Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
No soy partidario de la explicitación del masculino y femenino al hablar de cualesquiera personas: ciudadanos y ciudadanas, alumnos y alumnas, trabajadores y trabajadoras…, lo cual supone también el problema añadido de a qué género dar la prioridad. Pero tampoco hay que llevar este rechazo al extremo de no reconocer la pertinencia de su uso en algunos casos. El conferenciante que inicia su charla se ha dirigido desde siempre a su auditorio con el saludo “Señoras y señores”.
Al titular este artículo “Libreras y libreros” quiero resaltar el hecho de que, cuando el pasado 1 de diciembre estuve entregando en depósito ejemplares de mi nuevo libro “Las palabras y la vida” en cinco librerías de Segovia: Antares, Cervantes, Diagonal, Entre Libros y Punto y Línea, había en ellas más mujeres que hombres, más libreras que libreros. También es verdad que suele haber más bibliotecarias que bibliotecarios. ¿Son estas ocupaciones más propias de la mujer que del hombre? La consideración de profesiones o trabajos más idóneos para uno u otro sexo ha ido experimentando con el paso del tiempo profundos cambios. Hoy día no hay ningún campo de estudio o desempeño laboral, cultural o deportivo en el que no esté representada la mujer.
Pregunto a las libreras y los libreros de las citadas librerías cómo va la venta después del obligado cierre de marzo a mayo a causa del estado de alarma. Me cuentan Blanca, de Antares, y Fuencisla, de Diagonal, que, a juzgar por los libros vendidos, tienen la impresión de que la gente lee más. ¡Algo bueno tendría que traer la covid-19!
No es la primera vez que me encargo de la distribución en mano de un libro mío. ¿No lo hacen mis editores? A menudo se contentan, lo cual no es poco, con editar correctamente mi original. Las grandes editoriales sí cuentan con medios y personal para distribuir y comercializar los libros que publican.
Antes de la pandemia, se vendía
casi el total de las pequeñas tiradas de mis libros en las presentaciones de
los mismos, en el Centro Cultural o en el salón de plenos del Ayuntamiento de
El Espinar, o en la Casa de Segovia en Madrid, o en las tertulias de “El libro
del mes” en el restaurante El Espino también en El Espinar. Ahora, como he
contado en un artículo anterior, estas tertulias han comenzado a celebrarse de
forma virtual por wasap. Confío en la librería Figueredo de El Espinar y en las
libreras y los libreros de Segovia para poner en manos de los lectores y de los
tertulianos de “El libro del mes” mi selección de artículos publicados en El
Adelantado con el título, que es también el de mi sección en el periódico, “Las
palabras y la vida”: las palabras y la vida sin pandemia y las palabras y la
vida con pandemia.
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