5 de noviembre de 2023

Ni convivencia, ni democracia

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Vale, Sánchez, conceda la amnistía a todos sus socios independentistas, separatistas y hasta terroristas, enemigos jurados y confesos de España, cuyo nombre evitan incluso pronunciar, pero por favor no hable de su propósito de avanzar en la convivencia.

Y digo Sánchez, aunque el registro en el Congreso de los Diputados del proyecto de Ley de Amnistía lo hará nominalmente el PSOE, porque el PSOE no existe. Ha sido deglutido por su secretario general y sólo sirve para ponerse en pie y aclamar al líder supremo, como hacen los miembros del partido comunista de China o de Corea del Norte.

Avanzar en la convivencia ¿con quiénes? Pues con quienes dieron un golpe de Estado en 2017 y declararon, por boca del entonces presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, Cataluña como república independiente, aunque esa independencia durara sólo ocho segundos. Juzgados y condenados los autores del golpe, fueron primero indultados y ahora exigen la amnistía, mientras aseguran que “lo volverán a hacer”, o sea, independizar a Cataluña como nación soberana.

¿Con quiénes desea convivir, presidente en funciones Sánchez? Se convive con aquellos con los que se comparte una vida, un territorio, unos fines, pero no con quienes pretenden romper cualquier vínculo de unión, cualquier proyecto en común.

De consumarse la independencia de Cataluña como nación, a la que previsiblemente se uniría el País Vasco, ¿con quiénes conviviría usted, afincado y aislado en La Moncloa, presidente ya de una España residual, rota y dividida, cuya unidad, consagrada en una Constitución que usted juró respetar y defender, ha saltado por los aires en tres, o tal vez más, naciones soberanas e independientes?

No nos vengan, Sánchez o Zapatero, con el cuento de una España plurinacional, que sólo existe en sus delirios cambiantes de opinión, mientras que la realidad sería la de tres, o más, Estados taifas independientes.

Ni convivencia, ni democracia. No, Sánchez, usted nunca ha ganado por mayoría, ni absoluta ni relativa, unas elecciones. Y la mayoría, con todos sus defectos, es una de las reglas de oro de la democracia. Usted ha tenido que agenciarse una mayoría que le permita gobernar aliándose y pactando con quienes aseguró que nunca se aliaría o pactaría, comunistas, independentistas y terroristas.

Usted, Sánchez, tampoco sabe convivir, dentro de lo que quede de España, con quienes no compartimos sus por lo demás cambiantes ideas.

En España hubo, sí, una ley de amnistía en 1977 para cerrar las heridas y superar los odios de la Guerra Civil y convivir en paz quienes se habían matado a garrotazos.

Ni convivencia, ni democracia. Si usted, Sánchez, estuviera seguro de que obtendría una mayoría convocando unas nuevas elecciones en el conjunto de los españoles, no tendría necesidad de buscar esa mayoría en socios espurios que, no lo dude, le apuñalarán, metafóricamente, por la espalda en cuanto se descuide y salga de La Moncloa sin sus 70 escoltas.

 

 

 

 

 

 

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