4 de mayo de 2025

Y saltaron los plomos

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

O sea, que el interruptor de control de potencia (ICP) o el interruptor diferencial se ha desconectado debido a una sobrecarga, cortocircuito o falla en la instalación eléctrica.

El 28 de abril a las 12:30, yo estaba, como estoy ahora, sentado en una butaca cuando la lámpara de pie a mi lado se apagó.

Como la mayoría de las personas con las que he hablado, me dirigí al interruptor de control de potencia, para ver si se había desconectado. Pero no, estaba, como también los diferenciales, alzado en su lugar.

Los vecinos y el conserje empezamos a preguntarnos por el alcance del apagón.

Hay quien opina que puede deberse a las obras que se realizan en nuestro barrio y afectaría a todo el Parque de las Avenidas.

El conserje fue el primero en apuntar que el apagón tenía alcance nacional.

Yo, de manera sorprendente, puedo comunicarme por wasap, tanto con mis hijos, que viven en El Espinar y San Rafael, como con el hijo menor de mi mujer Angelina. Sí, sorprendente, porque a la mayoría de la gente los móviles no les funcionan, ni tampoco el wasap.

–¿Tienes un transistor de pilas? –me pregunta mi hija–. Pues por la radio puedes estar informado de lo que ocurre.

¿Y qué es lo que ocurre? Pues que la falta de corriente eléctrica afecta a toda la Península Ibérica, o sea, a España y Portugal, pero no a las islas Baleares y Canarias, como tampoco a Ceuta y Melilla.

La anunciada comparecencia del presidente del Gobierno se dilata unas dos horas. Y cuando por fin aparece en una sala sin público ni periodistas es para anunciar… que ignora las causas de lo sucedido, pero que el Gobierno y todos los organismos oficiales de seguridad están trabajando para averiguar el origen del apagón.

Me llama la atención la multitud de consejos y comisiones que se convocan y reúnen, incluso con la presencia y presidencia del Rey Felipe VI.

Algunos de estos organismos, con sus correspondientes siglas, sí me son conocidos, como la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero de otros es la primera vez que oigo hablar: el Centro Criptológico Nacional, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), el Consejo de Seguridad Nacional, el Mando de Ciberdefensa y el Centro Nacional de Emergencias (Cenem).

Demasiadas albardas para un burro, el burro de la ignorancia más supina. Y los integrantes de todos estos centros cobrarán sus buenos emolumentos del Estado, o sea de nosotros los contribuyentes.

Y esta es la fecha, 3 de mayo de 2025, en que escribo este blog, en la cual los ciudadanos no tenemos constancia de que el Gobierno de Pedro Sánchez y sus ministros y asesores conozcan a ciencia cierta qué ocurrió el 28 de abril.

Lo tremendo de esta ignorancia es que el apagón puede volver a producirse en cualquier momento. Sin que hasta ahora se haya producido ninguna dimisión o cese de las personas implicadas, como la presidenta de la Red Eléctrica Beatriz Corredor, colocada en ese puesto por Pedro Sánchez, o Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico –observen los vacuos e ideologizados términos– , sustituta de la hoy vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera.

Pero mientras que esta lumbrera ha pasado de rechazar las nucleares a ser una ferviente defensora de las mismas, aquí el presidente Pedro Sánchez y sus ministros continúan atacando a las centrales nucleares y defendiendo a capa y espada las energías renovables, o sea las eólicas y fotovoltaicas.

Aunque se olvidan de la energía hidroeléctrica, asimismo renovable, tal vez porque les recuerda a Franco, que tanto hizo por dotar a España de una extensa red de embalses y pantanos.

Los que vivimos en un piso octavo entramos con miedo a los ascensores.

Y agradecemos los vecinos jóvenes que, en los momentos agudos del apagón, nos proporcionaran botellines de agua y se ofrecieron a traernos provisiones.

Va a resultar que la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen tenía razón al recomendar el kit de supervivencia.