explicación. El propio Ábalos renunció a su cargo en la Secretaría de Organización, en la que le sustituyó Santos Cerdán.

Sin embargo, a pesar de verse implicado en el caso Koldo, en la fraudulenta compra de mascarillas durante el Covid, en el Delcygate y en el rescate de Air Europa, Ábalos no ha renunciado a su cargo de diputado y se ha pasado al grupo mixto.

Sánchez no duda en destituir a sus más estrechos colaboradores con tal de salir él a flote de cualquier marea que pueda alcanzarle. Ábalos es uno más de una larga lista de caídos en el tsunami que, según los más optimistas, amenaza cada vez más de cerca al presidente del Gobierno.

Experto en resistencia, Sánchez ha colonizado a dos de los bastiones que sustentan una democracia: la judicatura y la prensa.

El ejemplo del Tribunal Constitucional, presidido por Cándido Conde-Pumpido, quien fue fiscal general del Estado en el gobierno de Rodríguez Zapatero y protagonizó la negociación política con la banda terrorista ETA, tribunal en el que hay una mayoría izquierdista, mal llamada progresista, es paradigmático de otros órganos judiciales en los que la independencia frente al poder ejecutivo brilla por su ausencia.

En cuanto a la prensa, que ha podido ser considerada cuarto poder del Estado junto al ejecutivo, el legislativo y el judicial, está amenazada por el plan de regeneración democrática aprobado por el Consejo de Ministros del Gobierno de Sánchez el 17 de septiembre.

¿Saldrá a flote Pedro Sánchez después de que el informe de la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil, entregado el pasado miércoles 9 de octubre al juez Ismael Moreno, haya demostrado, entre otras implicaciones del presidente del Gobierno, su conocimiento del viaje a España de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, y su asistencia como número "1” a la reunión en la que se fraguó el rescate millonario de la aerolínea Air Europe entre Víctor de Aldama, hoy en prisión, pero por su fraude en hidrocarburos, Nadia Calviño, entonces ministra de Economía, y el mismo Ábalos?

Desmontar el informe de la UCO no va a resultar fácil, Pero de otros embates ha salido indemne Pedro Sánchez,  experto en resistencia.

 

 

 

6 de octubre de 2024

La cocina


Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Le estoy cogiendo manía a la cocina. Y mira que es una habitación amplia y luminosa, provista de todos los electrodomésticos. Pero, claro, comienzo por el hecho de que nunca me ha gustado cocinar. He intentado diversos procedimientos para superar este rechazo, como pensar que estoy haciendo un acto de amor a mi mujer, que sólo hace la comida los domingos, cuando vienen a comer sus hijos y nietos. Aun esos días tengo que echar una mano en algunos preparativos culinarios.

Así que la cocina está asociada con faenas que no son de mi agrado.

Envidio a mi hijo Guillermo, que disfruta cocinando y lo hace muy bien. Cuando estamos juntos en la casa de El Espinar, le veo mirar por televisión algún programa de los muchos que emiten todas las cadenas y que a mí nunca me han interesado. A veces le pido alguna receta que me ayude a variar mis reducidos menús.

Tere Lamelas, hermana de mi mujer Angelina, ha publicado recientemente un libro de recetas que se titula Con mucho gusto y, entre primeros platos, recetas de carne, recetas de pescado, postres y tartas, contiene 97 de tales fórmulas, además caligrafiadas por la propia autora. La edición es una preciosidad pero, a efectos de lo que estoy tratando, muy pocas veces he echado mano de este voluminoso recetario.

Luego está, sin salir de la cocina, el problema de la limpieza y el orden. Siempre hay algo fuera de su sitio o sucio. Lo cual, para los maniáticos de la buena disposición de las cosas, aunque no lleguemos a padecer TOC (Trastorno obsesivo compulsivo), sí supone una cierta inquietud.

Una dietista nos recomendó mi mujer y a mí, teniendo en cuenta que ella es diabética, que procuráramos que las comidas tuvieran un contenido equilibrado de hidratos de carbono, proteínas y verduras.

Esto sí que procuro seguirlo, dentro de mi limitado repertorio de platos y no olvidando prescindir del azúcar y los dulces. A menudo, cuando estoy pensando en la comida y la cena del día siguiente, tengo la impresión de que repito algo que ya hemos tomado recientemente. Y, como dice el refrán, “todos los días gallina, amarga la cocina”.

Cuando las nueras de mi mujer echan una mano los domingos en la cocina, esta habitación deja de ser para mí un incordio y se convierte en un bienhallado oasis.