Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
Conservo
en la memoria esta frase latina desde los tiempos en que estudiaba lenguas
clásicas. Su traducción al castellano es sencilla: “Si quieres la paz, prepara
la guerra”.
Pero
nunca me detuve a indagar a quién pertenecía el dicho en cuestión. Hasta que,
puesto a escribir este blog, he averiguado que la tal frase se encuentra en el
prefacio del libro III de la obra del autor Publio Flavio Vegecio Epitoma rei militaris de finales del
siglo IV de nuestra era.
La
frase en cuestión ha hecho fortuna a lo largo de la historia hasta nuestros
días, en los que los países de la Unión Europea y de la OTAN han emprendido una
carrera de rearme, aumentando el gasto en defensa con el fin de estar preparados
para una eventual guerra.
Transcribía
yo en anteriores blogs las palabras que León XIV pronunció sobre la paz en su
discurso inaugural al ser elegido nuevo Papa. Se describió como portador de
“una paz desarmada, desarmante y perseverante, que proviene de Dios, Dios que
nos ama a todos incondicionalmente”.
La
expresión “una paz desarmada, desarmante” está en las antípodas del dicho de
Publio Flavio “si quieres la paz, prepara la guerra”.
¿Es
Robert Prescot un ingenuo que aboga por una paz utópica? Más bien insiste en
apelar a “construir puentes con el diálogo, con el encuentro”.
Y
ha ofrecido la sede del Vaticano para encuentros entre líderes de distintos
países, como el que se produjo entre Trump y Zelenski en la basílica de San
Pedro en el Vaticano el pasado 26 de abril antes del funeral del Papa
Francisco.
¿Estaría
el autócrata ruso Vladimir Putin dispuesto a sentarse con Trump y Zelenski en
el Vaticano para tratar de la paz en Ucrania?
Como
ha afirmado el Papa León XIV: “El mal no prevalecerá”.
Y
la guerra es, sin duda, uno de los mayores males que asolan nuestro mundo.