Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
En
un momento en el que se ciernen sobre la prensa libre española graves amenazas,
aún sin concretar, del presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez, la
primera autoridad del Reino, el jefe del Estado Felipe VI, ha acudido al diario
ABC en compañía de su esposa para presidir la entrega de los prestigiosos
premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote que, como subraya el propio
rey, “desde hace más de un siglo, reconocen la excelencia de la profesión
periodística”.
El
diario ABC ha tenido el acierto de reproducir en la tercera página del viernes
19 de julio las palabras de Felipe VI en la entrega de los citados premios, que
este año han recaído en Rodrigo Cortés el Mariano de Cavia, en Rosa María Calaf
el Luca de Tena y en Saíd Khatib el Mingote. Así, quienes no hemos asistido al
acto de entrega de los premios podemos leer despacio la excelente alocución del
rey que lleva el título de “El valor supremo de la información”
Como
resumen de las palabras de Felipe VI se recogen los siguientes párrafos:
“Me
gustaría destacar la vigencia de lo que se conoce como la gran prensa, que ha
sabido responder a cada etapa sociológica, a la tecnología del momento y a los
distintos avatares históricos y profesionales, destacar a periódicos que, como
ABC, continúan informando siendo fieles a sus objetivos fundacionales y
enriqueciendo el debate público. También valorando y promoviendo el buen
periodismo, como el que hoy se reconoce y premia”.
Soy
lector asiduo de ABC y no se me escapa su postura crítica y siempre
fundamentada frente a muchas de las actuaciones del presidente del Gobierno y
de los miembros de su Consejo de Ministros.
Permítaseme
un breve inciso personal: mi padre, el periodista y escritor Francisco Javier
Martín Abril, fue asiduo colaborador de la “tercera de ABC” y recibió en el año
1941 el premio Mariano de Cavia.
Pone
el acento el rey, al referirse a la relación de los premiados desde hace más de
un siglo, en su inmenso talento: “Cada uno con su estilo y criterio, ha
demostrado calidad literaria, lucidez analítica, inquietud intelectual,
sagacidad periodística y, en definitiva, pasión por contar las cosas que
pasan”.
Supongo
que esta estima de Felipe VI por el diario ABC, crítico, como he dicho, con
tantas actuaciones de Pedro Sánchez, y muy en especial con su empeño por
coartar la prensa libre, digo que no habrá gustado a un personaje pagado de sí
mismo hasta el extremo de querer silenciar a los medios y periodistas que no le
halagan, sino que señalan sus innumerables desafueros y su demostrado desprecio
por los hechos y por la verdad.
Debido
al papel que la Constitución Española circunscribe al rey, Felipe VI ha tenido
que firmar decretos y leyes dictados por el Gobierno de Pedro Sánchez con los
que no es posible, a tenor de sus discursos y otras manifestaciones, que el
monarca esté de acuerdo, muy en especial, con la ley de Amnistía, que choca
frontalmente con su discurso del 13 de octubre de 2017.
Pero
mientras el rey Felipe VI goza del aprecio unánime de los españoles, el
presidente del Gobierno no puede salir a la calle sin exponerse a ser abucheado
por un pueblo harto de su egoísmo, de sus mentiras y de sus desmanes.
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