22 de junio de 2025

La nave de Pedro Sánchez se hundirá

 

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Si alguien piensa que Pedro Sánchez, al verse acorralado por la corrupción, va a convocar elecciones, está muy equivocado y no conoce al personaje.

Si alguien piensa que los socios de Gobierno o de investidura van a dejar en la estacada a Pedro Sánchez, está muy equivocado y no conoce a tales socios.

Si alguien piensa que la falta de Presupuestos Generales del Estado y la dificultad o incluso imposibilidad de aprobar leyes va a obligar a Pedro Sánchez a convocar elecciones, está muy equivocado y no conoce al personaje.

Porque al personaje le importa un bledo la corrupción y piensa, con acierto, que se librará de ella más eficazmente dentro de la Moncloa que convocando unas elecciones que puede perder y le sacarían del refugio monclovita.

Porque ¿hay alguien o algo que pueda obligar a Pedro Sánchez a convocar unas elecciones anticipadas? ¿La insistencia de la oposición en que las adelante? ¿La petición de algún socialista destacado como Emiliano García-Page?

Cuantas más voces se alcen desde la oposición o desde las propias filas del PSOE pidiendo un adelanto electoral, más se obstinará Pedro Sánchez en agotar la legislatura hasta que no le quede más remedio que darla por concluida y enfrentarse a las urnas.

Y tampoco crea alguien que la derrota de Pedro Sánchez en esas elecciones obligadas está cantada. Sin incurrir en el optimismo demoscópico de Tezanos y del CIS, que dan al actual presidente del Gobierno una ventaja considerable sobre los candidatos de otros partidos, no hay duda de que los socialistas siguen contando con una base inalterable de votantes.

En cuanto a los socios de Gobierno o de investidura de Pedro Sánchez, a saber, comunistas, independentistas, golpistas y proetarras, es decir, todos los enemigos de España, incluido el PNV que ve las orejas del lobo de Bildu, ¿con quién van a estar mejor que con Pedro Sánchez, de cuya debilidad se aprovechan para subir la cota de sus exigencias?

Todos estos personajes y grupos políticos hace tiempo que deberían estar, no solo fuera del Parlamento español, sino ilegalizados, por ser enemigos de España y de la Constitución Española.

Me dirán que vaya panorama desolador presento, sin una alternancia realista, dado que la ilegalización de los partidos y personajes en que se ha apoyado Pedro Sánchez es hoy por hoy utópica.

La única esperanza de solución radica en que el temor a sufrir en propia carne el rechazo de los votantes lleve a cargos y militantes socialistas a abandonar la nave de Pedro Sánchez que se hundirá irremisiblemente.

 

 

 

 

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