27 de julio de 2025

Retorno a El Espinar

  Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

No retorno al Espinar. La gramática no permite en este caso y en otros similares hacer la contracción ‘al’. Aunque cualquier día la Real Academia Española nos deja hacerlo, como en su día decidió que la elle y la doble erre no eran letras, sino dígrafos, y en 1994 las eliminó del alfabeto español, que pasó a tener 27 letras en lugar de 29.

Pero vayamos al núcleo de este artículo. Se extrañan personas con las que me cruzo por la calle de no verme hace tiempo en El Espinar. La razón es que me he trasladado a vivir en Madrid, entre otros motivos porque en la capital de España está la casa de mi mujer Angelina Lamelas y porque en Madrid, aunque parezca extraño, tengo más a mano la atención médica que, viviendo en El Espinar, hace que debas trasladarte a Segovia e incluso a Valladolid para determinados tratamientos.

Pero una vez en El Espinar desde primeros del presente mes de julio vuelvo a disfrutar de sus cielos azules y del sol de la infancia.

Cuando en Madrid y en otros lugares de España están sufriendo temperaturas que llegan a superar los 40 grados, en El Espinar no pasamos de unos agradables veintitantos.

Por desgracia ya no puedo recorrer los caminos, los senderos y las cañadas que en tiempos pasados me permitían transitar por el camino del Ingeniero, subir a Cueva Valiente o al peñón de Juan Plaza. Que ahí siguen con su agreste belleza, como elementos definitorios del paisaje espinariego.

La última vez que subí con mis hijos, nietos y algunos amigos a la Cantera de Navalvillar me quedé sin resuello y tuve que ser ayudado por uno de esos amigos, en este caso amiga. Entonces mi yerno me recomendó caminar todos los días al menos una hora, recomendación que seguí durante algún tiempo y que coincide con la prescripción de la uróloga que me trata.

Mi enfermedad me lleva a olvidar los nombres de amigos de toda la vida y a no reconocerlos cuando ellos me paran por la calle. Aprovecho estas líneas para pedirles que me perdonen.

Pero estos olvidos no son debidos a El Espinar ni a sus habitantes de cutio o veraneantes.

He delegado en la eficaz y gran escritora Ana G. Novac la coordinación de las tertulias “El libro del mes”, que siguen celebrándose en el marco incomparable del restaurante El Espino gracias a su anfitriona Isabel Codina.

Y confío en que mi buen amigo y experto director de “La Voz de El Espinar” considere pertinente incluirme en las ´páginas del periódico para que mis amigos espinariegos no me pregunten cuando me encuentran por la calle por qué no escribo en “La Voz de El Espinar”.

Aunque es posible que no cumpla los requisitos de extensión que Marco García Hiernaux fija a los colaboradores, confío en llenar con fotografías de El Espinar la página de mi colaboración.

Ahí incluiré parajes tan bellos como la mata de Santo Domingo con los restos y el arco de la ermita, los pinares del monte de Peña la Casa y la citada cantera de Navalvillar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20 de julio de 2025

Del diccionario y el crucigrama a Google

 Las palabras y la vid

Alberto Martín Baró

En la Editorial Santillana estábamos preparando la edición del Diccionario esencial de la lengua española bajo la dirección del filólogo y escritor, miembro de la Real Academia Española, Gregorio Salvador. Salió a colación la palabra tas y al sabio académico no le pareció que dicho término debiera figurar en un diccionario dirigido a escolares. Yo le pregunté al docto académico si era aficionado a hacer crucigramas. No recuerdo su respuesta, pero sí compruebo que la palabra tas figura en el Diccionario esencial, de cuya dirección editorial yo fui responsable. tas s. m. Yunque pequeño, usado especialmente por plateros y hojalateros.

Es muy posible que mi afición a hacer crucigramas influyera en la inclusión de tas en el Diccionario esencial.

Pasados muchos años, hablando con Lucrecia Naveda, amiga de mi mujer Angelina Lamelas, al enterarme de que a Lucrecia le gustaba hacer crucigramas, le pregunté si conocía el término tas, a lo que ella contestó sin dudar: “Yunque de platero”.

Hay un montón de monosílabos como el tas de marras que un crucigramista, en la acepción no de la persona que inventa crucigramas, sino que los resuelve o intenta resolverlos, conoce perfectamente, aunque no haya visto en su vida el objeto que define.

Así car podía el autor de un crucigrama definirlo como coche en inglés. Pues no. Si usted, amigo lector, se ha encontrado en un crucigrama con este término hallará una definición semejante a esta: “Extremo o parte inferior de la entena”, ojo, no antena. Por supuesto, ni entena ni car figuran en el Diccionario esencial.

Sí, el mundo terminológico de los crucigramas es muy suyo, y no oiremos en una conversación habitual palabras que a los aficionados a estos pasatiempos nos son familiares y nos ayudan a resolver otros términos. Iterar es repetir. Y sí lo encontramos en el Diccionario esencial, pero no lo usamos en el habla corriente.

También nos ayuda a rellenar casillas de un crucigrama irado, con la significación de forajido. El Diccionario de la Real Academia Española lo califica de “desusado”.

Al tratar de resolver un crucigrama hay que estar muy atento a si la palabra pedida está en las casillas verticales o en las horizontales, y si debe escribirse al derecho o al revés.

A mí, que he dedicado gran parte de mi trabajo editorial a crear “Obras de consulta y referencia”, como son los diccionarios y las enciclopedias, me produce una cierta nostalgia ver cómo el buscador Google ha sustituido en gran medida a los diccionarios y las enciclopedias en papel.

Y que conste que yo también recurro a Google en mi móvil para obtener una información o resolver una duda.

O tempora, o mores, ¡Qué tiempos, qué costumbres!, como dijo Cicerón en su primera Catilinaria.

Sí, mucho han cambiado los tiempos y las costumbres.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13 de julio de 2025

Recuerdo emocionado de Carmen Silva

 Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

Leo en el blog de Julia Sáez-Angulo que el 7 de julio de 2025 ha fallecido en Boadilla del Monte (Madrid), donde residía, la escritora Carmen Silva y Velasco, nacida en Madrid en 1938.

Conocí tarde a Carmen Silva. La primera vez que asistí a un acto en el que ella intervenía fue una tarde fría de noviembre de 2013 en la cálida rebotica del herbolario Margaritas en El Espinar. Carmen presentaba un libro de su amiga María Carmen Gracia Abad, más conocida en los círculos literarios como May, investigadora histórica y arqueológica, poeta y narradora. En este caso, su libro, objeto de la presentación, era un poemario titulado Tarot, espejo de la vida. Carmen Silva, periodista, poeta y narradora, se adentró en los arcanos del Tarot, después de confesar que en una primera lectura no había entendido nada. Como a mí me había ocurrido lo mismo, mi atención se intensificó. Porque una segunda lectura, más reposada y hasta en voz alta, le fue descubriendo a ella los profundos a la par que inteligibles contenidos de aquellos poemas.

Me sirve este mi primer encuentro con Carmen Silva para ilustrar uno de los rasgos de su personalidad humana y literaria que quiero poner de relieve en mi recuerdo.

Una cualidad de Carmen que en aquella ocasión se me reveló y que después pude confirmar en otros muchos actos es el valor que concedía a la amistad. Amistad que aquel día se volcó en May, su compañera de tantas aventuras literarias, y que después he visto cómo abrazaba a innumerables escritores o simplemente amigos. Carmen siempre estaba disponible para todos, con su sonrisa, con su entrega, con su buen juicio y su incansable trabajo, en beneficio de las personas, de los proyectos y de los grupos, ya fuera Tintaviva o Boadilla Troquel.

Doy un salto en el tiempo al mes de octubre de 2015. ¿Sería posible que esas personas que hacían cola ante la puerta del edificio de la SGAE en la madrileña calle de Fernando VI esperaran para asistir a la presentación de una revista de poesía? Pues sí, no solo era posible, sino además real. Una consoladora realidad. Gracias a la mediación de May y a la generosidad de Carmen Silva, yo participaba con dos poemas en la revista Troquel, cuyo número 4 se presentaba.

Aquella fiesta de la poesía me da pie para resaltar nuevas luces de Carmen Silva. Por un lado, su ya mencionada amistad, que abarca a figuras consagradas de la literatura. En el número 4 de la revista Troquel, la firma invitada era Antonio Gala. Pero también figuraban poemas de la poeta y traductora Clara Janés, del también poeta Carlos Murciano y del escritor, historiador, periodista y político Juan Van Halen.

En la presidencia del acto acompañaban a Carmen Silva la pintora Trinidad Romero, de la que aparecían en la revista espléndidas ilustraciones, la entonces secretaria de la Asociación Boadilla Troquel Gema Martín-Romo, la periodista y escritora Julia Sáez-Angulo, subdirectora de la revista, el abogado y escritor Francisco de la Torre, y Beatriz Villacañas, poeta, ensayista, catedrática y crítica literaria. Todos ellos, amigos entrañables de Carmen Silva.

Pero Carmen siempre estuvo abierta a admitir en su círculo de amistades, en el grupo Boadilla Troquel que presidió y en la revista Troquel a nuevos nombres y valores.

Me traslado con el recuerdo a Córdoba en el mes de abril de 2016. De nuevo Carmen Silva promovía una lectura poética, nada menos que en la Sala Julio Romero de Torres del Real Círculo de la Amistad. Presentaba el acto el escritor, poeta, traductor, ensayista, catedrático de Lengua y Literatura, y socio fundador del Ateneo de Córdoba Manuel Gahete e intervinimos como poetas Matilde Cabello, Carmina Casala, May Gracia, Angelina Lamelas, Alberto Martín Baró, José María Molina Caballero, Antonio Moreno Ayora, Balbina Prior, Jesús Riosalido, Carmen Silva y Beatriz Villacañas.

En una cena en la que la noche anterior compartimos mesa con Carmen Silva varios de los poetas mencionados, Carmen nos hizo unas íntimas confidencias sobre lo que había significado en su vida, amén de la amistad, el amor, los hombres que se habían enamorado de ella. Fruto de ese amor es su familia, son sus hijos y nietos. Cuando en su poesía Carmen canta al amor, al amor espiritual, sexual y erótico, sus arrebatos y decepciones, sus entusiasmos y nostalgias, habla con conocimiento de causa, desde lo más íntimo de su experiencia vital.

En un plano personal, a Carmen tengo que agradecer, al habernos invitado a aquella lectura poética, que nos conociéramos Angelina y yo, y en una mañana radiante de primavera cordobesa se iniciara nuestra historia de amor. Gracias, Carmen.

Para Carmen, la ciudad lejana de García Lorca se le había hecho cercana con el reconocimiento de su trayectoria literaria al haberla nombrado académica correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

Escuchar a Carmen Silva recitar sus poemas era un verdadero placer. Yo lo experimenté en la Sala Manuel de Falla de la SGAE, en la Casa de La Rioja en Madrid, en la citada Sala Julio Romero de Torres del Real Círculo de la Amistad de Córdoba, en el Casino de Salamanca y en la sede de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles (AEAE) en la calle de Leganitos de Madrid.

Cuando en alguna ocasión, por la razón que fuera, Carmen Silva no pudo estar presente en un recital o presentación de un libro en que había sido anunciada, su ausencia se hacía sentir de forma clamorosa.

En este mi emocionado homenaje a Carmen Silva quiero apuntar una breve mirada a sus escritos, como ya he dicho, de caleidoscópica variedad y riqueza. Y soy incapaz de reseñar características de su polimórfica sinfonía. Releo algunas páginas de cuatro libros que he abierto para escribir estas líneas: el poemario Conversaciones de la alondra con el espíritu de Dios, editado por Curva Polar en 2016, los también poemarios Hoy no es ayer y Academia de sombras, editados en 2016 y 2017, respectivamente, por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, y el libro de relatos Algo más que un cuento, editado por Atlantis en 2018. Conforme releo algunas de estas páginas me invade la indescriptible sensación de estar ante una escritora de raza que dominaba todo lo que abordaba. Y solo se me ocurre la admirada exclamación: “¡Qué maravillosamente bien escribía Carmen Silva!”.

Y ella no se contentaba con escribir de forma magistral en los más variados registros, sino que ejercía su magisterio enseñando a expresarse mediante la palabra en talleres de escritura a alumnos que luego proclamaban en sus escritos su deuda literaria con Carmen Silva.

Su labor infatigable en pro de la literatura y, muy en especial, de la poesía, no le impidió saber delegar, así, en los dos últimos números de la revista Troquel, en el sabio quehacer editorial de Julia Sáez-Angulo y Rogelio Sánchez Molero.

Pero, Carmen, tu saber, tu experiencia, tu habilidad para obtener subvenciones, que todo hay que decirlo, tu prodigiosa imaginación, tu dominio de la palabra adecuada a cada invención, a cada sentimiento, a cada narrativa, son irremplazables.

Carmen, eres insustituible. Te admiramos y te queremos. Descansa en paz.

 

 

 

6 de julio de 2025

Santos Cerdán, dique del PSOE, de Pedro Sánchez y de su familia

 

Las palabras y la vida 

Alberto Martín Baró

¿Qué ha tenido que ocurrir para que, en la larga lista de personajes del entorno de Pedro Sánchez inmersos en la corrupción, haya sido Santos Cerdán el primero en ingresar en la cárcel?

Porque estamos acostumbrados a presenciar cómo distintos investigados o imputados por algún juez, que han desempeñado importantes cargos en la nomenclatura del PSOE o en el Gobierno de Pedro Sánchez siguen en libertad o, lo que es aún más llamativo, han sido premiados con puestos relevantes en la jerarquía del Estado español.

Ahí tenemos al Tito Berni, tan campante, del que apenas nos acordamos.

Y al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que continúa desempeñando su actividad entre risitas, de quien se sabe a salvo de sentarse en el banquillo de los acusados.

La tercera autoridad del Estado español, la que fuera presidenta de la comunidad autónoma de las Islas Baleares, Franzina Armengol, preside el Congreso de los Diputados, sirviendo fielmente a los intereses del Partido Socialista y del presidente del Gobierno Pedro Sánchez.

Me alegará el informado lector que sobre Franzina Armengol no pesa ninguna acusación de la Justicia o de algún juez, no obstante estar implicada en la compra de mascarillas defectuosas a la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a la Empresa S.L., vinculada a Koldo García, quien la llamó “cariño”. Vox presentó una querella contra el PSOE y el gobierno de Armengol por los abusos a menores tuteladas. Pues bien, tanto Koldo como el exministro de Transportes José Luis Ábalos continúan libres amenazando con tirar de la manta, pero sin hacerlo.

El actual presidente de la Generalidad de Cataluña, Salvador Illa, fue ministro de Sanidad durante la pandemia y aún se recuerda su desastrosa gestión, sin que a día de hoy aún no se sepa el número de muertes que la Covid causó. ¿Y este personaje se nos presenta como posible sucesor de Pedro Sánchez?

Roza lo esperpéntico que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero haya sido galardonado con la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort. “En atención a los méritos y circunstancias que concurren en José Luis Rodríguez Zapatero, a propuesta del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 24 de junio de 2025, vengo en concederle la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort”.

La condecoración también se ha otorgado a Pedro Zerolo, en ambos casos por impulsar la aprobación del matrimonio igualitario. Este galardón, la máxima condecoración de Justicia, está reservada para personas relevantes en el ámbito del Derecho, perfil profesional que no encaja en ninguno de los dos galardonados.

Volviendo al ingreso en prisión de Santos Cerdán, mientras siguen en libertad los mencionados Tito Berni, Álvaro García Ortiz, José Luis Ábalos y Koldo García, se me ocurre una explicación: Santos Cerdán, hasta hace unos días secretario de Organización del PSOE y diputado en el Congreso por Navarra, ha sido elegido por Pedro Sánchez como dique para que la ola de corrupción no llegue a alcanzar a su esposa, a su hermano y a él mismo, y así demostrar que el PSOE y Pedro Sánchez no toleran el enriquecimiento ilícito del que Santos Cerdán es ejemplo palmario.