Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
Me
he sumergido en el proceloso mar de los comisionistas, conseguidores,
investigadores y responsables políticos relacionados con los miles de
mascarillas inservibles que se acumulan en distintos almacenes desde la
pandemia del COVID-19.
Ha
sido imperativo comenzar por el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, y
su cohorte de asesores y expertos, que resultaron no existir, aparte del
inefable Fernando Simón, médico epidemiólogo, quien aseguró que el virus
provocaría como mucho algún caso, y la realidad superó los 11.000
fallecimientos en dos meses.
Se
adquirieron en el mercado negro mascarillas por 15 millones a Soluciones de
Gestión, que a día de hoy siguen almacenadas en diferentes almacenes de la
Dirección General de la Salud Pública.
Este
dispendio está siendo investigado por instancias judiciales, pero aún sin
resultados concretos.
Sí
es de dominio público que el principal responsable político de semejante
dispendio, el entonces ministro de Sanidad Salvador Illa, ha sido premiado con
el puesto de presidente de la Generalidad de Cataluña y primer secretario del
PSC.
Sin
entrar en tantos detalles, veamos lo ocurrido en las Islas Baleares con la
adquisición de mascarillas inservibles durante la presidencia de Franzina
Armengol, a la que Koldo se dirigió con la siguiente frase: “Vale, cariño, te
mantengo informada de todo”. Tales mascarillas están almacenadas en el IB
Salut. Pues bien, la entonces presidenta de las Islas Baleares, responsable
política de la adquisición de mascarillas inservibles, ha sido premiada con el
tercer puesto en la jerarquía del Gobierno de Pedro Sánchez, la presidencia del
Congreso de los Diputados.
Lo
ocurrido en las Islas Canarias con relación a las mascarillas inservibles sigue
un patrón similar a los anteriores del Ministerio de Sanidad y del Gobierno de
las Islas Baleares. El principal responsable político de la compra de tales
mascarillas, el presidente del Gobierno de Canarias entre 2019 y 2023, Ángel
Víctor Torres, ha sido nombrado ministro de Política Territorial y Memoria
Democrática de España, del Gobierno de Pedro Sánchez. Y no entro a valorar
ciertas acusaciones del comisionista Víctor de Aldama sobre conductas poco
éticas del premiado ministro.
Dejo
que el lector saque sus propias conclusiones sobre tales casos de
responsabilidad política relacionados con las mascarillas inservibles de la
pandemia del COVID-19.
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