Las palabras y la vida
Alberto Martín Baró
No tenemos otra cosa que el presente. El pasado ya no es. Y el futuro no sabemos cómo será, incluso si llegará a ser.
Por eso, el poeta latino Horacio (65 a.C. – 8 a.C.) nos aconseja en la Oda 1, 11: “Carpe diem, quam minimum credula postero”. Que en román paladino podría traducirse: “Aprovecha el día de hoy, sin fiarte para nada del mañana”. Y en versos anteriores de la misma oda asegura: “Dum loquimur, fugerit invida aetas”. “Mientras hablamos, se habrá fugado el tiempo celoso”.
Con palabras similares registra el también poeta latino Virgilio (70 a.C. – 19 a.C.) en las Geórgicas (III, 284) esta condición ineludible del tiempo: “Et fugit interea irreparabile tempus”. “Y se escapa entretanto el tiempo irreparable”.
Ha sido un tópico de la antigüedad grecorromana, acentuado en la Edad Media, la fugacidad del tiempo que, aplicada a cada uno de los mortales, nos avisa de lo corta que es nuestra vida.
Los hedonistas sacan de esta premisa innegable la conclusión de que hemos de disfrutar del presente.
Mas qué hacer si el presente, tanto el individual como el colectivo, está marcado por la desgracia y la infelicidad. La actualidad de España y de los españoles, al igual que la del mundo entero, está lastrada por el azote del covid-19 que ha generado una crisis sanitaria, económica y laboral sin precedentes. Situación agudizada en nuestro país por una funesta gestión gubernamental y autonómica de la pandemia.
En estas circunstancias podemos adoptar tres posturas: negar la realidad del coronavirus y sus consecuencias; defendernos del virus y atacarlo; o confiar en un futuro más halagüeño.
Está claro lo que nos aconsejaría Horacio: no nos fiemos para nada del futuro. Y ya que tampoco es sensato cerrar los ojos a los contagios y las muertes causadas por el covid-19, no queda otra opción que la defensa y el combate frente al mortal coronavirus.
En esta defensa desempeñan un papel importante el uso de la mascarilla, la observancia de la distancia de seguridad y la desinfección con geles hidroalcohólicos. En el combate contra el virus es crucial la desinfección de locales y hasta de vías y espacios públicos, así como la detección y el aislamiento de los contagiados. Y fortalecer nuestro sistema autoinmune: a él se debe que el covid-19 no haga mella en nosotros. En nuestro presente, que es lo único que tenemos.
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