20 de marzo de 2022

Personajes de nuestras vidas

 Las palabras y la vida 

 Alberto Martín Baró

Me permitirá la narradora y poeta Angelina Lamelas que parafrasee el título de su libro Personajes de mi vida y titule esta entrada de mi blog “Personajes de nuestras vidas”.

Sí, yo soy un personaje de su vida, como antes lo fue mi padre, al que Angelina dedica el capítulo “El paraguas de Martín Abril” en este su nuevo libro. Cito sus propias palabras: «Es de caña, esbelto y elegante, / y está entre nosotros recordando / la primera vez que dije saludando: / “Francisco Javier Martín Abril, bendita tu palabra”. / Empecé a escribir en el diario Alcázar, / luego como tú en el Ya y con la agencia Logos. / El mismo día que escribí sobre los niños Kennedy, / tú escribías sobre Lola Membrives. / […] Conocí a Alberto Martín Baró / en un recital de poesía en Córdoba. / Salimos juntos del acto / y, al enterarme de que Alberto / había nacido en Valladolid, / le pregunté: “¿No conocerías / a Francisco Javier Martín Abril?” / “Un poco. Era mi padre”. / Así, junto a la muralla árabe y / la estatua de Averroes, nuestras vidas / empezaron a caminar juntas.»

El viernes 18 de febrero se presentó el libro en el Ateneo de Santander. Nuestra común amiga, la periodista y escritora Julia Sáez Angulo, en su blog “La Mirada Actual” del 25 de febrero, se ocupó de Personajes de mi vida en una certera reseña que ha tenido un amplio eco, como todo lo que publica esta incansable polígrafa. «Un precioso volumen –escribe Julia Sáez–, a modo de álbum de fotos, porque lleva ilustraciones, y que la autora divide en cuatro apartados: La familia, Amistades, Escritores y Encuentros. Todo un testimonio de vida, que viene a ser una suerte de memorias sui generis de la autora, narradora y poeta.»

Con anterioridad, el lunes 31 de enero, abrió el fuego amigo el periodista Guillermo Balbona, en El Diario Montañés, del que es redactor jefe de la sección Cultura, desentrañando con tino y amistad las entretelas de Personajes de mi vida: «Un libro de recuerdos nostálgicos, de infancia recuperada mediante la evocación de vivencias sencillas… Abuelos y nietos, amigos, estudios, puestas de largo, noviazgo, trabajo periodístico, magisterio… huellas de una vida, en fin, que, unida a Santander y su mar con el agarre de una maroma, Lamelas recupera con palabras e imágenes desde la madurez, en pugna contra el olvido.»

En el mismo periódico, con el título de “Personajes de su vida”, el doctor en Historia, profesor de Lengua y Literatura y académico correspondiente de la Real Academia Española Mario Crespo López, publicaba el 18 de febrero un artículo del que transcribo los siguientes párrafos:

«El formato apaisado contribuye a crear la sensación de álbum de proximidades y nostalgias, no exento de informaciones relevantes para quien quiera conocer el contexto familiar y, en fin, biográfico, de la autora, empezando por ese gran profesor de francés que fue Ricardo Olaran Álvarez, su bisabuelo, y ese extraordinario médico, José Antonio Lamelas, que fue su padre. Estas páginas –sigue Mario– se desbordan en su capacidad de observación y de ternura, la mirada bondadosa que encuentra en la anécdota un filón argumental, llevada con una gracia narrativa de impulso lírico.»

En la presentación que la semana pasada, también viernes 18, ha tenido lugar en la Casa de Cantabria en Madrid, ante la ausencia de la vicepresidenta de la institución por encontrarse indispuesta, intervine como moderador, junto a los periodistas Agustín Laguna Mateos y José Antonio Fúster. No en vano Angelina inició su carrera literaria como articulista en distintos periódicos y revistas.

«A Lamelas y Fúster les une el periodismo, la literatura y su predilección por el cuento –se lee en la contraportada del libro A dos manos, publicado por ambos en el año 2003–. Les une también la sangre, porque son madre e hijo. Ella es cuentista avezada y él es un reportero con mirada de narrador.»

Fúster terminó su intervención animando a los asistentes al acto a escribir sobre los personajes de sus vidas. Todos estamos en deuda con familiares, amigos, escritores, profesores y otros personajes que han tenido una profunda significación  e influencia en nuestras vidas. Rescatarlos del olvido es un acto de justicia y gratitud, que además nos hará, como a Angelina Lamelas, llenar el corazón de emociones y recuperar mediante la memoria el sustrato de la infancia feliz.

 

 

 

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