7 de enero de 2019

De magos a reyes: los Reyes Magos


Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró                                                                            

La tradición según la cual unos magos de Oriente, guiados por una estrella, llegaron a Belén para adorar al niño Jesús se basa principalmente en el relato del evangelista San Mateo. Ninguno de los otros tres Evangelios refiere este hecho, aunque sea el de San Lucas el que más noticias recoge sobre la infancia de Jesús. Los evangelios apócrifos, así llamados porque, a diferencia de los cuatro canónicos, no fueron reconocidos por la Iglesia como inspirados por Dios ni incluidos en el Canon, por ejemplo el Seudo Tomás, del siglo II, sí narran otras escenas de la infancia de Jesús.
El Evangelio de San Mateo solo habla de unos magos procedentes de Oriente, no los llama reyes, ni dice que fueran tres, ni consigna sus nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. Magos, en el ámbito cultural de la Media y Babilonia, eran una clase de sabios o sacerdotes, que se ocupaban fundamentalmente de observar y estudiar las estrellas, una especie de astrónomos o astrólogos –en la antigüedad no se distinguía entre estos dos términos–.
La realeza, el número y los nombres de estos magos son rasgos que se fueron añadiendo tomados de distintas fuentes, como los citados evangelios apócrifos y varios autores cristianos o no.
Así, Tertuliano (180-220), Padre de la Iglesia y fecundo escritor, fue el primero en convertir a los magos en Reyes.
Ya el teólogo Orígenes (185-253) fijó en tres el número de los magos de Oriente, movido seguramente por los tres dones, oro, incienso y mirra que, según el Evangelio de San Mateo, ofrecen a Jesús. Esta cifra de tres fue aceptada y confirmada solemnemente en el siglo XV por el papa León I el Magno.
En cuanto a los nombres de estos magos reyes, aparecen en el documento Excerpta Latina Barbari, traducción latina de una crónica griega escrita en Alejandría en el siglo V, como Melichior, Gathaspa y Bithisarea, y en otro evangelio apócrifo, el Evangelio Armenio de la infancia de Jesús, como Balthazar, Melkon y Gaspard. La denominación con la que hoy se conoce a los Reyes Magos aparece por primera vez en unos frescos de la basílica de San Apolinar el Nuevo, en Rávena (Italia), que datan de mediados del siglo VI. Se representa a tres personajes ataviados a la moda persa, tocados con un gorro frigio y vestidos con pantalones, en actitud de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen, que está sentada en un trono y sostiene al Niño sobre su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar. 
Pero las representaciones más antiguas de los Reyes Magos se encuentran en los frescos de la catacumba de Santa Priscila, en Roma, que se remontan de mediados del siglo II a mediados del siglo III. Los Reyes son tres y ofrecen sus dones al Niño sostenido en brazos por su madre María.
A Cesáreo de Arlés (hacia 470-542), arzobispo de esta ciudad francesa y santo cristiano, se debe el cambio de los gorros frigios con que anteriormente se había representado a los Reyes Magos por coronas propias de su realeza.
En España son de gran interés para la iconografía de los Reyes Magos el Códice de Roda, del siglo X, que se conserva en la Real Academia de la Historia de España, en Madrid, y el famoso Mapa de Juan de la Cosa, del siglo XV, que puede verse en el Museo Naval, también en la capital de España. En este mapa, los reyes van montados en caballos, no en camellos, como han divulgado imágenes populares.
Vayamos ahora a la costumbre de hacer regalos en Navidad o en la fiesta de Reyes. Habría que remontarse a las festividades precristianas de las Saturnales o del Sol Invicto para hallar un precedente de la tradición cristiana, que trasladó esa costumbre a la fiesta de la Epifanía. Los protestantes asocian el uso de los regalos a Santa Claus, es decir, a San Nicolás, que vivió en el siglo V y fue obispo de Mira. Se atribuye al reformador protestante Lutero (1483-1546) el nombre de Papá Noel, dado a Santa Claus, por el deseo de que no se perdiera la conexión de regalar con la celebración cristiana de la Navidad (Noel).
Después de mucho navegar por Internet y de consultar numerosas fuentes no he conseguido descubrir ni siquiera una fecha aproximada en que surgió la actual forma en que los Reyes Magos traen regalos a los niños. Parece ser que datan del siglo XIX, en pleno Romanticismo, las cabalgatas de Reyes: una de las primeras documentadas se celebró en Alcoy en 1866.
Hoy la institución monárquica es contestada en España por diferentes fuerzas políticas, que reprochan a los reyes no haber sido elegidos democráticamente, olvidando el importante papel desempeñado por el rey Juan Carlos en la implantación de la democracia en España gracias a la Constitución de 1987. La solidez de las tradiciones religiosas en España, como todo lo relacionado con la Navidad y la Epifanía, permite confiar en que los niños seguirán recibiendo regalos de los Reyes Magos, a pesar de que el rey español sea reprobado por ciertos independentismos.

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