16 de noviembre de 2025

Mis amigos los cruasanes

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Me ha costado tiempo encontrar el plural de cruasán, que es la forma en castellano del francés croissants, que en singular lleva tilde y en plural no.

Hecha esta precisión lingüística, paso a hablar del porqué de este blog. Hace algún tiempo –no sabría precisar cuánto– mi mujer y yo hemos adquirido la costumbre de bajar al restaurante La Lupa a merendar, ella un descafeinado de máquina con leche, yo un té rojo y los dos sendos cruasanes a la plancha. Los camareros ya conocen esta merienda nuestra y, sin necesidad de pedirla, nos la sirven.

Ya he contado en algún otro blog que estos camareros son en su mayoría hispanoamericanos, de Colombia, de Paraguay, de Argentina, de Venezuela… y son la amabilidad en persona.

También tengo ya relatado cómo otros inmigrantes hispanoamericanos se ganan la vida acompañando a personas mayores, muy numerosas en nuestro barrio del Parque de las Avenidas.

Ahora que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población de España ha llegado a los 50 millones, debido en gran parte a los inmigrantes, quiero hacer una precisión, a riesgo de parecer xenófobo, sobre esta avalancha de extranjeros. Cuando estos extranjeros trabajan y asumen la lengua y la cultura españolas, bienvenidos sean. Pero cuando pretenden vivir en España sin trabajar, de los subsidios del Gobierno, y sin aceptar nuestras costumbres y cultura, no puedo por menos que rechazarlos y, si en mi mano estuviera, devolverlos a sus países de origen, aunque la población en España descendiera de los 50 millones contabilizados por el INE.

¿Y qué tiene esto que ver con los cruasanes? Pues tiene que ver con que los cruasanes han sabido adaptarse a la lengua española a partir del francés croissants.

Y como no hay nada perfecto en esta vida, los cruasanes, que a la plancha, como nosotros los tomamos, están muy ricos, sueltan muchas migas. A pesar de este inconveniente, los seguiremos tomando con gusto.

Como aceptamos de buena gana los inconvenientes que a veces causan los inmigrantes.

Capítulo aparte merece la población musulmana, cada vez más numerosa en toda España. Aquí sí que soy abiertamente beligerante y la rechazo por varios motivos:

En primer lugar, no existe una reciprocidad en los países islámicos a la hora de acoger a los católicos, ya sean españoles o de otros países, y de permitirles erigir sus templos y celebrar en ellos sus cultos. Cerca del tanatorio de la M-30 en Madrid se alza la mezquita más grande de España. Las mezquitas se convierten a menudo en centros no solo del culto islámico, sino también de difusión de sus propósitos terroristas.

En segundo lugar, no puedo por menos de tener presentes los atentados que los terroristas islámicos han cometido en países europeos. El pasado miércoles de este mes se ha conmemorado en París la matanza yihadista que el 13 de noviembre de 2015 se cobró 130 vidas en la sala Bataclan, el Estadio Nacional y varios bares. En España, el 12 de abril de 1985 se produjo un atentado yihadista en el restaurante El Descanso, en el que murieron 18 personas y más de 100 resultaron heridas. Y sigue habiendo dudas sobre la autoría de la matanza en los trenes de Atocha, para algunos investigadores también atribuible al terrorismo islamista.

En tercer lugar, los musulmanes residentes en España y en otros países europeos no permiten a sus mujeres despojarse del burka y de otros atuendos discriminatorios, y tanto hombres como mujeres exigen en los colegios a los que acuden que les sirvan comidas permitidas por su religión, que excluye el cerdo y otros alimentos.

En cuarto lugar, la creencia islamista mantiene entre sus principios la guerra santa contra toda otra religión o creencia.

Todas estas particularidades de la fe predicada por Mahoma me impiden tratarla en pie de igualdad con otros credos.

Lamento que todo ello me haya llevado lejos de los inofensivos cruasanes, que esta tarde volveremos a degustar mi mujer y yo, servidos por camareros hispanoamericanos amables y serviciales.

 

 

9 de noviembre de 2025

Pobres frente a privilegiados

 Las palabras y la vida Alberto Martín Baró

Me encoge el ánimo el panorama del mundo actual: guerras, pobreza, hambre, odios…

Y de esta situación no se libra España. Cáritas acaba de publicar el Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social. Los datos y las cifras de este Informe evidencian que los jóvenes viven hoy peor que sus padres, que cada vez hay menos clase media y más familias que pasan a ser clase baja. 4,3 millones de españoles padecen exclusión social y de estos uno de cada tres son niños.

Junto a esta realidad se evidencia la de una clase alta cada vez más rica y poderosa.

Pero la tremenda paradoja consiste en que la riqueza y el poder de unos pocos son necesarios para que los pobres sobrevivan de las migajas que caen de sus mesas sobreabastecidas.

Veo en mi entorno cercano cómo los restaurantes repletos dan trabajo a inmigrantes procedentes de Paraguay, Venezuela, Argentina, Colombia y otros países hispanoamericanos.

Volvía yo caminando del Hospital de la Princesa y en ese trayecto encontré mendigos de todos los colores y nacionalidades.

Algunos tienen ya su puesto fijo, como la rumana que a la puerta del Supercor donde yo hago la compra diaria muestra la foto de sus tres hijos para pedir limosna. La mayoría de los clientes entran sin dirigir siquiera una mirada a la pobre. Yo le doy dos euros cada día, más por aliviar mi mala conciencia que su necesidad.

He pretendido, ingenuo de mí, animarla a buscar trabajo dejándole de dar esos dos euros y mostrándole a los muchos hispanoamericanos que se ganan la vida acompañando a ancianos. Pero estos hablan español, mientras que la indigente rumana no es capaz de hacerse entender. Con lo que he vuelto a darle los dos euros diarios.

Mi mujer acaba de cumplir 90 años, yo tengo 86, y los dos disfrutamos de una buena pensión, que hace que nos sintamos unos privilegiados, además con casa propia, cuando hoy los jóvenes, incluidos los que tienen trabajo, no pueden acceder a una vivienda ni alquilada ni mucho menos propia.

En nuestra juventud pudimos encontrar trabajo sin mayores dificultades, ella como profesora en el Colegio Menesiano del Parque de las Avenidas y yo como editor en la Editorial Santillana, actividades laborales en las que cotizamos a Hacienda y en las que disfrutamos.

Aparte de eso, los dos escribíamos y publicábamos artículos y libros, y seguimos haciéndolo, más como actividad satisfactoria que lucrativa.

Insisto, somos unos privilegiados.

En parte para compartir ese privilegio y en parte para paliar la posible mala conciencia, al menos la mía, colaboro con Unicef, la Asociación Española contra el Cáncer, Música para salvar vidas e Intermón.

Cuando acabo de leer el periódico repleto de malas noticias, me refugio en los crucigramas.

 

 

2 de noviembre de 2025

Tu encuentro con el Padre

 

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

(Palabras leídas por mí en la celebración en memoria de mi hermano Carlos que tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe el 1 de noviembre de 2025)

Querido hermano Carlos. Ya estás con el padre, nuestro padre, Paco, al que dedicaste un libro maravilloso (¡qué bien escribías!), Memoria de tu muerte, que yo no puedo leer sin que se me salten las lágrimas. 

Claro que soy propenso a llorar cuando leo algo emotivo en público y me tiene que echar una mano nuestra hermana Cristina, como te ayudaba a ti cuando ibas a médicos o citas hospitalarias..

Como ejemplo de tu don para la escritura, encuentro en un ejemplar de Memoria de tu muerte esta dedicatoria a mi esposa Angelina: “Para ti, Angelina Lamelas, mujer que sabes cultivar los espacios soleados del recuerdo, esta memoria de mi padre, memoria de mi vida. Con la ilusión de que pueda alumbrar en ti alguna galería secreta de tu nueva familia”.

Estás, Carlos querido, sobre todo, con el Padre por excelencia, con Dios. Porque has sido un hombre profundamente bueno. Y Dios Padre te habrá acogido con un fuerte abrazo.

Aunque disimularas tu bondad con tu sentido del humor –nuestro padre Paco nos corregiría: “Por qué sentido del humor, basta humor”–. Pues bien, ese humor te llevaba a hacer reír a tus nietos, hijos de Diego, tu hijo mayor: Jules, hoy de 16 años, Paul, de 14 y Adèle, de 9, con esta nemotecnia que yo también me sé de memoria: “Tritur nusucuca si al urtutito raritre gulo ruso la carta rosa te trace ha he hi ho hu con hache”.

No sé si habrás tenido fuerzas para recitar estas reglas nemotécnicas a tus otros nietos, los hijos de Jacobo: Ángela, de 15 años, y Mario, de 13.

Cuando te preguntábamos cómo te había ido en Francia, respondías: “Bien, pero dan las nueve, las diez y las once, y los franceses siguen hablando en francés”.

Ahora en serio, tu humor te llevó a lo largo de tu vida a estar cerca de las personas a las que tratabas, por ejemplo, a los primos Martín Abril y Martín Rafecas.

Y ese humor te hizo seguir el mandato de Jesús: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

En el “paraíso después de la muerte” en el que ya estás, te habrás encontrado con los abuelos maternos Papá Fernando y Mamá Luisa, y los paternos Narciso y Valentina, y con tantos parientes a los que mucho quisiste.

Siguiendo el mandato de Jesús: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”, siempre demostraste un profundo sentido de la responsabilidad. Así, todos los años, ibas a Inglaterra para que no se te olvidara el inglés que enseñabas a tus alumnos del Instituto Lope de Vega de Madrid.

Y estoy seguro de que en ti se han cumplido los versos de aquella canción: “De Madrid al cielo”, convertidos en “De Huelva al cielo”.

Desde ese cielo en que te encuentras, acuérdate, Carlos, hermano querido, de los que todavía peregrinamos en la Tierra.

25 de octubre de 2025

Todos eran ex

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

En mi ordenador portátil, que ya tiene bastantes años, cuando escribo, por ejemplo, exministro, me lo subraya en rojo como falta de ortografía, pues para su corrector lo correcto es ex-ministro, con guion entre ex y el sustantivo que sea.

Hecha esta precisión ortográfica, me he tomado el trabajo de hacer un recorrido por los ex que están en candelero, sabiendo que es muy posible que se me escape alguno.

Pues bien, ahí tenemos para empezar a José Luis Ábalos, un ex por partida doble, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE. Puede ser que a estos dos ex haya que añadir en un futuro el de exdiputado del Congreso.

Luego, sin que el orden sea importante, tenemos a Koldo García, exasesor de Ábalos. Unida a Koldo estaría su exmujer Patricia Úriz.

Otro ex, este de gran relevancia, es Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, cuando escribo estas líneas todavía en prisión.

Menos conocidos por la opinión pública son Mariano Moreno, exgerente del PSOE y responsable de las finanzas del Partido Socialista, y Adriana Lastra, exvicepresidente general del PSOE y exportavoz del Partido Socialista en el Congreso de los Diputados.

Quedaría incompleto este repaso de los ex, si no apuntara el uso de esta preposición como sustantivo, para referirse a una expareja o excónyuge. “No se habla con su ex”.

¿Llegará el día en que podamos anteponer al nombre de Pedro Sánchez Castejón un ex, expresidente del Gobierno de España?

Hay quienes auguran o desean esta posibilidad. Yo, qué quieren que les diga, soy bastante escéptico ante la misma, conociendo la resistencia del personaje.

Ahora ha sacado de nuevo al primer plano de la actualidad a Francisco Franco, excaudillo de España desde el final de la Guerra Civil española en 1939 hasta su muerte, acaecida el 20 de noviembre de 1975.

 Si al lector se le ocurre algún otro uso de la preposición o sustantivo ex, le invito a que me lo haga saber. Gracias.

  

19 de octubre de 2025

De la jerga al insulto

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha documentado que las “chistorras”, además de los chorizos navarros, eran para Koldo, asesor de Ábalos, para su exmujer Patricia Uriz y el propio exministro de Transportes los billetes de 500 euros, así como los “soles” se referían a los billetes de 200 euros y “lechugas” a los de 100 euros, jerga con la que la banda trataba de ocultar los pagos con que se cubrían los gastos de Ábalos y que podían provenir de mordidas recibidas de las empresas a las que se habrían concedido contratos del Ministerio de Transportes.

Estos mensajes aparecen por primera vez el 5 de marzo de 2019, cuando Koldo dice a su exmujer que necesita 3.750 euros para pagar los gastos de su jefe.

Koldo y su entonces mujer hablaban de la posibilidad de llegar a cobrar un millón de euros y con este dinero retirarse.

En otro pasaje del informe de la UCO se apunta a la posibilidad de que esos dineros pasaran presuntamente por la caja B del PSOE.

Está claro que queda aún mucho por investigar para aclarar el trasiego de billetes en efectivo, que luego aparecían en sobres con el distintivo del PSOE, sobres que también guardaba Ábalos en su casa.

El último atestado de la UCO afirma que Ábalos manejó en cinco años hasta 95.000 euros sin rastro bancario. El magistrado que lleva el caso afirma que persisten sólidos indicios contra Ábalos y que ese atestado pone de manifiesto que no sacó dinero de sus cuentas durante varios años y que, además, hizo “significativos” ingresos “opacos” en esas mismas cuentas. También que su asesor Koldo García asumía con su propio patrimonio gastos de Ábalos, como la pensión alimenticia de uno de sus hijos.

Quiero aquí recordar que este mismo Ábalos fue quien, en la moción de censura contra Rajoy el año 2018, dijo que “La decencia debe ser algo esencial”. ¡Quién te ha visto y quién te ve!

Volviendo a la jerga con la que titulo este blog, es sabido que los grupos mafiosos y criminales siempre han usado de jergas para camuflar sus operaciones con dineros en efectivo. En el caso de Koldo y su examigo y exministro Ábalos, estamos ante una banda de mafiosos que, más tarde o más temprano, se sentarán en el banquillo de los acusados y acabarán en prisión como el que fuera número tres del PSOE, Santos Cerdán.

Antes en el tiempo de que la UCO documentara la utilización de la mencionada jerga para ocultar el trasiego de dinero en efectivo entre Koldo, su exmujer y Ábalos, me interesa traer aquí a colación otro uso del lenguaje en unos wasaps que datan de noviembre de 2020 y fueron intercambiados por Pedro Sánchez y Ábalos, quien aún era mano derecha de Pedro Sánchez y gozaba de la confianza del presidente del Gobierno.

En uno de esos mensajes, Pedro Sánchez bromeaba con que la responsable de las Fuerzas Armadas, la ministra Margarita Robles, “dormía con el uniforme” y la llamaba “pájara”.

He consultado el Diccionario de la Real Academia Española y este medio me aclara que “pájara”, además del femenino de pájaro, “ave, especialmente si es pequeña”, también se usa para referirse a una “persona astuta y con muy pocos escrúpulos”.

O sea que Pedro Sánchez, que en las entrevistas que concede a los medios afines y en sus intervenciones en público utiliza un lenguaje fingidamente moderado, también sabe utilizar el insulto. Y esto hacia una ministra de su Gobierno que, al enterarse de cómo la moteja su jefe, se ríe y no presenta de inmediato su dimisión.

¡Ay, cómo se aferran los políticos al poder y con tal de permanecer en él “tragan carros y carretas”!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

11 de octubre de 2025

A mi hermano Carlos in memoriam

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

¡Cuánto hemos vivido juntos, Carlos, hermano mío queridísimo, y en el momento de tu muerte, acaecida el pasado lunes 6 de octubre, ni siquiera sé si te ha llegado mi adiós!

Me dice Jacobo, tu hijo menor, a quien no reconozco en la foto que tiene colgada en su número de móvil, que él cree que sí, que has recibido mi despedida en un momento de lucidez dentro del coma en que ya te hallabas.

Y digo que no reconozco a Jacobo en esa foto, porque aparece calvo y con barba, y yo le dejé con pelo y sin barba, en el apartamento que compartisteis en la calle Maldonado de Madrid.

Jacobo, hoy casado y con tres hijos, vive en Huelva y es el –felizmente– responsable de que tú te trasladaras a esa ciudad, donde podría atenderte con el cariño que te ha dedicado estos últimos años.

Tú vivías solo en un piso de la calle Príncipe de Vergara, que yo nunca llegué a ver. Para entonces ya estábamos más distanciados y únicamente nos comunicábamos por teléfono o por wasap. Nuestras vidas habían tomado rumbos diferentes. ¡Qué tristeza!

Tampoco fui a verte a Huelva, ni conocí, por tanto, la casa en la que te alojaste, que no era la de Jacobo. Muchas veces pensamos mi mujer Angelina y yo ir a Huelva a verte. Las enfermedades que ambos padecemos y las consiguientes citas médicas lo han hecho, si no imposible, muy dificultoso.

La última vez que nos vimos fue en la presentación de un libro de Angelina en la Casa de Cantabria en Madrid: tú estabas sentado junto a tu médico y amigo Carlos Doñamayor.

Angelina, siempre que hablábamos de ti, elogiaba tu sentido del humor. Sí que es verdad que lo tenías en grado muy característico.

De chicos, nos pasábamos horas oyendo a los payasos del Teatro Circo Cirujeda, en el exterior, claro, Y luego recitábamos, por ejemplo ante los abuelos paternos, alguna de aquellas coplillas que nos sabíamos de memoria: “Para el nene y la nena, hay pelotitas de goma”. Y yo decía que me lo sabía mejor, pero que tú, Carlos, tenías más gracia.

Necesitaría todo un libro para contar nuestras vivencias juntos. Quizá lo escriba algún día. En este blog solo quiero recordar lo bien que escribías. Desde una sencilla tarjeta postal a un libro como Memoria de tu muerte, en el que evocas los últimos momentos de la vida de nuestro padre y que yo no puedo leer sin que se me salten las lágrimas. Comienza así:

“Al fin, vamos a estar solos tú y yo, padre, en esta noche que puede ser definitiva, porque tal vez sea la última.

Te estás muriendo, Paco, y yo quiero pasar contigo las horas revueltas de la noche, las más inciertas, cuando subimos los remontes desvelados, las horas en que se rompe la razón y las ideas sufren un desarreglo de fiebre y no pueden con el temor y los círculos de la obsesión”.

Para no acabar esta “memoria de tu muerte”, Carlos, en tono tan triste, quiero evocar la broma que nos traíamos a cuento de tus escritos sobre Juan Ramón Jiménez. Yo te animaba a publicarlos. “¡Va a ser un bombazo!”, apostillabas. Le diré a Jacobo que rescate esos papeles y, quizá, Carlos, hermano mío queridísimo, tengas la satisfacción de verlos convertidos en libro y publicados, allá donde estés, en los “paraísos después de la muerte”.

No quiero convertirme en escritor de necrológicas: de hermanos como Alicia, la mayor, la monja de Cartas a una novicia; de Javier, el siguiente, dos años mayor que yo, abogado y un lince para los negocios; y de Nacho, a quien dirigí una carta abierta con ocasión de su muerte martirial en El Salvador.

Cristina, la menor, me llama por teléfono para comunicarme tu inminente muerte, Carlos, Carlitos...

Y ahora te dedico, hermano amado, este desorientado blog para no dejarte solo en tu postrer viaje.

 

 

 

 

 

 

 

5 de octubre de 2025

Las Tardes de Prometeo

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Ya habíamos asistido mi mujer Angelina Lamelas y yo a varios recitales de poesía que, con la coordinación de Ángela Reyes, se celebran en el salón Centro Riojano de Madrid, situado en el número 25 de la calle Serrano.

Doy estos datos para animar a los lectores de mi blog a asistir a estos acontecimientos poéticos, que cuentan con una tradición de 45 años.

Decir que su promotora, Ángela Reyes, es una escritora, nacida en Jimena de la Frontera (Cádiz), solo recoge un dato biográfico de esta excepcional poeta y narradora, cuya obra literaria, que comprende 19 poemarios, 5 novelas y 5 cuentos, ha sido galardonada con premios tan importantes como el Juan Pablo Forner de narrativa por su novela Morir en Troya (1999) y el Ciudad de Majadahonda por su novela Benedicamus Domine (2008).

Pero aquí me interesa sobre todo destacar su labor como cofundadora, junto con su esposo, el también poeta Juan Ruiz de Torres, de la Asociación Prometeo de Poesía, porque a Angelina y a mí Ángela nos invitó a dar un recital de poesía el pasado 1 de octubre de 2025 en el citado salón Gonzalo Berceo.

Así pudimos recitar poemas de los libros de Angelina Mujer en vela (2019) y Recuerdos y presencias (2024), los dos editados por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles en la Colección Mirador, que dirige el también escritor Emilio Porta.

Aprovecho las líneas de este blog para invitar a mis lectores a adquirir y, sobre todo, leer estos dos libros, que a mí me siguen emocionando hasta el punto de que, en un momento de nuestro recital, no pude contener la emoción y se me quebró la voz.

He dicho que Ángela Reyes es una gran poeta, narradora y promotora, pero me quedaría insatisfecho si no destacara su perfil humano: tratada de cerca te llega al alma su simpatía y empatía.

Deseo a las Tardes de Prometeo una larga vida que añadir a los 45 años de su feliz existencia, animada por la cercanía y hondura humana de Ángela Reyes.

 

 

 

28 de septiembre de 2025

¿Existe un Estado palestino?

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Me he hecho esta pregunta al enterarme de que, a 22 de septiembre de 2025, un 80 % de los Estados miembros de las Naciones Unidas reconocen un Estado de Palestina, mientras que no lo reconocen un 20 %. Traducidos a números estos porcentajes, 164 países reconocen un Estado palestino, mientras que no lo reconocen 38.

Es una abrumadora mayoría, pero yo me sigo preguntando de qué Estado se trata. ¿De la franja de Gaza, donde se ha impuesto la organización terrorista Hamás? Me cuesta creer que países democráticos reconozcan como Estado a este territorio donde no existe otra Constitución que el propósito declarado de arrojar a Israel al mar, y en el que no hay estructuras de gobierno, a no ser que se consideren tales la red de túneles donde se refugian los miembros de Hamás después de realizar sus ataques a Israel, como el perpetrado el 7 de octubre de 2025, y donde retienen a los rehenes judíos capturados en esos ataques.

Por otro lado, también reclama la condición de Estado palestino la Cisjordania liderada por la Autoridad Nacional Palestina, al frente de la cual está el autócrata Mahmud Abás, enemigo declarado de Hamás, y cuyo poder no pasa de un deseo sin estructuras de Estado.

En su intervención en las Naciones Unidas, Abás dejó claro que el futuro de su nación pasa por la convivencia pacífica con Israel, planteamiento incompatible con la permanencia de Hamás en una tierra sembrada de odio y terror y que desde hace décadas hace imposible la paz en Oriente Medio.

El líder palestino, que habló en la ONU por videoconferencia, pues tiene prohibida la entrada en Estados Unidos, propuso trabajar con la comunidad internacional para implementar los acuerdos alcanzados en esa cumbre, que apuntan a un alto el fuego, la liberación de todos los rehenes y prisioneros, la elaboración de una Constitución y la celebración de elecciones con protagonismo de la Autoridad Palestina que preside.

Pero a la vez Mahmud Abás atacó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, condenando su ambición de crear un Gran Israel, que cuente con más territorio palestino y alertó sobre la posibilidad de una anexión forzada de Cisjordania.

O sea, que por un lado necesita a Israel para acabar con Hamás, pero por otro mantiene su voluntad de conquistar Jerusalén, “joya de nuestros corazones y nuestra capital eterna”, en sus propias palabras.

Antes de los horrendos crímenes cometidos por Hamás el 7 de octubre, muchos israelíes criticaban al gobierno de Netanyahu, que cuestionaba la división de poderes y estaba cercado por casos de corrupción.

Pero esta crítica interna cambió después del ataque de Hamás a un kibutz, que además en su mayoría estaba a favor de un entendimiento con los gazatíes: mujeres violadas, familias quemadas vivas, jóvenes masacrados mientras estaban de fiesta, rehenes que arrancaron de sus familias y de los que aún 48 siguen en poder de Hamás, no  sabemos si vivos o muertos.

Los terroristas de Hamás controlan la entrada de comida en Gaza y sitúan a su población en los lugares que saben que van a ser atacados.

Acusar de genocidio a un país el único democrático de la zona y a su ejército, que avisa con antelación dónde va a efectuar sus ataques, carece de toda base racional.

La Real Academia Española define el genocidio como “el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivos de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.

No parece que se den estas motivaciones en la guerra de Israel contra Gaza. Otra cosa son los excesos cometidos por los responsables militares y políticos, que el propio pueblo de Israel condena.

Mientras que existen palestinos en Israel, no hay israelíes ni en Gaza ni en Cisjordania.

En la intervención de Netanyahu en la sede de las Naciones Unidas, muchos de los asistentes abandonaron la sala. Y yo me pregunto ¿cuántos países democráticos se cuentan entre los miembros de las Naciones Unidas? Se trata en su gran mayoría de dictaduras.

Yo, en contra del activismo hipócrita de Pedro Sánchez, de Ione Belarra y de Irene Montero, a quienes invito a gozar una temporada de las libertades feministas de Hamás, sigo defendiendo a Israel, que ha hecho de una tierra inculta un vergel y es un modelo de democracia libre, que para nosotros quisiéramos en la España que Pedro Sánchez desgobierna.

 

21 de septiembre de 2025

La inteligencia artificial

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Cuando trato de entender en qué consiste la inteligencia artificial, de la que continuamente se nos habla en los medios de comunicación y en publicaciones científicas o de divulgación, me viene a la memoria el conjunto de transformaciones económicas y sociales que tuvieron su origen en el Reino Unido y que se extendieron a diversos países de Europa y EE.UU. desde finales del siglo XVIII y que yo estudié en mis años de Bachillerato y tuve presentes en épocas sucesivas de mi trabajo editorial.

Dos factores decisivos influyeron en los cambios de todo tipo que se produjeron en las sociedades industriales: la invención de la máquina de vapor y la existencia de capitales disponibles procedentes del comercio internacional.

Aunque se la denomina revolución industrial, en realidad no hubo tal revolución, sino una evolución paulatina de las condiciones de vida y del trabajo, pasándose de una sociedad agraria y campesina, a otra urbana. Muchos trabajadores manuales fueron sustituidos por máquinas y perdieron sus trabajos. Las condiciones de vida cambiaron paulatinamente, por lo que más que de revolución habría que hablar de evolución, y no solo industrial, sino también social y económica.

Aunque sí hubo movimientos revolucionarios de los obreros que perdieron sus puestos de trabajo sustituidos por las máquinas.

¿Sucederá algo similar cuando la inteligencia artificial se imponga en nuestras vidas, no solo en el ámbito del trabajo, sino también en el de la ciencia, la cultura, la sanidad, el transporte y el ocio?

El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la inteligencia artificial (IA) como “una disciplina de la informática que busca crear programas capaces de ejecutar acciones comparables a las de la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.

O sea que la IA, según la RAE, depende del informático que crea programas que pueden realizar actos similares a los que llevamos a cabo los seres humanos. Además del aprendizaje o del razonamiento lógico que menciona la definición de la RAE, la IA podrá o puede ya según los expertos en esta materia crear obras de arte, escribir libros, diagnosticar y sanar enfermedades, conducir medios de transporte sin necesidad de conductor… Y todo ello con independencia de los informáticos, los artistas, los escritores, los médicos y científicos de las distintas especialidades.

De manera similar a cómo las máquinas de la revolución industrial y luego la informática hicieron desaparecer puestos de trabajo y crearon otros nuevos, la IA dejará, ya está dejando según los expertos en la materia, obsoletas ciertas ocupaciones laborales y se alumbrarán, ya se están alumbrado, otras nuevas.

Yo, qué quieren que les diga, no acabo de creer en la independencia o autonomía de la IA.

Por de pronto, no me montaré en un autobús u otro medio de transporte sin conductor.

Y claro que me gustaría que un robot realizara las labores domésticas de mi casa y que la IA, con solo indicarle el tema de mi blog, lo escribiera y lo colgara en la red.

14 de septiembre de 2025

Tres jóvenes cristianos de nuestros días

Las palabras y la vida  

Alberto Martín Baró

El asesinato del joven activista estadounidense Charlie Kirk el pasado jueves 11 de septiembre ha estado marcado en Estados Unidos y en todo el mundo por el recuerdo del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, al Pentágono en Washington y a otros objetivos de los terroristas.

Sin embargo, a mí me ha llevado a relacionar la figura de Charlie Kirk, quien tenía en las redes sociales millones de seguidores, con otros dos jóvenes, muy distantes en el espacio, pero que a mi modo de ver guardan una similitud alentadora e inspiradora para gran parte de la juventud actual.

Me refiero a los dos santos canonizados por el Papa León XIV Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. ¿Qué tienen en común estos tres jóvenes, el estadunidense y los dos italianos?

Al margen de diferencias de carácter y aficiones, los tres se caracterizan por una serie de rasgos que les han llevado a erigirse en referentes de una juventud alejada de enfrentamientos ideológicos y sectarismos.

Se ha caracterizado a Acutis y Frassati como santos en chándal y zapatillas. Ambos eran aficionados al alpinismo. Y en lo religioso coincidían en su amor a la Eucaristía y a Jesús.

Profesionalmente, Acutis era un estudiante italiano, hábil programador informático aficionado. Dedicaba su tiempo libre a visitar a los ancianos y ahorraba dinero para dárselo a los pobres. Su madre dijo de él: “Su jornada giraba en torno a Jesús, que era su centro. Las personas que se dejan transformar por Jesús y tienen esta fuerte amistad con Dios interpelan a los demás, irradian la imagen de Dios”.

Por su parte, Pier Giorgio Frassati se distinguió como Acutis por ayudar a los demás, sobre todo a los más necesitados. Estudió ingeniería industrial mecánica y tenía el proyecto de trabajar en el sector minero para servir a Cristo cerca de los operarios pobres.

Fue miembro profeso de la Tercera Orden de Santo Domingo y se inspiró en las enseñanzas de Santo Tomás y del apóstol San Pablo.

En carta a uno de sus amigos escribe: “Yo quisiera que nosotros jurásemos un pacto que no conoce límites temporales ni terrenales: la unión en la oración”. Y a su hermana Luciana le dice un día: “Ayudar a los necesitados es ayudar a Jesús”.

Que dos santos canonizados utilicen un lenguaje religioso nada tiene de extraño. Pero que un activista o influencer laico como Charlie Kirk también lo emplee es menos corriente. Sin embargo, la fe cristiana de Kirk le llevó a acercarse al catolicismo y asistir a misa con su mujer y sus dos hijos. En sus charlas congregaba a cientos de personas y respondía a cualquier pregunta que quisieran hacerle, sin tratar de imponer nunca sus ideas, abierto siempre al diálogo.

En un último tuit en X el pasado domingo de septiembre escribió: “Jesús derrotó a la muerte para que tú puedas vivir”.

Palabras que podían haber sido pronunciadas por los santos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati, y que a mí me llevan a confiar en lo mejor de la juventud actual.

Lamentablemente, frente a estos ejemplos del bien, también existe el mal en jóvenes como el asesino de Charlie Kirk y en quienes le secundan y aplauden.

 

 

 

 

 

 

 

 

7 de septiembre de 2025

¿Es la alianza de países liderada por China una amenaza para el Occidente libre?

Las palabras y la vida   

Alberto Martín Baró

Que China, Rusia y Corea del Norte se alíen nada tiene de extraño, sino que entra dentro de lo esperado de regímenes afines en su ideología comunista, aunque luego difieran en multitud de rasgos históricos y presentes. Estos tres países son regidos por autócratas que sojuzgan a sus pueblos, a los que niegan cualquier tipo de libertad.

El pasado 3 de septiembre China ha hecho una demostración de poderío militar para conmemorar los 80 años de su victoria contra Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

A ese desfile celebrado en la plaza de Tiananmén asistieron el autócrata ruso Vladimir Putin y el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, que hasta había enviado soldados a Ucrania para ayudar a las tropas rusas en la invasión del país gobernado por Vlodimir Zelenski.

La alianza de tres países gobernados por dictadores comunistas, con China a la cabeza, entra dentro de lo esperado. Pero que a ellos se hayan unido países como la República de la India, regida por Narendra Modi, primer ministro reelegido en las elecciones de 2024, no tiene una explicación convincente, ni por afinidades ideológicas, ni por otras características de sus pueblos. La República de la India no admite en su Constitución el comunismo y es un país de religión mayoritariamente hinduista y budista, ajena a cualquier tendencia comunista.

Otros países que se han adherido a los que se ha dado en llamar BRICS+ (Brasil Rusia, India, China, Sudáfrica) solo tienen en común su postura antioccidente.

Incluso se da la contradicción de que un país como Turquía, que se ha unido a esta gran coalición, es miembro de la OTAN, de la Unión Europea y de otros organismos occidentales.

La plaza de Tiananmén, en la que China hizo el alarde de poderío militar al que me he referido, es la misma en la que se produjeron protestas y disturbios liderados por estudiantes chinos entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989, y su posterior represión, ordenada por las autoridades de la República Popular China, que finalizó en una masacre.

Esta China, de indudable poderío militar y tecnológico, es la misma de la que parten inmigrantes que, por ejemplo, en mi barrio del Parque de las Avenidas de Madrid han montado negocios como una tienda de copistería, una peluquería y tratamiento de uñas,  varios centros de alimentación y ropa...

¿Es la alianza de países liderada por esta China llena de contradicciones una amenaza para el Occidente libre? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

31 de agosto de 2025

El día en que vivimos

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No sé si a usted, querido lector, le ocurre no saber en qué día vive. Yo, con frecuencia, tengo que mirar en el periódico o en el móvil la fecha en que vivo. Y si abro el ordenador, en su pantalla aparece en grandes caracteres el día en cuestión.

Porque, oyendo o leyendo las noticias, tengo la impresión de que la actualidad se repite.

Y como tratan los mismos temas, tampoco me dan una pista sobre el día actual los tertulianos de las pocas tertulias que soporto.

Así, por poner algunos ejemplos, sigue sin dimitir ni ser llevado a juicio el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, continúa aferrado a la poltrona de La Moncloa, sin intención alguna de presentar los Presupuestos Generales del Estado o convocar elecciones.

A su amada esposa un incansable juez la acusa de un nuevo delito, sin que tampoco se siente en el banquillo de los acusados.

Y, sin salir de la familia Sánchez, veo que el hermano del presidente no sabe en qué ni dónde trabaja.

Los incendios que asolan España en este tórrido verano no acaban de ser extinguidos y tampoco me dan una pista sobre el día en que vivo.

Las acusaciones entre los partidos y los líderes políticos no cesan y de antemano sabemos de qué se van a acusar dependiendo de las siglas bajo las que militan.

En el ámbito internacional, Vladimir Putin, no contento con haber invadido Ucrania, bombardea Kiev con drones y misiles causando la muerte de civiles, incluidos niños, en una guerra en la que después acudirán los soldados para consolidar los frentes y las zonas ocupadas.

Como causan muertes de niños y civiles inocentes los bombardeos de Israel sobre Gaza, que son genocidio a juicio de los partidarios del inexistente Estado palestino, mientras Hamás no cesa de utilizar a la población gazatí como escudo para su incesante terrorismo.

Donald Trump se inventa aranceles que se asemejan a los del día anterior o los incrementan, mientras no renuncia a su pretensión de anexionarse Canadá y Groenlandia.

¿Hay en el panorama nacional o internacional alguna novedad, negativa o positiva, que nos dé una pista sobre la fecha del calendario en la que nos encontramos?

Si mi mujer y yo estamos en su casa de Madrid, y no en El Espinar, al salir yo por la mañana a hacer la compra sí sé que es sábado o domingo porque no está en la portería el conserje.

También mi mujer me recuerda que estamos en sábado o domingo y, si nuestra salud no lo impide, asistiremos a misa en la parroquia de San Juan Evangelista que tenemos enfrente de casa.

Y un indicio ineludible del día en que vivimos y que no debemos olvidar son las citas médicas, muy frecuentes a nuestra edad y que el hospital de turno nos comunica en papel o en un mensaje del móvil.

Gracias a la profesionalidad de médicos y sanitarios capeamos los males de nuestra salud y sabemos en qué día vivimos.

24 de agosto de 2025

El agua, el fuego y el viento

 Las palabras y la vida 

Comenzaré por el agua de la dana, que precedió a los fuegos y al viento.

Ojalá esa agua viniera a apagar los incendios que asolan España. Porque, al ver las imágenes que a todas horas nos frece la televisión, tengo la impresión de que el agua de las mangueras no consigue sofocar los fuegos, que continúan arrasando los campos, los montes, los bosques, los poblados. Diríase que se ríen del agua, incluida el agua que arrojan los medios aéreos.

¿Y el viento? Yo siempre había pensado que una fuerte ráfaga de viento lograría apagar un fuego. Pues no, el fuego de los incendios de este tórrido verano al parecer los vientos cambiantes lo avivan, o hacen que brote a unos metros de distancia.

Llego a la conclusión de que mi sentido de la vista me engaña. En cambio, no hay engaño posible en otros medios más contundentes para atajar los incendios, como son los cortafuegos, o los tractores y otras máquinas que aplastan las zonas que arden.

Dejando a un lado las trampas visuales, me planteo la pregunta clave. ¿Qué o quién provoca el fuego? He oído o leído toda suerte de respuestas y explicaciones, y todas tienen su parte de razón: el calor extremo de este verano, el abandono del campo, de los montes y de los bosques, la población rural envejecida, los jóvenes que huyen de las tareas del campo y emigran a las ciudades, la mano del hombre, bien sea el pirómano o incendiario, o del que busca un interés espurio, una venganza o la satisfacción de un desequilibrio psicológico, o preparar el terreno para instalar paneles solares y molinos eólicos, la multitud de normas y administraciones… Al Gobierno de la nación, la mayoría de cuyos ministros y el propio presidente han estado ausentes de los escenarios del fuego hasta que se han dignado hacer acto de presencia en algunos incendios, digo que al Gobierno central hay que añadir las comunidades autónomas, las diputaciones, los ayuntamientos..., con competencias que se solapan y al final resultan inoperantes. A menudo son los propios vecinos de los pueblos los que tienen que hacer frente al fuego con medios rudimentarios.

Puesto a aportar una solución al problema de los incendios, me inclino por la que veo en el campo de El Espinar. Y no es otra que las vacas pastando en un prado.

Y frente a esta imagen positiva, otra negativa. Estoy sentado en uno de los bancos de madera del parque de Cipriano Geromini y observo a mis pies unas cuantas colillas. Si estos restos de fumadores irresponsables, en vez de haber caído en un suelo donde no hay nada que quemar, hubieran sido arrojados en los rastrojos y las pajas que han quedado sin recoger por todo El Espinar, tendríamos el fuego garantizado.

De nada sirve el cartel que esta misma tarde he divisado, yendo a fotografiar el antiguo depósito de agua, hoy sin tejado, por cuyo ojo de buey arrojábamos piedras de niños, cartel que reza “Peligro de incendio”.

Mi salud deteriorada me impide actualmente caminar por el bosque. Pero no puedo olvidar el estado de abandono de muchas zonas de pinar. Quiera Dios que a estos pinares sólo lleguen cenizas y pavesas de los cercanos incendios de Las Navas del Marqués y de Urraca Miguel, y no el fuego que contrastaría con el nombre de Aguas Vertientes de este monte tan cercano a mi casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

17 de agosto de 2025

De pájaros y aves

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Estamos mi hijo Guillermo y yo a media tarde sentados a la sombra de la casa, en una de las escasas treguas que este verano caluroso nos da, incluso en El Espinar.

Guillermo me enseña un libro que ha comprado en Londres y que contiene unos preciosos dibujos de aves a todo color en 64 láminas con los nombres en inglés de las aves dibujadas.

Nos hemos tomado el trabajo de buscar el nombre en español de las distintas especies, pues los ingleses son muy suyos y no incluyen los nombres en latín de las aves dibujadas.

Con paciencia identificamos al petirrojo, dos ejemplares del cual, que deben de ser macho y hembra, son asiduos de nuestro jardín.

Palomas, águilas, búhos, patos, herrerillos, picapinos, cisnes, halcones, golondrinas, ruiseñores…, la lista completa se haría interminable.

Dando un salto en el tiempo, evoco a mi madre, Alicia Baró, que cantaba “El milagro de san Antonio”. Se preguntará algún lector qué tiene que ver esta canción con los pájaros. Pues tiene que ver y mucho, porque en un determinado pasaje del milagro salen a relucir los nombres de los pajaritos que el niño Antonio deja salir de la habitación en la que los había encerrado para que, mientras su padre estaba en misa, no picaran el sembrado.

Espinariegos seguidores del Nuevo Mester de Juglaría conocerán la versión que este grupo hizo del milagro que cantaba mi madre.

A los amantes de pájaros y aves les invito a escuchar el final del milagro de san Antonio, en el que el autor de la letra hace un alarde de conocimiento ornitológico.

“Ea, pajaritos, ya podéis salir.

Salgan cigüeñas por orden,

águilas, grullas y corzas,

avutardas, gavilanes,

lechuzas, mochuelos, grajos.

Salgan las urracas,

tórtolas, perdices,

palomas, gorriones

y las codornices.

Salga el cuco y el milano,

zorzal y andarríos,

canarios y ruiseñores,

tordos, jilgueros y mirlos.

Salgan verderones,

y las cardelinas,

también cogujadas

y las golondrinas”.

No  pocas de estas aves acudían por orden de su tamaño, empezando por las más pequeñas, a picotear las migas que mi primera mujer, Ana, la madre de Guillermo, les echaba en el jardín de nuestra casa de El Robledal, que hoy conserva con amor Isabel Codina.

Yo tuve que comprar una guía para identificar a los distintos pájaros y aves, que con fidelidad se ajustaban a la descripción de la guía.

Estando sentado en una hamaca en el jardín de dicha casa, nunca logré ver al cuco, cuyo canto insistente sí que oía.

Porque “el cuco, no es mito, lo trae san Benito”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10 de agosto de 2025

El suministro de agua en El Espinar

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

¿Cómo es posible que en El Espinar tengamos problemas en el suministro de agua?

Releo algunos capítulos de mi libro El cuaderno de El Espinar y una vez más me asombro ante la gran cantidad de ríos y arroyos que recorren este pueblo.

Por orden de importancia, citaré entre los ríos el Moros, el Voltoya, el Boquerón y el Gudillos.

Entre los arroyos, a riesgo de dejarme alguno en el tintero, no puedo por menos de mencionar el Mayor, el Gargantilla, el de Prado Goyato y el de las Barrancas.

Se me objetará con razón que tanto los ríos como los arroyos de El Espinar sufren la sequía del estiaje y en verano quedan reducidos a hilos de agua, si es que no se secan por completo.

Además soy consciente de que para el aprovechamiento de esas corrientes acuáticas en el consumo de las industrias y de los hogares hay que canalizarlas y bombearlas.

Aún así, no se me alcanza que tengamos que recurrir al agua del embalse de la Puente Alta, que yo he visto desaguar cuando voy a Segovia y del que me dice algún entendido que tiene poco fondo.

Y si los ríos y los arroyos son difíciles de canalizar para el suministro humano, ¿qué decir de las innumerables fuentes de El Espinar? Mi admirado y admirador Javier Sanz Pérez, en su precioso libro Las Fuentes de los Montes de El Espinar –respeto las mayúsculas del ejemplar que obra en mi poder, dedicado por el autor y editado por la Diputación de Segovia– recoge 61 fuentes, incluida la del Carnero, que en el Anexo denomina LA FUENTE DE LOS GABARREROS, “en homenaje a todos aquellos que vivieron de nuestros montes y de sus leñas y que realizaron una labor tan importante en los mismos”.

Pues bien, esos 61 manantiales, que alivian el calor y la sed de los caminantes que recorren los bellos parajes en los que están enclavados, sería una utopía pretender aprovechar su caudal para el consumo de industrias y hogares.

Recreémonos con los evocadores nombres de tales fuentes, como Virgen de las Nieves, la Hiedra, el Acebo, los Arteseros, las Barrancas, Peña la Casa, Fuente Fría, el Mostajo, Marichiva, las Fuentecillas…

Y animémonos, mientras nuestra salud lo permita, a recorrer esos parajes.

Como señala Javier San Pérez en la Introducción al libro, “No es casualidad que uno de nuestros montes principales sea conocido bajo el nombre de Aguas Vertientes”.

¿Qué podemos hacer en estas circunstancias los sufridos usuarios? Pues está claro que no dejar correr el grifo sin contención, controlar el tiempo de la ducha, del lavavajillas y de la lavadora.

Por supuesto, no regar el césped ni lavar el coche.

Y hacer rogativas para que llueva con abundancia.

Aunque como decía con sorna en el cuento, no sé si apócrifo, el cura al que los vecinos le pedían que sacara al Cristo en procesión: “Sacar al Cristo, yo lo saco, pero si no está de llover…”.

 

 

 

 

 

 

 

 

3 de agosto de 2025

Cambios de casa y de rutinas

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Como bien sabe Hacienda, no tengo más que una casa en propiedad, un chalet pareado en El Espinar, en el que y suelo pasar el mes de julio y en el que habitualmente reside mi hijo Guillermo. Este año, por razones médicas, yo voy a estar, Dios mediante, en esta mi casa también los meses de agosto y septiembre.

También por causa de los tratamientos de mi enfermedad, me trasladé a Madrid y en la capital de España vivo en la casa de mi mujer, Angelina Lamelas.

Y otros años, no este, los dos hemos pasado el mes de agosto en la vivienda de Santander en la que habitan dos hermanos de Angelina, Ana y Diego.

Después de este prolegómeno recalo en el tema principal del presente blog, que no es otro que la ruptura de la rutina que dichos cambios de casa acarrean.

Empezando por las llaves de las distintas viviendas: ¿Cuáles son las de El Espinar, las de Madrid y las de Santander? Esta duda me ha llevado a dejar unas llaves en la casa anterior, con el consiguiente trastorno e incluso pérdida de estos imprescindibles adminículos.

Sigamos por orden de las rutinas habituales.

¿Dónde están en esta casa el cuarto de baño y los útiles de aseo, dónde los platos y demás elementos para preparar y tomar el desayuno?

Así podría continuar con otras ocupaciones del día a día.

¿Dónde compro el periódico, en la tienda de Flavia en El Espinar, en el Supercor del Parque de las Avenidas, que tiene casi de todo, o en una frutería de la Avenida de Reina Victoria de Santander que últimamente solo proporciona “El Diario Montañés”.

¿Salgo a hacer la compra o comemos fuera de casa y en qué cafetería o restaurante? ¿O compra, cocina y recoge mi hijo Guillermo, que lo hace de maravilla?

A estas edades y enfermedades tanto de Angelina como mías, es fundamental no dejarse alguna de las numerosas medicinas que ambos necesitamos.

En el duermevela de la siesta y en el sueño nocturno, a menudo me pregunto dónde estoy miro a un lado para comprobar si está mi mujer.

Me interrumpirá el paciente lector y me aconsejará: ¿Por qué no se están ustedes quietos en una casa, que ya no tienen años ni salud para tantos trajines?

Razón que le sobra. Por de pronto, yo este verano no he podido ir a Santander. A Angelina la ha llevado a la capital cántabra en mi coche su hijo Jose. De Madrid a El Espinar nos ha traído Jose, también en mi coche. ¡Qué bien se va al lado del conductor oyendo la música de Radio Clásica!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

27 de julio de 2025

Retorno a El Espinar

  Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No retorno al Espinar. La gramática no permite en este caso y en otros similares hacer la contracción ‘al’. Aunque cualquier día la Real Academia Española nos deja hacerlo, como en su día decidió que la elle y la doble erre no eran letras, sino dígrafos, y en 1994 las eliminó del alfabeto español, que pasó a tener 27 letras en lugar de 29.

Pero vayamos al núcleo de este artículo. Se extrañan personas con las que me cruzo por la calle de no verme hace tiempo en El Espinar. La razón es que me he trasladado a vivir en Madrid, entre otros motivos porque en la capital de España está la casa de mi mujer Angelina Lamelas y porque en Madrid, aunque parezca extraño, tengo más a mano la atención médica que, viviendo en El Espinar, hace que debas trasladarte a Segovia e incluso a Valladolid para determinados tratamientos.

Pero una vez en El Espinar desde primeros del presente mes de julio vuelvo a disfrutar de sus cielos azules y del sol de la infancia.

Cuando en Madrid y en otros lugares de España están sufriendo temperaturas que llegan a superar los 40 grados, en El Espinar no pasamos de unos agradables veintitantos.

Por desgracia ya no puedo recorrer los caminos, los senderos y las cañadas que en tiempos pasados me permitían transitar por el camino del Ingeniero, subir a Cueva Valiente o al peñón de Juan Plaza. Que ahí siguen con su agreste belleza, como elementos definitorios del paisaje espinariego.

La última vez que subí con mis hijos, nietos y algunos amigos a la Cantera de Navalvillar me quedé sin resuello y tuve que ser ayudado por uno de esos amigos, en este caso amiga. Entonces mi yerno me recomendó caminar todos los días al menos una hora, recomendación que seguí durante algún tiempo y que coincide con la prescripción de la uróloga que me trata.

Mi enfermedad me lleva a olvidar los nombres de amigos de toda la vida y a no reconocerlos cuando ellos me paran por la calle. Aprovecho estas líneas para pedirles que me perdonen.

Pero estos olvidos no son debidos a El Espinar ni a sus habitantes de cutio o veraneantes.

He delegado en la eficaz y gran escritora Ana G. Novac la coordinación de las tertulias “El libro del mes”, que siguen celebrándose en el marco incomparable del restaurante El Espino gracias a su anfitriona Isabel Codina.

Y confío en que mi buen amigo y experto director de “La Voz de El Espinar” considere pertinente incluirme en las ´páginas del periódico para que mis amigos espinariegos no me pregunten cuando me encuentran por la calle por qué no escribo en “La Voz de El Espinar”.

Aunque es posible que no cumpla los requisitos de extensión que Marco García Hiernaux fija a los colaboradores, confío en llenar con fotografías de El Espinar la página de mi colaboración.

Ahí incluiré parajes tan bellos como la mata de Santo Domingo con los restos y el arco de la ermita, los pinares del monte de Peña la Casa y la citada cantera de Navalvillar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20 de julio de 2025

Del diccionario y el crucigrama a Google

 Las palabras y la vid

Alberto Martín Baró

En la Editorial Santillana estábamos preparando la edición del Diccionario esencial de la lengua española bajo la dirección del filólogo y escritor, miembro de la Real Academia Española, Gregorio Salvador. Salió a colación la palabra tas y al sabio académico no le pareció que dicho término debiera figurar en un diccionario dirigido a escolares. Yo le pregunté al docto académico si era aficionado a hacer crucigramas. No recuerdo su respuesta, pero sí compruebo que la palabra tas figura en el Diccionario esencial, de cuya dirección editorial yo fui responsable. tas s. m. Yunque pequeño, usado especialmente por plateros y hojalateros.

Es muy posible que mi afición a hacer crucigramas influyera en la inclusión de tas en el Diccionario esencial.

Pasados muchos años, hablando con Lucrecia Naveda, amiga de mi mujer Angelina Lamelas, al enterarme de que a Lucrecia le gustaba hacer crucigramas, le pregunté si conocía el término tas, a lo que ella contestó sin dudar: “Yunque de platero”.

Hay un montón de monosílabos como el tas de marras que un crucigramista, en la acepción no de la persona que inventa crucigramas, sino que los resuelve o intenta resolverlos, conoce perfectamente, aunque no haya visto en su vida el objeto que define.

Así car podía el autor de un crucigrama definirlo como coche en inglés. Pues no. Si usted, amigo lector, se ha encontrado en un crucigrama con este término hallará una definición semejante a esta: “Extremo o parte inferior de la entena”, ojo, no antena. Por supuesto, ni entena ni car figuran en el Diccionario esencial.

Sí, el mundo terminológico de los crucigramas es muy suyo, y no oiremos en una conversación habitual palabras que a los aficionados a estos pasatiempos nos son familiares y nos ayudan a resolver otros términos. Iterar es repetir. Y sí lo encontramos en el Diccionario esencial, pero no lo usamos en el habla corriente.

También nos ayuda a rellenar casillas de un crucigrama irado, con la significación de forajido. El Diccionario de la Real Academia Española lo califica de “desusado”.

Al tratar de resolver un crucigrama hay que estar muy atento a si la palabra pedida está en las casillas verticales o en las horizontales, y si debe escribirse al derecho o al revés.

A mí, que he dedicado gran parte de mi trabajo editorial a crear “Obras de consulta y referencia”, como son los diccionarios y las enciclopedias, me produce una cierta nostalgia ver cómo el buscador Google ha sustituido en gran medida a los diccionarios y las enciclopedias en papel.

Y que conste que yo también recurro a Google en mi móvil para obtener una información o resolver una duda.

O tempora, o mores, ¡Qué tiempos, qué costumbres!, como dijo Cicerón en su primera Catilinaria.

Sí, mucho han cambiado los tiempos y las costumbres.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13 de julio de 2025

Recuerdo emocionado de Carmen Silva

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Leo en el blog de Julia Sáez-Angulo que el 7 de julio de 2025 ha fallecido en Boadilla del Monte (Madrid), donde residía, la escritora Carmen Silva y Velasco, nacida en Madrid en 1938.

Conocí tarde a Carmen Silva. La primera vez que asistí a un acto en el que ella intervenía fue una tarde fría de noviembre de 2013 en la cálida rebotica del herbolario Margaritas en El Espinar. Carmen presentaba un libro de su amiga María Carmen Gracia Abad, más conocida en los círculos literarios como May, investigadora histórica y arqueológica, poeta y narradora. En este caso, su libro, objeto de la presentación, era un poemario titulado Tarot, espejo de la vida. Carmen Silva, periodista, poeta y narradora, se adentró en los arcanos del Tarot, después de confesar que en una primera lectura no había entendido nada. Como a mí me había ocurrido lo mismo, mi atención se intensificó. Porque una segunda lectura, más reposada y hasta en voz alta, le fue descubriendo a ella los profundos a la par que inteligibles contenidos de aquellos poemas.

Me sirve este mi primer encuentro con Carmen Silva para ilustrar uno de los rasgos de su personalidad humana y literaria que quiero poner de relieve en mi recuerdo.

Una cualidad de Carmen que en aquella ocasión se me reveló y que después pude confirmar en otros muchos actos es el valor que concedía a la amistad. Amistad que aquel día se volcó en May, su compañera de tantas aventuras literarias, y que después he visto cómo abrazaba a innumerables escritores o simplemente amigos. Carmen siempre estaba disponible para todos, con su sonrisa, con su entrega, con su buen juicio y su incansable trabajo, en beneficio de las personas, de los proyectos y de los grupos, ya fuera Tintaviva o Boadilla Troquel.

Doy un salto en el tiempo al mes de octubre de 2015. ¿Sería posible que esas personas que hacían cola ante la puerta del edificio de la SGAE en la madrileña calle de Fernando VI esperaran para asistir a la presentación de una revista de poesía? Pues sí, no solo era posible, sino además real. Una consoladora realidad. Gracias a la mediación de May y a la generosidad de Carmen Silva, yo participaba con dos poemas en la revista Troquel, cuyo número 4 se presentaba.

Aquella fiesta de la poesía me da pie para resaltar nuevas luces de Carmen Silva. Por un lado, su ya mencionada amistad, que abarca a figuras consagradas de la literatura. En el número 4 de la revista Troquel, la firma invitada era Antonio Gala. Pero también figuraban poemas de la poeta y traductora Clara Janés, del también poeta Carlos Murciano y del escritor, historiador, periodista y político Juan Van Halen.

En la presidencia del acto acompañaban a Carmen Silva la pintora Trinidad Romero, de la que aparecían en la revista espléndidas ilustraciones, la entonces secretaria de la Asociación Boadilla Troquel Gema Martín-Romo, la periodista y escritora Julia Sáez-Angulo, subdirectora de la revista, el abogado y escritor Francisco de la Torre, y Beatriz Villacañas, poeta, ensayista, catedrática y crítica literaria. Todos ellos, amigos entrañables de Carmen Silva.

Pero Carmen siempre estuvo abierta a admitir en su círculo de amistades, en el grupo Boadilla Troquel que presidió y en la revista Troquel a nuevos nombres y valores.

Me traslado con el recuerdo a Córdoba en el mes de abril de 2016. De nuevo Carmen Silva promovía una lectura poética, nada menos que en la Sala Julio Romero de Torres del Real Círculo de la Amistad. Presentaba el acto el escritor, poeta, traductor, ensayista, catedrático de Lengua y Literatura, y socio fundador del Ateneo de Córdoba Manuel Gahete e intervinimos como poetas Matilde Cabello, Carmina Casala, May Gracia, Angelina Lamelas, Alberto Martín Baró, José María Molina Caballero, Antonio Moreno Ayora, Balbina Prior, Jesús Riosalido, Carmen Silva y Beatriz Villacañas.

En una cena en la que la noche anterior compartimos mesa con Carmen Silva varios de los poetas mencionados, Carmen nos hizo unas íntimas confidencias sobre lo que había significado en su vida, amén de la amistad, el amor, los hombres que se habían enamorado de ella. Fruto de ese amor es su familia, son sus hijos y nietos. Cuando en su poesía Carmen canta al amor, al amor espiritual, sexual y erótico, sus arrebatos y decepciones, sus entusiasmos y nostalgias, habla con conocimiento de causa, desde lo más íntimo de su experiencia vital.

En un plano personal, a Carmen tengo que agradecer, al habernos invitado a aquella lectura poética, que nos conociéramos Angelina y yo, y en una mañana radiante de primavera cordobesa se iniciara nuestra historia de amor. Gracias, Carmen.

Para Carmen, la ciudad lejana de García Lorca se le había hecho cercana con el reconocimiento de su trayectoria literaria al haberla nombrado académica correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

Escuchar a Carmen Silva recitar sus poemas era un verdadero placer. Yo lo experimenté en la Sala Manuel de Falla de la SGAE, en la Casa de La Rioja en Madrid, en la citada Sala Julio Romero de Torres del Real Círculo de la Amistad de Córdoba, en el Casino de Salamanca y en la sede de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles (AEAE) en la calle de Leganitos de Madrid.

Cuando en alguna ocasión, por la razón que fuera, Carmen Silva no pudo estar presente en un recital o presentación de un libro en que había sido anunciada, su ausencia se hacía sentir de forma clamorosa.

En este mi emocionado homenaje a Carmen Silva quiero apuntar una breve mirada a sus escritos, como ya he dicho, de caleidoscópica variedad y riqueza. Y soy incapaz de reseñar características de su polimórfica sinfonía. Releo algunas páginas de cuatro libros que he abierto para escribir estas líneas: el poemario Conversaciones de la alondra con el espíritu de Dios, editado por Curva Polar en 2016, los también poemarios Hoy no es ayer y Academia de sombras, editados en 2016 y 2017, respectivamente, por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, y el libro de relatos Algo más que un cuento, editado por Atlantis en 2018. Conforme releo algunas de estas páginas me invade la indescriptible sensación de estar ante una escritora de raza que dominaba todo lo que abordaba. Y solo se me ocurre la admirada exclamación: “¡Qué maravillosamente bien escribía Carmen Silva!”.

Y ella no se contentaba con escribir de forma magistral en los más variados registros, sino que ejercía su magisterio enseñando a expresarse mediante la palabra en talleres de escritura a alumnos que luego proclamaban en sus escritos su deuda literaria con Carmen Silva.

Su labor infatigable en pro de la literatura y, muy en especial, de la poesía, no le impidió saber delegar, así, en los dos últimos números de la revista Troquel, en el sabio quehacer editorial de Julia Sáez-Angulo y Rogelio Sánchez Molero.

Pero, Carmen, tu saber, tu experiencia, tu habilidad para obtener subvenciones, que todo hay que decirlo, tu prodigiosa imaginación, tu dominio de la palabra adecuada a cada invención, a cada sentimiento, a cada narrativa, son irremplazables.

Carmen, eres insustituible. Te admiramos y te queremos. Descansa en paz.