11 de noviembre de 2018

¿Se vive bien en España?


Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró                                                                            

Hecha así la pregunta, con ese verbo impersonal, resulta muy difícil de responder. Y la respuesta tampoco es sencilla si preguntamos cómo viven los españoles hoy día.
Hace menos de un mes, el 19 de octubre de este año, publicaba el diario británico The Guardian una crónica en la que, según un informe de Deloitte y Social Progress Imperative, se afirmaba que España es el mejor país en el que nacer, dentro de un conjunto de 128 países examinados sobre la base de 50 categorías.
Hay en esa lista de ventajas que brinda España unas que afectan de una manera más indirecta al bienestar de los individuos, como puede ser el ocupar el tercer puesto detrás de Italia y China en patrimonio universal de la Unesco, o tener el segundo mejor porcentaje de esperanza de vida, solo detrás de Japón. Porque el hecho de que haya en nuestro país muchos monumentos artísticos e históricos reconocidos a escala mundial puede no influir de una forma clara y positiva en nuestra existencia cotidiana. Y vivir muchos años no siempre equivale a vivir bien.
Sin embargo, otros muchos de los datos recogidos en el citado informe sí pueden tener una repercusión beneficiosa en nuestra calidad de vida. Mencionaré solo algunos de los baremos que hacen de España, no sé si el mejor país en el que nacer, como asegura Deloitte y Social Progress Imperative, pero ciertamente un país que dista mucho de la España negra que pintan ciertas formaciones políticas. Así, disfrutamos de uno de los sistemas de protección sanitaria más completos del mundo. España goza de un clima y un paisaje diversos y envidiables. Somos reconocidos como uno de los pueblos más sociables. Estamos dentro del grupo de países de Europa con menor violencia doméstica –a mí no me convence la expresión “violencia de género”–. España es líder en trasplantes y donaciones de órganos, en tratamiento de aguas, en construcción de infraestructuras ferroviarias de alta velocidad. España arroja la menor tasa de suicidios de Europa, ha sido elegida en Davos como el mejor país en el que viajar por su seguridad. Es número uno en producción de energía eólica, líder europeo en conservación marítima, líder mundial en playas azules…
Sabido es que los datos estadísticos reflejan solo una realidad porcentual, que luego habrá que contrastar con la situación de los distintos colectivos e individuos.
Retomo la pregunta con la que encabezo mi artículo: ¿Se vive bien en España? A la vista de las categorías económicas, sanitarias y sociales que enumera The Guardian, yo diría que en España se puede vivir bien. Así lo demuestran, por ejemplo, los centenares de miles de ingleses, alemanes y escandinavos que vienen a pasar sus últimos años en nuestro país, atraídos no solo por el sol y las playas. No son turistas de paso, sino que han elegido España para residir en ella de forma estable por un conjunto de beneficios que les supone tal residencia.
Habrá obviamente que distinguir entre regiones y comunidades, entre ciudades y pueblos. No ofrecen las mismas oportunidades para extranjeros y nacionales los pueblos del interior de provincias como Soria, Segovia y Teruel, que pierden población y carecen de recursos de todo tipo, que las capitales de Comunidades Autónomas y ciudades de la costa, con gran dotación de escuelas, colegios y universidades, centros de salud y hospitales, empresas, comercios, industrias, cines, teatros, salas de conciertos, transportes y demás servicios.
O sea que, si preguntamos cómo vivimos hoy los españoles, no basta con enumerar las ventajas que España presenta como país desarrollado, sino que habrá que considerar qué acceso tienen los diferentes ciudadanos a la educación, a la sanidad, al trabajo, al ocio…
Es evidente que España se cuenta en la actualidad entre los países que atraen inmigrantes, sobre todo de Hispanoamérica y del norte de África. Los grandes flujos de migración actuales se dirigen a los países que podemos englobar bajo la denominación de Occidente, naciones de la Unión Europea y los Estados Unidos.
En el caso de España, ¿cuenta nuestro país con las condiciones para que los inmigrantes hispanoamericanos y, sobre todo, africanos encuentren trabajos dignos que les permitan llevar una vida aceptable? ¿Pasarán a engrosar muchos de ellos las cifras de parados, de mendigos o de manteros, cuando no de delincuentes sin nada que perder?
La igualdad de oportunidades para nativos e inmigrantes ha mejorado en España actualmente, en comparación con tiempos no tan lejanos. Pero aún dista mucho de ser una realidad consolidada. En el Panorama de la educación que publica anualmente la OCDE y en el que se comparan los logros educativos de sus países miembros se destaca las posibilidades mayores que tienen para disfrutar de una mejor calidad de vida aquellas personas que han cursado estudios superiores, y también las que han podido acceder a la educación infantil.
Así, a los datos publicados por The Guardian habrá que añadir los baremos del Informe PISA, que no son tan favorables a España en varios apartados de la educación.

1 comentario:

  1. Hace 5 meses aproximadamente vino el vicerrector de la Universidad de Salamanca a cargo de la conmemoración de los 500 años de su inauguración y el consejero de educación de Castilla León al Ateneo Español de México.
    Cada uno “cacareaba” su tema.
    El de educación nos anunciaba que en el informe PISA la comunidad presentaba el noveno lugar en las respuestas
    Se le preguntó cuál era el truco para separase del lugar treinta y cuatro que ostentaba España y no nos explicó que hacían.

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