14 de agosto de 2022

Conciertos

 Las palabras y la vida 

 Alberto Martín Baró

Mientras que ir a la playa puede requerir unos preparativos incómodos para los no asiduos al ocio playero, aunque después compense el gozo que el mar proporciona, asistir a los conciertos vespertinos en el Palacio de Festivales de Cantabria es una actividad sobre ruedas, en especial si ya cuentas con las entradas que, en nuestro caso, nos ha sacado con antelación María Luisa, hermana mayor de mi mujer. Y como la casa donde nos alojamos en el mes de agosto está enfrente del susodicho Palacio de Festivales, pues no tenemos más que cruzar la calle para acceder a la Sala Argenta, de incomparable acústica, en la que se celebran la mayor parte de los conciertos de verano.

Las autoridades urbanísticas municipales y el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, autor del Palacio, tuvieron el detalle de no ocultar a los hermanos Ana y Diego Lamelas, que viven todo el año en esta casa, y a sus moradores ocasionales, las vistas a la Bahía, a la que no hay nativo santanderino o visitante que no hayan dedicado apasionados y merecidos elogios.

Cuando llegamos a Santander mi mujer y yo el domingo 31 de julio a las seis y cuarto de la tarde, todavía tuvimos tiempo de acudir a la Sala Pereda y disfrutar de una sesión de la semifinal del Concurso Internacional de Piano Paloma O’Shea, en la cual escuchamos al pianista concursante Matyáš Novák, de la República Checa, y al Cuarteto Casals interpretar el Quinteto con piano en fa menor FWV 7, de César Franck, y a la pianista concursante Mariamna Sherling, de Noruega, y al Cuarteto Casals, interpretar la Sonata núm. 14 en do menor K 457, de Wolfgang Amadeus Mozart; Navarra, de lsaac Albéniz; la Sonata núm. 2 en sol menor, op. 22, de Robert Schumann; y De Miroirs, de Maurice Ravel. El clasicismo de Mozart, el romanticismo de Schumann, el modernismo de Ravel y el nacionalismo español de Albéniz constituyeron un certero preámbulo de los conciertos que seguirían días sucesivos. En esta ocasión, cuando tantos mal nacidos desdeñan todo lo que suene a España, a mí me impactaron especialmente los ecos ibéricos de Navarra.

La final del Concurso ya tuvo lugar en la Sala Argenta los días 3 y 4 de agosto. El día 3 los pianistas Yu Nitahara, de Japón, y Maryáš Novák, de la República Checa, con la Orquesta Sinfónica de RTVE bajo la dirección de Pablo González, ofrecieron sendas interpretaciones del Concierto para piano y orquesta núm. 1 de Johannes Brahms. Las notas del programa de mano, debidas a José Luis García del Busto, nos informan de que este concierto tuvo su origen en una sonata pianística, derivada después a sinfonía.

Nunca había escuchado yo en una misma sesión dos veces el mismo concierto con distintos solistas al piano. La música de Brahms siempre me llega a lo más profundo de mi sentir: no me extraña que el adagio fuera calificado por Clara Schumann como “religioso”.

Y para emoción la que suscitó hasta las lágrimas en mi mujer el Concierto núm. 1 para piano y orquesta de Piotr Illych Chaikoski, que abrió la sesión del día 4 de agosto con la interpretación del pianista Xiaolu Zang, de China, y de nuevo la Orquesta Sinfónica de RTVE dirigida por Pablo González.

Estrictamente religioso es el Stabat Mater de Domenico Scarlatti, que nos había brindado el 1 de agosto el Monteverdi Choir: “Stabat Mater dolorosa / juxta crucen lacrimosa, / dum pendebat Filius”. “Estaba la Madre dolorosa / junto a la cruz llorosa / en que pendía su Hijo”.

No voy a reseñar en esta entrada de mi blog todos los conciertos a los que hemos asistido hasta este domingo 14 de agosto.

Mientras la música resuena en mis oídos me invade todo un torbellino de pensamientos y sensaciones. Cómo las siete notas del pentagrama pueden originar tal variedad de registros sonoros y de ritmos. O cómo los mismos instrumentos, cuerda, metal, viento o madera, percusión, pueden sonar de modo tan diferente según el compositor y los intérpretes de la obra.

Me convenzo una vez más de que la música es esencial para configurar la dimensión artística y emotiva del ser humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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