Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
Que
China, Rusia y Corea del Norte se alíen nada tiene de extraño, sino que entra
dentro de lo esperado de regímenes afines en su ideología comunista, aunque
luego difieran en multitud de rasgos históricos y presentes. Estos tres países
son regidos por autócratas que sojuzgan a sus pueblos, a los que niegan
cualquier tipo de libertad.
El
pasado 3 de septiembre China ha hecho una demostración de poderío militar para
conmemorar los 80 años de su victoria contra Japón y el fin de la Segunda
Guerra Mundial.
A
ese desfile celebrado en la plaza de Tiananmén asistieron el autócrata ruso
Vladimir Putin y el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, que hasta había enviado
soldados a Ucrania para ayudar a las tropas rusas en la invasión del país
gobernado por Vlodimir Zelenski.
La
alianza de tres países gobernados por dictadores comunistas, con China a la
cabeza, entra dentro de lo esperado. Pero que a ellos se hayan unido países
como la República de la India, regida por Narendra Modi, primer ministro
reelegido en las elecciones de 2024, no tiene una explicación convincente, ni
por afinidades ideológicas, ni por otras características de sus pueblos. La
República de la India no admite en su Constitución el comunismo y es un país de
religión mayoritariamente hinduista y budista, ajena a cualquier tendencia
comunista.
Otros países que se han adherido a los que se ha dado en llamar BRICS+ (Brasil Rusia, India, China, Sudáfrica) solo tienen en común su postura antioccidente.
Incluso se da la contradicción de que un país como Turquía, que se ha unido a esta gran coalición, es miembro de la OTAN, de la Unión Europea y de otros organismos occidentales.
La plaza de Tiananmén, en la que China hizo el alarde de
poderío militar al que me he referido, es la misma en la que se produjeron
protestas y disturbios liderados
por estudiantes chinos entre el
15 de abril y el 4 de junio de 1989, y su posterior represión, ordenada por las
autoridades de la República Popular China, que finalizó en una masacre.
Esta China, de
indudable poderío militar y tecnológico, es la misma de la que parten
inmigrantes que, por ejemplo, en mi barrio del Parque de las Avenidas de Madrid
han montado negocios como una tienda de copistería, una peluquería y
tratamiento de uñas, varios centros de
alimentación y ropa...
¿Es la alianza de países liderada por esta China llena de
contradicciones una amenaza para el Occidente libre?