11 de octubre de 2020

Caballero castellano y señora de rojo sobre fondo gris

 

Las palabras y la vida

Alberto Martín Baró  

Es espléndida la exposición sobre Miguel Delibes Setién que, para celebrar el centenario de su nacimiento, han montado en la Biblioteca Nacional de Madrid la propia Biblioteca y la Fundación Miguel Delibes, y cuyo comisario ha sido el escritor y periodista madrileño Jesús Marchamalo, que en 1999 ganó el Premio Miguel Delibes de Periodismo. La exposición fue inaugurada el 18 de septiembre y estará abierta al público hasta el 15 de noviembre de 2020.

Me precio de haber conocido personalmente a Miguel Delibes y, a través de la amistad que le unió a mi padre Francisco Javier Martín Abril, Paco, o Pacorris, como Miguel le llamaba, yo también me considero su amigo.

La foto a gran tamaño de Miguel y Ángeles, los dos riendo abiertamente, que puede verse en la exposición en el apartado “Miguel Delibes familiar”, es la única que yo conozco con esa amplia risa, pues la mayoría de los retratos nos muestran a un Miguel serio y pensativo. Se expone la máquina de escribir que Ángeles regaló a Miguel, aunque este siempre prefirió escribir a mano.

Yo ya sabía que Delibes comenzó su andadura en El Norte de Castilla publicando unas caricaturas de personajes famosos, de las que la exposición recoge las hechas a varios artistas del cine de Hollywood. Con los años Miguel llegaría a ser director de dicho diario.

Es hermoso el dato de que los años de nacimiento de sus siete hijos coincidieron con la publicación de algunas de sus obras más importantes. Su hija menor lleva el nombre de Camino por el título del libro homónimo.

Castilla, sus gentes, sus campos, sus problemas, fueron temas recurrentes en su obra. Su libro preferido, como también lo es para mí, era Viejas historias de Castilla la Vieja, que tuvo una primera edición con el título de Castilla.

También dedica la exposición un amplio apartado a la relación de Miguel Delibes con el teatro y el cine. Cinco horas con Mario, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris son algunos de sus libros que fueron llevados con gran éxito a la escena o a la gran pantalla.

Cuando murió su mujer, Miguel quedó sumido en una profunda depresión, pues Ángeles, como Ana, la protagonista de Señora de rojo sobre fondo gris, era “una mujer que con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir”, de este caballero enamorado y defensor de Castilla y de sus gentes.

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