21 de enero de 2024

Funerales por amistades de mi mujer

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

En la semana pasado he asistido a dos funerales de amistades de mi mujer: el martes 16 de enero, el celebrado en la iglesia de los Sagrados Corazones de Madrid en memoria del periodista Miguel Ángel Gozalo, que falleció el 20 de octubre de 2023; y el viernes 19, el celebrado en la basílica de La Milagrosa de Madrid en memoria de Ana Estrada, fallecida el 30 de diciembre de 2023.

He pasado a formar parte de la vida de la que hoy es mi mujer, Angelina Lamelas, en fecha tardía, cuando ya nuestros periplos vitales contaban con un largo recorrido. Lo que significa, entre otras peculiaridades, que haya familiares y amistades de ambos que desconocíamos y que hemos ido descubriendo en los más de siete años de nuestra convivencia.

Como avezada narradora que es, Angelina me ha contado y me cuenta más historias de su familia y de sus amistades que yo de las mías. Aparte de que sobre familiares, amigas y amigos ella ha escrito preciosos y precisos relatos en varios de sus libros, muy en especial en Personajes de mi vida (Valnera, 2021), obra ilustrada además con numerosas fotografías.

¿Y todo esto qué tiene que ver con mi asistencia a los citados y a otros funerales? Pues tiene que ver y mucho. Aunque a algunos de los recordados en esas exequias yo no los he conocido en persona, a otros sí y a todos a través de la palabra y los escritos de Angelina. Por lo que forman ya parte de mis allegados y no puedo por menos de celebrar con mi mujer las honras fúnebres en su memoria.

Mi conocimiento en persona de Miguel Ángel Gozalo se limitó a la celebración en el Jai Alai de Madrid de sus ochenta años. Miguel Ángel Gozalo había sido compañero de mi mujer en la antigua Escuela de Periodismo, de la calle Zurbano, 55, y habían mantenido una amistad que se extendía igualmente a su hoy viuda Maribel Hernando, también alumna de dicha escuela, que compaginaba las clases con el trabajo en el diario Arriba.

Angelina dedicó a Miguel Ángel un obituario en El Diario Montañés el 29 de diciembre, “El periodista que prestaba oído a la noticia y la ilustraba con su lápiz”. “Miguel Ángel era un joven valiente y audaz y brillaba como las farolas que dan luz a todo su entorno. Muy amigo de Jesús Hermida y amigo nuestro, de Francisco Fúster y mío. […] Pienso en los importantes cargos que ocupaste Miguel Ángel, presidente de la Agencia Efe y director de TVE, entre otros. Ahora te has ido, pero te quedas con nosotros mientras tengamos vida”.

 Ana Estrada era la sexta de diez hermanos, ocho chicas y dos chicos: Chata, Pepe, Pizca, Mary, Merce, Ana, Nacho, Loli, Cristi y Chiqui. De ellos sobreviven Loli y Chiqui.

 “Los padres –cuenta Angelina en Personajes de mi vida– eran Pepe Estrada Conde y Carmen Blanc Lorda, gente muy buena. Pepe Estrada, farmacéutico, atendía en su farmacia de Juan de la Cosa, 1, lo mismo a los profesionales de las calles Castelar y el Muelle que a los pescadores de Puertochico”. Destaco, como hace Angelina, la bondad de los padres de Ana Estrada, porque esta fue una característica que heredó su hija Ana, como resaltaron en el funeral tanto el sacerdote oficiante como otros miembros de la familia que la recordaron, en especial sus hijos con Ana Renilla a la cabeza.

 “En el cuarto azul de las chicas Estrada nos doctoramos en bailes de salón Belén y Lucrecia Naveda y María Luisa Lamelas y yo. […] Merce y Ana ya estaban muy sueltas en esos temas por la perfección que habían aprendido de sus hermanas mayores, sobre todo de Mary”. Las Naveda, incluida Beatriz, asistieron al funeral en el mismo banco que Angelina y yo. Mi conocimiento en persona de Ana se produjo precisamente en la casa de Belén Naveda en el Bosque. Ana irradiaba alegría de vivir y una fe religiosa que su pertenencia a la comunidad de los Kicos acentuó. Los Kicos con sus canciones y sus guitarras acompañaron la ceremonia del funeral por Ana.

En el libro de Angelina que acaba de ser publicado el día de Reyes de este año, Recuerdos y presencias, también evoca “El cuarto azul”: “Eran diez hermanos los Estrada, / lo mismo que nosotros los Lamelas, / y dos fueron tan amigas Merce y Ana, /que formamos un grupo, las seis Bulnes: / dos Naveda, dos Estrada y dos Lamelas”. Y en el capítulo “La puesta de largo” recuerda Angelina a Ana Estrada de blanco, que formó pareja con su hermano Pepe… Ana estará de blanco en el cielo azul, donde se habrá encontrado con sus padres y sus hermanos, menos Loli y Chiqui, la menor, quien nos abraza emocionada en el funeral.

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