5 de julio de 2020

Los ex-


Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
A todos, en algún momento de nuestra vida, se nos puede aplicar el prefijo ex- para indicar que hemos dejado de ser lo que significa el nombre o el adjetivo al que se antepone dicho prefijo: exnovio, exministra, ex alumno de secundaria
Según la Real Academia Española (RAE), el prefijo ex- se escribe unido a la palabra a la que precede: expresidente, pero separado si va delante de una expresión formada por varias palabras: ex alto ejecutivo. La norma de la RAE es que ex- no debe escribirse con guion, como se acostumbraba no hace mucho tiempo: es incorrecto ex-marido. Lo cual me lleva a concluir que a menudo quedamos marcados por la condición que expresa el término al que va antepuesto el prefijo ex-.
Ex puede funcionar también como sustantivo y designar a la persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra: Este fin de semana nuestros hijos lo pasan con mi ex. Yo creo que esta acepción y este funcionamiento de ex como sustantivo son relativamente recientes, debido a la proliferación actual de separaciones y divorcios que en el Valladolid de mi adolescencia podían contarse con los dedos de una mano. Por cierto, que los divorcios se han incrementado en el confinamiento por el covid-19: hay parejas que, lejos de aprovechar la más continua convivencia para conocerse mejor y estrechar lazos de amor, han acabado tirándose los trastos a la cabeza y han decidido divorciarse.
Días pasados han ocupado un primer plano de la actualidad algunos ex-, como los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y el rey emérito don Juan Carlos –aquí no se antepone el prefijo ex- a la palabra rey–. Para González y don Juan Carlos, sin tener en cuenta los muchos méritos que ambos han contraído con España, Unidas Podemos y otras fuerzas de la izquierda radical han pedido a las Cortes comisiones de investigación por los GAL, en el caso de González, y por las comisiones cobradas de Arabia Saudí por la concesión del tren de alta velocidad, en el caso de don Juan Carlos.
Rodríguez Zapatero, valedor de Maduro y del chavismo venezolano, ha llegado a proponer como solución al “problema” catalán la inclusión de independentistas enemigos de España en el Consejo de Ministros del Gobierno de España.
No se resignan muchos ex- a vegetar en el Consejo de Estado. Les corroe el gusanillo del poder que tuvieron. Piensen el presidente Sánchez y sus ministros que a no tardar serán ex- y aprovechen su paso por el Gobierno para trabajar por el bien común de los españoles.

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