Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
Con
el cáncer de próstata se me ha incrementado la inercia, tanto física como
mental.
Después
de una larga ausencia, estoy sentado en una butaca de mimbre en el jardín de mi
casa de El Espinar. Y veo todo lo que habría que hacer, desde segar la hierba
que ha crecido desmadrada hasta podar las ramas de algunos árboles que penden
sobre el alero de la casa.
Ya
lo decía don Mateo Matute, patriarca de mis grandes amigos y hoy parientes
Matute:
–Los
árboles, lejos de los edificios.
Con
la abundancia de lluvias del pasado invierno y la pasada primavera, el jardín
está hermosamente frondoso, pero poco habitable.
Árboles
que yo planté cuando apenas superaban mi altura son ahora ejemplares altísimos,
propios para otros entornos más campestres, naturales y dilatados.
La
mente me impele a levantarme de mi asiento y recortar la hiedra y la parra
virgen. Pero no lo hago.
Me
dirá el atento lector que no ve la relación que este aumento de la inercia
puede tener con el cáncer de próstata.
Pues
la tiene. Porque la mayor debilidad física hace que el pensamiento vaya por
delante de la acción.
En
otros contextos y en otras situaciones, sé que debería levantarme, si estoy
tumbado en la cama o en un sofá, para cumplir con la prescripción de la doctora
que me trata de andar todos los días una hora. La inercia y el calor me
impulsan a seguir echado, mientras la imaginación ya camina buscando la sombra
de los setos de jardines cercanos o del parque de Cipriano Geromini.
Claro
que no vale hacerse trampas con el solitario. Y vence la inercia de estar
sentado o tumbado hasta que un agente externo, una llamada del móvil, la
necesidad de ir al baño, o de ayudar a mi mujer que padece tendinitis, me ponen
en movimiento real. Pero si un ciego conduce a otro ciego…
Si
que pinta usted un panorama brillante, me dirá el lector tratando de darme
ánimos.
Y
sí nos anima a mi mujer y a mí el cariño de familiares y amigos. Cariño que se
traduce en ayuda física y espiritual. A todos, mil gracias.
Compañero tuyo Alberto Del Colegio San José de Valladolid Que te manda un abrazo muy fuerte Y con mucho cariño Sigue escribiendo por favor Que para mí Es un descanso Y para mi alma
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