Las palabras y la vida Alberto Martín Baró
El
pasado lunes 15 de diciembre la Real Academia Española (RAE) ha presentado las
novedades del Diccionario de la lengua
española (DLE).
En
su edición de 2026 el DLE incorporará más de 330 palabras, incluyendo términos
tecnológicos, como streaming, hashtag y loguearse, coloquiales como farlopa,
simpa, bocachancla, milenial y okey,
que reflejan la evolución del español digital y social.
Entre
las voces científicas destacan gravitón
y términos médicos como narcoléptico.
Hay
también coloquialismos, como farlopa,
simpa, bocachancla, milenial y brutal,
en el nuevo sentido de estupendo.
Como
en otras ocasiones, el DLE tiene presentes las voces usadas en los países
Hispanoamericanos.
Asimismo
la RAE ha elegido como palabra del año arancel,
a saber “La tarifa oficial determinante de los derechos que se han de pagar en
varios servicios, como el de costas judiciales, aduanas, etc. o establecida
para remunerar a ciertos profesionales”.
Entre
los coloquialismos de la actualización del DLE, hay varios que a mí me resultan
poco utilizables, como “hacer un simpa”, por salir de un establecimiento sin
pagar. Tampoco he usado nunca “bocachancla” como sinónimo de bocazas o persona
que habla mucho y sin pensar, a menudo diciendo tonterías o indiscreciones.
Sin
embargo, sí me son familiares vocablos como milenial, adaptación del inglés millennial para referirse a los nacidos
entre las dos últimas décadas del siglo XX.
Otras
actualizaciones de DLE son abreviaturas cuyo sentido es fácilmente inteligible,
como eco, por ecografía, ara quienes frecuentamos hospitales y clínicas. O
acepciones que se deducen de los mismos términos como turismofobia o
microteatro.
Al
lector interesado en estas novedades le remito a la Fundeu, donde encontrará
las definiciones pertinentes.
Yo
quiero aprovechar esta actualización del DLE para comentar algunas cuestiones
lingüísticas que en algún momento me han llamado la atención.
Así
el vocablo selfi fue declarado por la RAE palabra del año en 2013 para
significar la foto que uno se hace a sí mismo. En alguna ocasión me he
permitido apuntar que existen en español palabras como autorretrato o autofoto,
con el significado de selfi.
También
es digna de recordar la adopción en español de anglicismos para los distintos
deportes. Así fútbol tradujo el inglés football,
mientras que prácticamente nadie utiliza balompié. En cambio baloncesto se
impuso al inglés basket, aunque
también se utilice en español básquet. Balonmano desterró al inglés handball.
Quiero
terminar este blog con el uso entre los hispanohablantes de un anglicismo cuya
traducción al español no tiene ningún sentido. Así estamos acostumbrados a
utilizar blackfriday, como día
especial para la compra de cualesquiera productos. Su traducción literal al
español sería “viernes negro”, lo que evidentemente es absurdo.
Y
es que la pereza se impone a la hora de usar términos ingleses sin buscar algún
equivalente en español.